Bolsa, mercados y cotizaciones

CAF, Airbus, Enagás, Endesa, Repsol, Iberdrola... los beneficiados del hidrógeno en bolsa

  • La producción y el transporte aún son caros...
  • ... pero el acceso a la energía renovable, cada vez más barata
Foto: iStock

El hidrógeno empieza a estar en boca de todos. Los expertos llevan años loando sus múltiples beneficios y ventajas sobre otro tipo de fuentes de energía y ahora las instituciones y gobiernos parece que van a dar el paso definitivo para apostar por ello.

El contexto pandémico ha acelerado drásticamente todas estas tendencias que todavía quedaban lejanas y los fondos que hay que insuflar a la economía deberán realizar una función secundaria a la de revitalizar la actividad, y es cambiar o pulir el modelo económico que hemos tenido hasta ahora. El propio Gobierno de España anunció hace pocos días que iba a utilizar 1.500 millones de euros de los fondos europeos para desarrollar esta tecnología, a los que se sumarían hasta 8.900 millones más de la colaboración público-privada hasta 2030.

El hidrógeno como fuente de energía ya se lleva utilizando muchos años, pero no era una energía limpia, ya que para obtenerlo se requieren combustibles fósiles como el petróleo y el gas. A este tipo de producto se le llama hidrógeno gris e hidrógeno azul (el 94% de sus usos son industriales). Sin embargo, ahora se ha abierto la puerta al hidrógeno verde, no contaminante y que no crea residuo alguno, pues se produce a través de un proceso llamado electrólisis, que consiste en aplicar energía renovable para separar el hidrógeno del oxígeno. Su principal freno hasta ahora ha sido su elevado coste. Sin embargo, la cada vez mayor y más barata oferta de energías renovables acerca esta tecnología a un coste que empieza a ser rentable, no solo para el medio ambiente sino también para el productor y el consumidor.

"Es la solución para descarbonizar nuestros sectores más intensivos en energía, donde reducir estas emisiones es complicado de otra forma", explican desde Robeco.

La aplicación de fondos europeos a estas tecnologías va a acelerar de forma exponencial la entrada en mercado, hasta el punto de que la patronal CEOE estima "un volumen de negocio de 2.300 millones al año sólo en España, con la creación en nuestro país de 30.000 puestos de trabajo". Estando así en la dirección que marcan economías como la japonesa, donde 300.000 hogares disponen ya de una pila de combustible. "España tiene una gran oportunidad por sus características", explica Óscar del Diego, director de inversiones de Ibercaja Gestión. "Tenemos el potencial de una energía solar abundante y barata y la cercanía con el consumidor final, ya que otros potenciales productores, como Arabia Saudí, tendrán unos costes mayores al transportar el hidrógeno hasta Europa", añade.

La producción

Es lógico que los encargados de producir a futuro esta energía sean las propias utilities y las firmas del sector energético, como las actuales petroleras y refineras, ya que son las que pueden contar más fácilmente con la energía renovable que se requiere en la electrólisis. En este sentido, Engie ya está desarrollando una decena de proyectos en diferentes puntos de la cadena de valor, mientras que EDF está asociada con McPhy para la producción y comercialización de hidrógeno en las actividades de transporte pesado. RWE y Thyssenkrupp también han anunciado una asociación para desarrollar un sitio de producción de 100 MW que comenzará a producir en 2025. Por descontado, dos de los grandes actores son Linde y Air Liquide, que llevan años avanzando en este sentido. También Shell en Holanda, BP en Australia, Equinor en Reino Unido están impulsando proyectos de hidrógeno verde y se han anunciado varios proyectos relacionados con el hidrógeno azul de las grandes petroleras.

Óscar del Diego (Ibercaja Gestión): "España tiene una gran oportunidad por sus características"

"Para las compañías petroleras y de gas, las inversiones en hidrógeno pueden ser vistas como una forma de mantenerse relevantes en un campo energético en rápida transformación", destaca Marouane Bouchriha, gestor del fondo EdR SICAV Green New Deal en Edmond de Rothschild AM. En su opinión, los caminos de las noruegas Aker y Equinor son los más explotados en este momento. La primera ha elegido separar sus unidades en la energía eólica marina y la captura de CO2. "El movimiento ha sido bien recibido por el mercado y ha cristalizado su valor", señala Bouchriha. En cuanto a Equinor, "está siguiendo un camino más conservador de mayor transparencia dando información detallada y separada de sus nuevos segmentos. El tiempo dirá si tiene éxito", añade.

¿Y en España? Pues aquí están llamadas a filas Iberdrola, Endesa, Repsol y Naturgy, además de las actuales fotovoltaicas. "No obstante, aquí hay que crear la demanda, pues todavía no existe", recuerda Del Diego. "Tampoco hay empresas con tecnología propia en el mercado español", se lamenta Rafael Luque, director general de Ariema, compañía especializada en el hidrógeno verde y asesora del fondo de Renta 4 Megatendencias Fi Ariema Hidrógeno y Energías Sostenibles.

