
Desde el suelo de la Gran crisis financiera -el 9 de marzo de 2009-, el Stoxx 600, el índice bursátil que reúne a la mayor muestra de la gran empresa europea, rebotó un 72% hasta que registró su primer techo claro, los 272 puntos del 15 de abril de 2010, desde los que llegó a corregir cerca de un 15% antes de retomar las subidas. "Lo hizo cuando el ciclo macroeconómico alcanzó su pico", recuerda el equipo de analistas de BofA Global Research, que calcula ahora que la expansión de la actividad de la eurozona que vienen adelantando los indicadores PMI en los últimos meses no se detendrá hasta agosto, gracias al empujón de los servicios por la reapertura de las fronteras -así lo espera con ansia la industria de los viajes y el turismo en España-.
Ese sería el pico de la recuperación tras la pandemia de coronavirus -exactamente en los 62 puntos del PMI compuesto de la eurozona, desde los 55 enteros que se esperan en mayo, según estos expertos (ver gráfico)-, que garantizaría durante las próximas semanas otro estirón para un Stoxx 600 que repunta casi un 56% desde los mínimos del crash de marzo de 2020, antes de registrar un primer techo. Pese a sustos como el 1,51%, el 1,71% y el 1,23% que retrocedieron este miércoles el Stoxx 600, el EuroStoxx 50 y el Ibex 35, respectivamente.
"Las bolsas pueden asumir una inflación mayor mientras el crecimiento se acelere", continúan los investigadores de BofA, en referencia al principal riesgos que afrontan actualmente las empresas cotizadas. Una amenaza que podría provocar la huida de los parqués y el deterioro del coste de financiación si la subida de los precios de bienes y servicios -de momento solo se ha visto en el caso de los primeros- se traduce en un fuerte incremento de los tipos de interés de la deuda y de los oficiales, así como una retirada de los estímulos monetarios -el temido tapering de los bancos centrales-.
El escenario que manejan estos expertos plantea una última aceleración del crecimiento, "ayudada por la reapertura, lo que beneficia a las bolsas y concretamente a los sectores cíclicos [precisamente los que más han rebotado desde marzo de 2020, con la industria del automóvil subiendo un 130% o la de los recursos básicos un 120%], con un pico en verano", explican.
Bola extra para Europa
Este viernes 21 de mayo se conocen las lecturas de los índices PMI de la industria y los servicios -y los compuestos que unen ambos sectores de actividad- de Alemania, Francia, del conjunto de la eurozona, Reino Unido y EEUU, con los primeros en máximos y los segundos, los más dañados en la crisis, apuntando a esa aceleración extra de la recuperación.
Por encima de 50 puntos, los indicadores adelantados PMI, que se publican mensualmente en base a encuestas a empresas y a datos reales de actividad, marcan crecimiento. Para la industria, estos índices llevan algunos meses superando esta barrera. Los servicios han tardado más en tomar esta tendencia en el mundo occidental, de aceleración de la recuperación, al estar especialmente dañados por las restricciones a la movilidad y las medidas de distanciamiento social tomadas por los diferentes gobiernos para contener la pandemia de coronavirus -distinto es para China, cuyo PIB ni siquiera retrocedió en 2020, o, al contrario, para India, Brasil o el resto de economías sudamericanas, que están sufriendo con dureza las últimas olas de contagios-.
Al empujón de los servicios en la eurozona, con la importancia crucial que tienen para España o Italia, cuyos índices PMI individuales de este mes se conocerán a principios de junio, hay que sumar el retraso en las expectativas de crecimiento para 2022, mucho más adelantadas en EEUU y, por supuesto, en China.
En el primer trimestre, las expectativas de crecimiento del PIB de EEUU para el próximo año se revisaron al alza, en parte debido al mayor estímulo fiscal, mientras que las mismas estimaciones de eurozona se revisaron a la baja, debido a la elevada incidencia de los contagios de las últimas olas de la pandemia y las restricciones a la movilidad adoptadas en consecuencia. Un desajuste que ofrece una oportunidad para el crecimiento del PIB en el Viejo Continente a partir del verano sorprenda.
Y, justo detrás de ese último argumento, el hecho de que cerca del 60% de los beneficios de las empresas europeas dependan de fuera, con sectores como el lujo o algunas importantes industrias como el automóvil para las que la mayor parte del crecimiento esperado de sus negocios hay que situarlo en Asia y en América.
La volatilidad es "normal" por las exigentes valoraciones
Si el Stoxx 600 suma un rebote del 56% desde mínimos, el EuroStoxx 50 lo lleva hasta el 65% y el Ibex 35 lo deja en el 48%, por el peso de la banca en su composición. "Consideramos que el buen fondo de las bolsas se mantiene (estímulos monetarios y fiscales, y recuperación de resultados), lo cual no impide que podamos asistir a ciertas tomas de beneficios e incremento de volatilidad ante las dudas que se generan sobre distintos aspectos, como la consistencia de la subida de la inflación, incertidumbres sobre las nuevas cepas o las vacunas, en un contexto de valoraciones exigentes", explican en Renta 4.