Wall Street es la referencia por excelencia para los mercados financieros de todo el mundo. Los máximos históricos han sido hasta hace muy poco una rutina en los índices de la bolsa estadounidense. Sin embargo, el mercado americano tiene defectos, entre los que destaca la práctica ausencia de igualdad de género e inclusión en pleno siglo XXI. Ello a pesar de que cada vez más datos demuestran que la diversidad dentro de la gestión de una compañía conlleva unos mejores resultados, tal y como refleja un reciente informe de Bank of America Securities.
En un año dramático para la economía global como fue el 2020 (como consecuencia de la pandemia de covid-19), el selectivo tecnológico Nasdaq 100 se revalorizó casi un 50%. El Dow Jones y el S&P 500 lo hicieron en un 7,3% y 16,3%, respectivamente. En lo que va de 2021, el Nasdaq apenas se anota dos décimas, mientras los otros índices principales muestran más ganancias (el Dow Jones, +2,9%).
Es por ello que Wall Street suele ser sinónimo de fortaleza y rentabilidad para la mayoría de los inversores. Al fin y al cabo, es el mercado de valores de Estados Unidos, la economía 'número 1' del planeta (aunque China le pise los talones). No obstante, se podría decir que las oportunidades que dan las empresas cotizadas americanas a los inversores apenas se las ofrecen dentro de sus puestos directivos a personas que no sean hombres, blancos y cis heterosexuales.
Según datos recabados por Bank of America Securities (BofAS), más del 75% de las 3.200 compañías que cotizan en el Nasdaq no tienen ni una mujer en su consejo de administración. Tampoco cuentan con personas del colectivo LGTBQ (lesbianas, gais, transgéneros, bisexuales o queer).
Asimismo, solo ocho de las 500 empresas que forman el S&P cuentan con al menos el 50% de directivas en sus consejos. Y si se añade el factor racial, el resultado empeora: solo hay una consejera delegada negra en todas las firmas del S&P 500.
"Las empresas más diversas e inclusivas generan mejores resultados de inversión"
Esta realidad va en contra de la lógica empresarial. "Las empresas más diversas e inclusivas generan mejores resultados de inversión", indica BofAS. Sus analistas de ESG Savita Subramanian, Marisa Sullivan y Jill Carey Hall, recogen en un informe que hay "evidencia empírica de que las empresas con puntuaciones superiores en fuerza laboral y diversidad en sus consejos experimentan un mayor ROE [return on equity o rentabilidad financiera] y un menor riesgo".
"Las empresas del S&P 500 con al menos un 25% de mujeres ejecutivas registraron un aumento constante anual medio del ROE mayor desde 2010", recogen estos expertos. "Aunque la relación causal es difícil de establecer", admiten, "la última década indica que la diversidad de género se ha correlacionado con resultados [empresariales] superiores".
BofAS: "La última década indica que la diversidad de género se ha correlacionado con resultados empresariales superiores"
BofAS subraya en el análisis que la diversidad de la junta directiva fue una señal de mejora del ROE en casi todos los sectores. Solo hubo dos excepciones: el sector financiero y los servicios públicos (o utilities).
¿Por qué esos dos? "Quizás debido al marco regulatorio", responden los expertos: "El sector financiero sufrió una transformación de no regulado a regulado al principio de la serie de tiempo que analizamos [por la crisis de 2008-2009] y el S&P 500 Utilities consiste en su mayoría en empresas reguladas por el Gobierno".
De esta forma, la firma norteamericana enfatiza que las compañías del S&P 500 que cuentan con un número de directivas por encima de la mediana obtienen un ROE un 30% más alto y 30% menos de riesgo en sus ganancias en comparación con aquellos que tienen menos mujeres en la cúpula de la mediana. Al mismo tiempo, las empresas con diversidad de género en la junta superior a la mediana ven una rentabilidad financiera un 15% más alta y la mitad de riesgo.
También la diversidad racial y étnica favorece la rentabilidad de las empresas en EEUU. "Las empresas del S&P 500 con grupos étnicos y diversidad racial en su fuerza laboral superiores a la mediana vieron un ROE medio anual un punto porcentual más alto y una volatilidad anual del beneficio por acción (EPS) más baja que sus pares por debajo de la mediana", afirman Subramanian, Sullivan y Hill, que se han basado en datos desde 2008 hasta la actualidad para llegar a esta conclusión.
Asimismo, el estudio de BofAS arroja que las firmas del S&P 500 en las que más de un tercio de los empleados son personas de color han tenido una rentabilidad financiera más alta (un punto porcentual de media) al año siguiente. Y la diferencia en el ROE es mayor, del 8%, para aquellas que cuentan con una diversidad étnica y racial superior a la media en la población activa.
Primeros pasos
Pese a los beneficios del feminismo, la inclusión y la diversidad (tanto sociales como empresariales y económicos), estos principios siguen siendo una utopía en Wall Street. Pero las cosas pueden cambiar, aunque sea poco a poco. La Asociación Nacional de Corredores de Valores Automatizados de Cotización (Nasdaq, por sus siglas en inglés) está dando los primeros pasos para forzar una mayor diversidad entre sus componentes.
A principios de diciembre Nasdaq presentó una propuesta ante la SEC, el organismo supervisor de la bolsa estadounidense, para implementar la obligación de que la mayoría de sus cotizadas tengan en sus juntas directivas al menos una mujer o al menos una persona que se identifique con una de las minorías del colectivo LGTBQ. Según la proposición, si una empresa no puede cumplir con estos requisitos, no será excluida de cotización pero sí deberá explicar el porqué.
La solicitud está a la espera de ser (o no) aprobada por la SEC. Su 'visto bueno' obligaría a las compañías del Nasdaq a divulgar estadísticas de diversidad en sus equipos directivos en el plazo de un año. Nasdaq espera que, de salir adelante su propuesta, todas las empresas tengan al menos un directivo 'diverso' dentro de dos años.
Así, cabe la esperanza de que Wall Street acabe siendo la tumba del machismo, el racismo y la LGTBIfobia, aunque todavía quedan muchas tareas pendientes para conseguirlo.