En el caso de Endesa –que acaba de presentar la actualización de su Plan Estratégico, con un plan de capex de 25.000 millones de euros entre 2021 y 2030 donde las renovables representarán un 40%–, su apuesta son pequeñas instalaciones que permitan la generación de un tejido industrial en España, frente a grandes plantas que supongan la importación de tecnología. Endesa cuenta ya con 20 proyectos concretos que facilitan el uso de hidrógeno, entre los que destaca la creación de una red de estaciones de servicio para abastecer al transporte pesado y la instalación y generación de hidrógeno para usos industriales por parte de grandes plantas de sectores como el refino, los metales o los fertilizantes.

En cuanto a Iberdrola, que desveló a comienzos de mes su hoja de ruta hasta 2025, el hidrógeno verde –un 9% del capex– también se ha convertido en un vector de crecimiento. La compañía prevé la instalación de 600 megawatios hasta 2025 (800 MW en 2027, junto a Fertiberia) y producirá 15.000 toneladas de hidrógeno renovable. Los primeros proyectos en España se completarán con más iniciativas en otros países. Y, mientras tanto, liderará el desarrollo de una cadena de valor para respaldar la implantación de nuevos fabricantes de electrolizadores y promoverá alianzas con otros grupos industriales.

Por descontado, compañías como Repsol –que en palabras de su consejero delegado, Josu Jon Imaz, "ambiciona ser líder en hidrógeno renovable en la Península Ibérica para alcanzar en 2025 una producción equivalente de 400 MW, con la ambición de superar 1,2 GW en 2030"–, o Siemens Gamesa, líder en la energía eólica, serán claves.

El transporte

El transporte del hidrógeno, que al final y al cabo no deja de ser un gas, es uno de sus principales obstáculos debido a que todavía es caro y complicado hacerlo. "Se puede realizar por carretera, a una presión altísima o a muy baja temperatura, y también por tubería, donde se ha demostrado una mayor eficiencia y estabilidad", explica Carlos Andreu, profesor del EAE Business School. Aquí entraría en juego una compañía como Enagás o Naturgy, las cuales ya tienen la infraestructura para llevar gas a cualquier zona. "No obstante, no son del todo compatibles con las redes actuales de gas natural, ni el cambio va a ser de uno por otro, por lo que hay que hacer una inversión importante en otro trazado, pero podemos hacerlo y estas compañías tienen la experiencia", añade el experto.

La opinión de las firmas de análisis sobre las redes de gas en el nuevo contexto de renovables no es tan positivo como de las redes de electricidad. "Sin embargo, el camino a seguir está surgiendo en el actual debate sobre el hidrógeno", afirman desde Bernstein.

La apuesta de Enagás por este tipo de energía es tal que esta pata ya empieza a valorarse. Goldman ha sido uno de los primeros en fijar su precio justo en 25 euros por acción y otorgarle un consejo de compra basado en la contribución del hidrógeno a la base de activos futura.

Los usos finales

Si se consigue que finalmente se pueda producir a un coste que sea competitivo frente a otras fuentes de energía como puede ser el propio gas natural, y transportarse eficazmente a buen precio, las posibilidades del hidrógeno son incontables.

Los expertos identifican principalmente tres usos: para aplicaciones industriales en la fabricación de químicos, cementos, aceros, etcétera, abaratando los costes de producción de compañías muy intensivas en este sentido, como puede ser ArcelorMittal; para el almacenaje de la energía renovable que ahora mismo se está perdiendo, ayudando a sectores como el de la energía eólica, sobre todo la offshore, o las grandes granjas fotovoltaicas.

Y el último y quizás más mediático de los usos es el de servir de combustible para la movilidad. Hay cierto debate entre los analistas en torno a si potencialmente el hidrógeno puede ser una buena opción para los turismos ya que, de momento, hay unos pocos modelos (de Toyota, Hyundai y Honda) que funcionan con hidrógeno. Luque cree que "su principal ventaja sería el tiempo de carga, mucho menor que el de los eléctricos convencionales, y una mayor autonomía, aunque serán, a priori, modelos más caros para el usuario".

"Ya se ha iniciado la apuesta por los trenes y los autobuses, donde CAF ya tiene proyectos para los primeros y una filial consolidada, Solaris, para los segundos"

Sin embargo, hay bastante consenso en torno a que el hidrógeno será la mejor opción para los vehículos más pesados, ya que les aporta la potencia y la autonomía que no les da la batería de litio. Ya hay modelos de carretillas y grúas, y hay varias empresas trabajando en el camión de hidrógeno. Aquí, de nuevo, Repsol podría ser un actor clave para incluir una red de hidrogeneras en sus estaciones de servicio. En España ya se ha iniciado la apuesta por los trenes y los autobuses, donde CAF ya tiene proyectos para los primeros y una filial consolidada, Solaris, para los segundos. "CAF tiene un tesoro ahí", indicaba uno de los analistas consultados, "porque lo vio antes que nadie". También Talgo ha presentado un proyecto para poner un sistema de pila de combustible de hidrógeno en un tren de Cercanías y Media Distancia.

"Y no hay que olvidar ni a los barcos ni a los aviones", nos recuerda Andreu. Airbus lleva años trabajando en un sistema de propulsión por hidrógeno en tres modelos llamados ZEROe–. La estimación de la compañía es que lo lograrán hacia el año 2025, y lo podrían tener certificado y preparado para volar 10 años después.

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