
En un entorno difícil para la renta fija, la gestora con mayor patrimonio en fondos en España traslada un claro mensaje al inversor conservador con mucho peso en deuda: "La alternativa, desgraciadamente, es la liquidez y la pérdida limitada, pero conocida".
Dice Santiago Rubio, director de estrategia de inversión de CaixaBank AM, que su trabajo "es generar una narrativa que permita que el banquero primero y el cliente después entiendan cómo vemos el mundo y cómo estamos actuando". Y la visión que defiende ahora mismo es que "las expectativas de rentabilidad en bolsa, en un horizonte razonable, todavía son atractivas".
Las bolsas, aunque con recorrido, se 'han comido' gran parte de la reconstrucción. ¿Cuál es su escenario?
Entre marzo de 2020 y abril de 2021 hemos visto un patrón de recuperación bursátil similar al que se produjo entre marzo de 2009 y abril de 2010, en términos de subida. Lo siguiente que pasó entonces fue una consolidación lateral que duró todo el verano, con una caída que llegó a ser, casi, de doble dígito desde el máximo al mínimo, para retomar en octubre los máximos de abril, cerrando el año ligeramente por encima. No sabemos qué va a pasar, pero es un escenario que nos parecería razonable.
¿Siguen pensando que hay que incrementar la posición en renta variable pese a los multiplicadores de beneficios elevados?
Es algo que depende de cada individuo, pero sí que nos parece que las expectativas de rentabilidad en bolsa en un horizonte razonable son todavía atractivas, teniendo en cuenta los niveles de valoración medios muy altos, pero que son el producto de agregar valoraciones en las que hay una gran dispersión. Entramos en un ciclo distinto en el que habrá mucho más crecimiento.
¿Y en qué se traducirá?
Pasaremos de una situación en la que el crecimiento de la renta era un bien escaso a una en la que empieza a ser muy abundante. Llevará a una corrección de los precios relativos de los sectores cíclicos y de crecimiento. Los sectores de crecimiento están muy caros, y perderán esa prima. Los cíclicos, que cotizan con descuento, van a ir cerrándolo. El agregado de ambos puede que no dé subidas de los índices. Pero una cartera sesgada hacia sectores cíclicos y hacia valor quizás sí ofrezca una rentabilidad atractiva.
¿Cuál es el posicionamiento de sus carteras?
Desde que Joe Biden ganó las elecciones empezamos con la rotación buscando más descaradamente ciclo que valor, y a partir de la consolidación de los dos puestos de los demócratas en el Senado empezamos a pensar que había que buscar valor directamente. E, inevitablemente, el ciclo y el valor te llevan a Europa y a Japón en el mundo desarrollado, porque en EEUU el crecimiento es donde está más representado. En los emergentes tenemos una discusión interna. No estamos directamente infraponderados, pero sí hemos reducido una apuesta que era muy sobreponderada.
¿Europa y Japón tienen mayor peso ya que EEUU en las carteras más agresivas?
Diría que, sin llegar a pesar más, están casi igualados.
Bank of America cree que Europa tiene recorrido hasta que se frene la subida de los PMIs, y ese techo podría llegar en agosto…
En un entorno en el que el indicador de confianza de la Comisión Europa, que tiene una correlación más elevada con el crecimiento posterior del PIB de la eurozona que los PMIs, se estabiliza en un nivel elevado no es una mala situación para la bolsa. Puedes tener una época de consolidación lateral, pero en general la bolsa de la eurozona va a seguir subiendo en ese escenario.
¿Cómo ven a los diferentes emergentes y, sobre todo, a Latinoamérica?
Hay que buscar la parte de emergentes que es descaradamente cíclica, como la bolsa de Latinoamérica y Sudáfrica, donde hemos subido el peso relativo de las carteras respecto a Asia. Pensamos que el precio de los metales industriales probablemente ha entrado en un nuevo ciclo. Los países exportadores de materias primas y, en especial, de metales industriales, son de los grandes beneficiados de este ciclo.
