Lidera el Ranking ESG elEconomista, una clasificación creada en base a un algoritmo que combina las notas que le otorgan S&P Global, Sustainalytics (Morningstar), ISS, CDP y Bloomberg. La eléctrica que dirige José Bogas ha acelerado su proceso de descarbonización y está plenamente centrada en las renovables, lo que atrae la atención de los inversores con sesgo ESG. Consulte toda la actualidad sobre ISR en elEconomista Inversión sostenible y ESG.
En lo que llevamos de año, Endesa sube en el parqué un 3,4%, cuatro veces menos que el Ibex 35 (que se revaloriza un 14%). Por su carácter defensivo, el valor ha sufrido en su cotización la rotación de las carteras hacia el ciclo, así como el temor a la inflación. 2020 sí fue un año razonablemente bueno en el parqué para el grupo, precisamente por esa cualidad de trinchera en tiempos de guerra: cedió un 6%, frente al desplome del 15,4% del índice.
Con ese carácter defensivo por bandera, la percepción de los analistas sobre esta utility ha mejorado de forma espectacular desde el crash del Covid: si en marzo de 2020 el consenso de analistas que recoge FactSet daba un vender a sus títulos, hoy le otorga un comprar.
Su consejo ha mejorado desde el 'crash' del Covid: ha pasado de un 'vender' a un 'comprar'
La capitalización de Endesa ha aumentado en 5.000 millones de euros desde noviembre de 2018, mes en el que fuentes del mercado sitúan el arranque, en el parqué, de la fiebre por la sostenibilidad. Actualmente es el octavo valor más grande del Ibex por valor bursátil, con unos 24.500 millones de euros, justo entre Amadeus y Telefónica. Y su cotización, pese a situarse en zona de máximos del año, todavía tendría que subir aproximadamente un 6% para recuperar los niveles prepandemia.
La compañía, controlada en un 70% por la italiana Enel, sale bien parada en los principales rankings de sostenibilidad y es la líder del ranking ESG de elEconomista, la clasificación creada por este medio de comunicación que combina las notas que le otorgan S&P Global, Sustainalytics, ISS, CDP y Bloomberg. Se sitúa justo por encima de Inditex y de Ferrovial. El grupo ha ido endureciendo sus objetivos de descarbonización –inicialmente planteados de cara al año 2050– y acortando los plazos para llevarlos a cabo.
Creciente peso de las renovables
De los 4.000 millones de euros de ebitda (resultado bruto de explotación) que registró Endesa en 2020, las renovables supusieron un 5,25%, 210 millones de euros. Hablar de energías renovables, en el caso de Endesa, es hacerlo de la eólica y la fotovoltaica, fundamentalmente, aunque la compañía también ha puesto una pica en el hidrógeno. A esto habría que sumar la hidráulica y la nuclear, que no emiten gases contaminantes (aunque impactan en su entorno), pero en las que el grupo ya no va a experimentar crecimiento alguno.

La capacidad renovable de Endesa sí va a aumentar de forma agresiva: un 50% en sólo 3 años, los del último plan estratégico presentado (2021-2023). Es decir, va a pasar de cerca de 8.000 MW a cierre de 2020 a aproximadamente 11.600 megas. La utility va a invertir 3.300 millones en renovables en 3 años, de modo que el carbón sea ya residual en 2021 y esté cerrado en 2027 (todavía supone un 13% de la capacidad instalada), cuando los plazos iniciales para cerrar la térmica eran en 2030.
Próxima década
De cara a los próximos 10 años, las expectativas de negocio están directamente ligadas al proceso de descarbonización: espera invertir 25.000 millones de euros, de los que un 40% irían a la red de distribución y otro 40% (10.000 millones) a renovables. Alcanzaría así los 18.000 MW y un 80% del parque no emitiría CO2, y también prevé instalar 575.000 puntos de recarga para vehículos eléctricos.

Por parte de CDP (Carbon Disclosure Project, organización sin ánimo de lucro para la divulgación del impacto ambiental de las empresas), Endesa recibe la nota más alta posible (esta calificación mide el compromiso de la compañía con la mitigación, la adaptación y la transparencia en lo relativo al cambio climático).
Por otro lado, según ha manifestado el consejero delegado del grupo, José Bogas, "Endesa ni se va ni se desentiende de los lugares donde ha estado presente durante décadas y que son parte de nuestra historia. Permanecemos con nuevas formas de trabajo", ha señalado. Este es, según explican desde la propia compañía, un factor que también están teniendo en cuenta los analistas a la hora de valorar la vertiente sostenible de la compañía, más allá de lo meramente climático (la S del acrónimo ESG aglutina aspectos tan amplios y diversos como el capital humano, la calidad de los proveedores o la seguridad en el producto). En lo relativo a la G, la calificación que recibe Endesa por parte de ISS –organización que evalúa las prácticas de gobierno de las empresas– es la más alta posible.
Con un crecimiento centrado en las renovables, toda la financiación que necesite la compañía debería poder etiquetarse como verde. Por ahora no han emitido ningún bono de este tipo, ya que las condiciones que consigue con la financiación bancaria son "óptimas", según explicó a elEconomista su director financiero corporativo, Adolfo García Nombela. Sin embargo, el grupo tampoco descarta emitir este tipo de deuda.