
La vida de Hui Ka Yan en cantonés o Xu Jiayin en mandarín, ha transcurrido paralela al milagro económico que ha experimentado China en las últimas décadas. El rostro de la burbuja inmobiliaria del gigante asiático, fundador y presidente de Evergrande, está en el ojo del huracán por el riesgo de impago de deuda en el que se encuentra su compañía y que ha puesto en jaque a los mercados a nivel global.
El que fuera el hombre más rico del país en 2017 –el índice de Multimillonarios de Bloomberg estimó su riqueza en 43.000 millones de dólares– y que elogió el papel que ha jugado el capital privado en el devenir del dragón rojo en el Congreso Popular del PCCh, ha visto reducir su fortuna a 7.300 millones en tres años. En este tiempo su patrimonio ha pasado del primer al 60º puesto de China y el 359º del mundo, según los datos de la agencia.
Hui es el mayor accionista de Evergrande, cuyos títulos se han desplomado más de un 90% desde los máximos históricos que conquistó en octubre del año pasado.
Infancia humilde
Hui Ka Yan nació en octubre 1958 en el seno de una familia humilde en la aldea de Jutaigang, a 700 kilómetros de Pekín. Hijo de un soldado retirado de la Segunda Guerra chino-japonesa y que se convirtió en almacenista tras la instauración del Comunismo y cuya madre murió de septicemia cuando él tenía ocho meses, fue criado por su abuela paterna, que vendía vinagre casero.
"Sobre la pobreza, la conozco muy bien. En la escuela, lo único que comía era patata y pan al vapor. Realmente esperaba poder salir de la aldea y comer mejor", dijo el empresario en un discurso recogido por la agencia estatal Xinhua en 2018 tras recoger el Premio de la Caridad de China, el máximo galardón del país en beneficiencia.
En esta sonada intervención, Hui Ka Yan repasó su propia experiencia de pobreza y su proceso de crecimiento gracias a la ayuda que recibió del Partido Comunista de China. "Sin las buenas políticas de reforma y apertura del país, Evergrande no sería lo que es hoy", afirmó en su intervención.
Cuando terminó sus estudios de secundaria, el presidente del coloso inmobiliario trabajó en una fábrica de productos de cementos y fue jefe del equipo de producción.
Con el fin de la Revolución Cultural de Mao Zedong, Hui Ka Yan fue uno de los primeros estudiantes universitarios de China en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Wuhan. Tras graduarse, le asignaron un trabajo en una empresa siderúrgica estatal, ascendiendo de técnico a jefe de departamento y finalmente a director en 1985, puesto que regentó durante siete años, según su página de Wikipedia.
Animado por el plan de reformas económicas que impulsó el líder Deng Xiaoping, dejó este puesto y decidió trasladarse a Shenzhen, la primera zona económica especial del país. Allí tomó contacto con el mercado inmobiliario donde trabajó para Zhongda y después fue presidente de su sucursal, Quanda. El 1 de octubre de 1994 se trasladó a Guangzhou, capital de la provincia homónima para establecer la Guangzhou Pengda Industrial Co.
"Sin las buenas políticas de reforma y apertura del país, Evergrande no sería lo que es hoy"
Finalmente, en 1996 nació Evergrande, primero bajo la marca Hengda Group, que rápidamente alcanzó las mieles del éxito al calor del desarrollo de propiedades privadas en la ciudad. El coloso inmobiliario a través de sus subsidiarias también se dedica a la producción de agua mineral y de alimentos. Más recientemente, se ha involucrado en la producción de automóviles eléctricos.
Según la biografía de Hui Ka Yan que recoge Bloomberg, el presidente se ganó la confianza de las autoridades de Pekín al ayudar a evitar una opa hostil por parte de China Vanke Co. en 2016. Pero la caída de Evergrande y Hui Ka Yan tiene mucho que ver con el giro de timón que el presidente Xi Jinping ha dado a su política. Tras años de tolerancia al capitalismo desenfrenado como expresión del poder económico chino, su discurso está tomando medidas contra los multimillonarios en aras de reducir la desigualdad.
Del 'ladrillo' al palco
La presencia de constructores y promotores inmobiliarios al frente de los equipos de fútbol no es una excepción en Asia. Además de al frente de Evergrande, Hui Ka Yan es también propietario del Guangzhou Evergrande, uno de los más exitosos del país gracias al apoyo económico que le ha brindado la compañía y con el que ha reclutado a figuras del fútbol europeo como Fabio Cannavaro, su actual entrenador.
El éxito deportivo llevó al equipo de Guangzhou a iniciar en 2012 un convenio de colaboración con la Fundación del Real Madrid para potenciar su escuela de futuras promesas. El presidente de Evergrande y el del club blanco se reunieron en Qingyuan para sellar el acuerdo en el que Florentino Pérez entregó a Hui Ka Yan una camiseta del Real Madrid con el número 8, el de la buena suerte en la tradición china.
La colaboración con el Real Madrid finalizó en la temporada 2019-2020
A vista de los resultados, el dorsal no ha traído al mandatario de Evergrande la fortuna esperada. Primero, porque la colaboración con el equipo español se dio por finalizada al término de la temporada 2019-2020. Y segundo, porque a día de hoy, su equipo de fútbol, al igual que la inmobiliaria, se encuentra al borde de la quiebra.