
Está a punto de arrancar una nueva etapa en el organismo supervisor del mercado financiero español. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) contará con un nuevo presidente, Rodrigo Buenaventura, y una nueva vicepresidenta, Monserrat Martínez, quienes este miércoles han recibido el respaldo tras comparecer, para defender su idoneidad y la falta de conflictos de intereses para ejercer sus cargos, ante la Comisión de Asuntos Económicos y Transformación Digital del Congreso de los Diputados. Ambos han aprovechado para adelantar las líneas básicas que quieren primar durante su mandato, con la transparencia, la internacionalización y la sostenibilidad como algunos ejes clave, y para posicionarse sobre algunos temas como la sequía en las salidas a bolsa, las acciones de lealtad impulsadas por el Gobierno o la Tasa Tobin.
Rodrigo Buenaventura, que ha recibido apoyo unánime de la Cámara, espera que, tras la sequía de salidas a bolsa en España de los últimos dos años con la que acabó Soltec al debutar en octubre, haya "una cierta revitalización en los próximos meses al hilo de la reasignación de inversiones en relación a los criterios de sostenibilidad". Así, cree que son las compañías relacionadas con este ámbito las que pueden atreverse a dar el salto al parqué.
No obstante, ha recordado que no hay un problema en las empresas ya cotizadas para captar capital, ya que en 2020 las empresas españolas incluso han estado "en el top 5 y top 10 de las ampliaciones mayores en la UE". Aunque no ha querido mencionar ejemplos concretos, no hay que olvidar el caso de IAG, que levantó más de 2.700 millones de euros. Para estimular las salidas a bolsa, ha reconocido que siempre es positivo, cuando se hacen normas que afectan a las compañías de cierto tamaño, evitar que solo recaigan sobre cotizadas, de forma que las no cotizadas puedan tener cierta aprensión a salir a bolsa.
Sobre las conocidas como acciones de lealtad impulsadas por el Gobierno, con las que se busca premiar a los accionistas que permanezcan durante más de dos años en el capital y duplicar sus derechos de voto en una junta, Buenaventura reconoce que "no se trata de un modelo que se pueda considerar ideal ni deseable para una generalidad de empresas cotizadas". Pero cree que tampoco la propuesta del Gobierno vaya en ese sentido, sino que se trata de permitir tener esa posibilidad. "Si bien el principio de una acción un voto debe ser, y entiendo que será, la norma en la inmensa mayoría de cotizadas", matiza. Por eso, "es interesante establecer mayorías muy reforzadas que no permitan que un grupo de accionistas impongan esta situación, sino que la junta decida eso con mayoría reforzada para protección de los accionistas en su conjunto", considera. "Hay que entender el contexto de esta medida", ha expresado Monserrat Martínez, coincidiendo en que "su diseño debe ser muy cuidadoso".
Sobre la Tasa Tobin, Buenaventura cree que al ser un impuesto similar a Francia e Italia debería tener un impacto asumible por el mercado
Buenaventura también ha defendido el papel de la CNMV en las opas, destacando que "es de los supervisores que hace un mayor control" de los precios ofertados en estas operaciones, y resaltando que recientemente han recabado opiniones independientes para fortalecer las de la propia comisión en operaciones de calado. En cuanto a la Tasa Tobin y su impacto en mercado, a su juicio "el tipo de medida que se ha propuesto es muy similar al impuesto francés y al italiano y en ese sentido el impacto debería no ser excesivamente oneroso y, por tanto, asumible por el mercado". También se ha pronunciado acerca del impacto de las prohibiciones de operar en corto, y en su opinión deben tomarse en medidas excepciones y en coordinación con otros supervisores europeos para ayudar a mitigar los efectos negativos.
Cómo será la nueva etapa
Buenaventura ha aprovechado su primera aparición pública no solo para detallar su trayectoria profesional justificando la idoneidad de su cargo, sino también para adelantar las líneas que marcarán la agenda de la CNMV en esta nueva etapa. El nuevo presidente aboga por una institución "abierta y transparente", mostrando su disposición a comparecer más ante la Comisión de Asuntos Económicos o a ser más transparente en la actividad normativa valorando incluso reuniones públicas más allá de las consultas. Pero también por una CNMV "robusta e independiente" como también defendió su antecesor, Sebastián Albella: "Necesitamos contar con recursos humanos estables y formados. La CNMV tiene una plantilla de excelentes profesionales, pero debemos poder reponer con rapidez las bajas y también el desarrollo de carreras en la institución para captar y retener el talento", reclama.
Su paso profesional por el regulador europeo, ESMA, lleva a confirmar que en esta nueva etapa habrá mucha actividad internacional. Buenaventura cree que es necesario "un papel muy activo en la UE para influir y mejorar", aunque reconoce que la CNMV está "entre los mejores supervisores europeos". También ve imprescindible "seguir convergiendo en los procesos y hacerlos homologables a los del resto de Europa". Así, quiere evitar que los inversores se trasladen a otras plazas europeas por "mero arbitraje regulatorio". En todo ello será clave, además, la digitalización.
El nuevo presidente, ya muy ligado en su etapa anterior en la institución a la protección del inversor, quiere esta siga primando. En su opinión, la CNMV debe ser flexible a las necesidades de las empresas en su financiación, permitiendo que innoven en su forma de captar capital, "pero inflexible ante conductas que pongan en riesgo la protección de los inversores". Aunque siempre ha estado en el ADN de la institución, Buenaventura cree que debe potenciarse la protección en la comercialización de productos, reforzando la supervisión y sanción y actuando "con decisión y rapidez".
En esta nueva etapa, también quiere "incorporar la sensibilidad social", en concreto en temas como la igualdad de género o la sostenibilidad. Entre sus prioridades, estará promover la igualdad de género, interna y externamente -hay que recordar que fue uno de los temas que se reforzó en la reforma del Código de Buen Gobierno aprobada este año-. Y en el tema de sostenibilidad, considera que debe haber un ejercicio de anticipación de una "explosión de las finanzas verdes, para el que España está en muy buena situación de partida y que trastocará la forma en la que se asignan las inversiones de un modo sin precedentes cercanos".
Y, como él mismo adelanta, no se avecina un mandato tranquilo, tras la crisis provocada por la pandemia del Covid-19. "La erosión de los beneficios y del capital por la pandemia generará consecuencias puntuales", admite, con lo que tendrá que agudizarse la supervisión y focalizar los recursos donde más falta haga.
La vicepresidenta, por su parte, también defiende que en los próximos años se debe mejorar la transparencia y el papel internacional de la CNMV. Entre las prioridades, considera que hay que seguir trabajando en el fomento de las finanzas sostenibles y asume que "la falta de definiciones comunes supone un reto". También ve clave la transformación digital y los nuevos riesgos que ello introduce para el inversor minorista. Y ve necesario el fomento de la estabilidad financiera.
Su cargo no ha recibido un respaldo unánime en la Comisión por su trayectoria profesional previa en CaixaBank, sobre la que Monserrat Martínez ha aclarado que no participará en deliberaciones ni decisiones que afecten a la entidad. Ha recibido 22 votos a favor, 5 en contra y 9 abstenciones.