¿Qué opina de los primeros frenazos de la tecnología en el mercado americano?
En el caso de la tecnología en EEUU y de los gigantes tecnológicos nos tomamos en serio la idea de que el péndulo de la regulación monopolística ha llegado a un extremo y está yéndose al otro, y las posiciones monopolísticas de muchas grandes empresas, como Facebook o Google, corren un riesgo regulatorio que no hay que minimizar. Hay gente que tiene el monopolio real, como Facebook y Google, y eso chirría en EEUU de un modo trasversal, porque chirría a la izquierda del partido demócrata porque hay beneficios monopolísticos y no les gusta, y chirría al ala liberal del partido republicano porque cree que la libre competencia es esencial. Hay un riesgo regulatorio real de ruptura de monopolio obligada por la ley.
Si se cumplen las previsiones de Bruselas, España saldrá de la crisis un año antes de lo previsto, en 2022. ¿Tendrá algún impacto en el Ibex 35?
Sí. En general, una de nuestras apuestas este año es la bolsa de la eurozona contra la de EEUU, y dentro de la eurozona buscamos sectores más cíclicos, y eso va a llevar a sobreponderar Italia, España y Francia.
¿Esencialmente por el peso del sector financiero? ¿En qué otras industrias han incrementado su posición?
El sector financiero es de los más claramente cíclicos con descuento y donde hemos subido la apuesta. Es uno de los elementos más importantes. También hemos incrementado el peso en la vieja economía ligada al ciclo, es decir, todo lo relacionado con materiales y construcción nos parece atractivo.
Hay mucho inversor perfilado en productos en los que la renta fija alcanza un peso elevado, ¿qué le contamos?
Le contamos que hay que bajar un poco el pedal y que la alternativa, desgraciadamente, es la liquidez y la pérdida limitada pero conocida. Cuando uno es conservador tiene que intentar conservar y no ganar dinero y, en este entorno, conservar quiere decir estar mucho más pegado a la liquidez. Hay que mover las carteras en esa dirección.
¿Cuánto tiempo podemos pasar en ese escenario?
No lo sé, lo que puedo decir es cuánto tiempo cree el mercado que eso va a pasar. El mercado cree que la Reserva Federal no va a subir sus tipos por encima de la inflación hasta dentro de 7 años y que, cuando lo haga, la diferencia a va ser muy baja, por debajo del 0,5%. En Europa es más difícil hacer este cálculo, con menos precisión diría que el horizonte es similar.
El inversor en deuda que sea algo más agresivo, ¿qué debe meter en cartera?
El inversor de renta fija dispuesto a perder dinero debe meter bolsa, claramente.
¿En qué activos de renta fija invierten?
Seguimos teniendo, aunque hemos bajado bastante el listón, bastante crédito corporativo de la eurozona. Tenemos crédito corporativo de baja calidad, sobre todo en los sectores que han estado menos de moda, y también tenemos deuda subordinada bancaria, que es uno de los activos donde queda valor.
¿Les gusta la renta fija asiática?
No mucho. La renta fija emergente es un juego de divisa básicamente, y las divisas emergentes tienden a pegarse más al dólar que al euro. Tiende a dar buenas rentabilidades en épocas en las que el dólar se fortalece y viceversa. Y creemos que seguimos en un entorno en el que el dólar va a tender a debilitarse. Creemos que recuperar la normalidad contra el euro sería un movimiento de entre un 10 y 15%. En ese entorno las divisas emergentes son poco atractivas para un inversor basado en euros.
¿Diría que hay euforia entre los inversores?
Estamos viendo una entrada de dinero espontánea en activos de riesgo que quizás sea algo superior a lo que esperaríamos en circunstancias normales.
¿Son muy pesimistas con la inflación?
A priori somos menos pesimistas porque creemos que va a haber un aceleramiento del crecimiento de la productividad fuerte. Y una aceleración muy fuerte de la productividad es muy desinflacionista.