Bolsa, mercados y cotizaciones

La peor semana desde 2008 en Europa y Wall Street obliga a atacar las bolsas y evitar la retirada

  • El mercado asume un parón de la economía por el coronavirus
Un Caballo de Troya para atacar al mercado.
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La retirada más famosa de la Historia no fue una retirada, fue el ataque más épico jamás contado y exigió ingenio y obstinación. En la Ilíada de Homero, los griegos se negaron a admitir lo inevitable y tramaron la estrategia del Caballo de Troya para sorprender y vencer, por fin, a su enemigo. Tras la peor semana de las bolsas desde 2008 en Europa y en Wall Street, el inversor tiene que pensar hoy como el Mito dice que entonces lo hicieron Agamenon, Menelao o Ulises. Tiene que urdir su propio plan, al margen de la manada que huye de la contienda urgida por el miedo, para aprovechar una oportunidad única, de las que el mercado ofrece en contadas ocasiones. En los parqués se ha asumido que el coronavirus paralizará la economía mundial temporalmente, pero no hay acuerdo ni sobre cuánto ni sobre hasta cuándo, lo que impide atisbar un suelo a los desplomes. Eso no quiere decir que haya que claudicar, sino todo lo contrario: es momento de comprar gradualmente activos de calidad, con visibilidad más allá de la amenaza de pandemia, que ya estén ofreciendo inusitadas rentabilidades por dividendo, atractivos descuentos por PER (número de veces que los beneficios están recogidos en el precio de las acciones) y puntos de entrada extraordinarios desde el punto de vista del análisis técnico.

La clave es no repetir la advertencia del inversor más reconocido del mundo, Warren Buffet: "Cuando los inversores se vuelven demasiado temerosos o demasiado ambiciosos, a veces se esconden detrás de la idea de que esta vez es diferente y, generalmente, terminan lamentándolo". El Ibex 35 perdió en la última semana un 11,76%, en total 58.000 millones de capitalización. El EuroStoxx 50 se desplomó un 12,39%, perforando el soporte clave de los 3.400 puntos. Zona de compra en la que el jueves, al coincidir con el alcance de los 3.050 enteros por parte del S&P 500, el director de estrategia de Ecotrader, Joan Cabrero, decidió efectivamente adquirir bolsa. Y así, el portal de estrategias de inversión de elEconomista ha aumentado ya la exposición en 14 puntos en los dos últimos días de fuertes derrumbes.

"En estas sesiones de verdadero pánico son muchos los que se preguntan dónde están los soportes que en ningún caso deberían de perderse si queremos seguir confiando en la continuidad de la tendencia principal del mercado, que no hay que olvidar que sigue siendo incuestionablemente alcista en lo que a plazos largos se refiere", continúa el estratega de Ecotrader, quien concluye que "estos soportes se localizan en los mínimos que marcaron las bolsas europeas en agosto del año pasado, como son los 3.240 puntos del Eurostoxx 50 –de los que todavía se encuentra a un 2,6%– y, en el caso de Wall Street, los mínimos de junio pasado, como son los 2.730 puntos del S&P 500 –de los que aún se distancia en un 6%–".

Comprar, pese al miedo

"En momentos como este, conviene identificar los sesgos conductuales y ceñirse al conjunto de principios fundamentales de la inversión", explica el equipo de analistas de Fidelity, que reconoce que "la respuesta más obvia ante este tipo de situaciones es el miedo, que es connatural al comportamiento humano y se ha desarrollado como forma de responder rápidamente ante el peligro, sin embargo, el miedo no destaca precisamente por su capacidad para preservar las inversiones".

La quiebra de Lehman Brothers se llevó un 18% del S&P 500 y un 22% del valor de la bolsa europea

Son muchos los expertos que han decidido adquirir bolsa en los últimos días. "Hemos comprado algo en aquellas carteras que estaban infraponderadas", reconoce Ignacio Cantos, director de análisis de ATL, en lo que es "una bajada irracional". "Estamos a precios de hace meses, si invertimos a largo plazo no nos debería preocupar en absoluto este acontecimiento", comenta José Antonio Madrigal, director de Mercalia.

"Como hemos visto, los mercados pueden reaccionar de forma muy brusca ante posibles amenazas, pero también pueden estabilizarse rápidamente y terminar recuperándose, por lo tanto, conviene no centrarse demasiado en las oscilaciones a corto plazo, por acusadas que puedan parecer, e invertir en empresas de calidad que puedan seguir generando rentabilidades duraderas a lo largo plazo", continúan en Fidelity. Estas ocasiones son reconocibles en los descuentos por PER que presentan los índices de uno y otro lado del Atlántico respecto hace apenas semanas. El Ibex 35 cotiza ahora mismo a un múltiplo de beneficios de 12,3 veces, el EuroStoxx 50 a 13,8 y el S&P 500 a 16,8 veces. Estas cifras afloran rebajas del 6%, del 7,5% y del 9% frente al arranque del año, respectivamente, según las estimaciones de ganancias. Unas previsiones que, aunque pesos pesados del mundo de la inversión, como Goldman Sachs, ya han puesto en cuestión, nadie duda tampoco que se recuperarán cuando se confirme la contención del coronavirus.

"La atención de los inversores está dirigiéndose hacia la posible magnitud de la respuesta que van a dar las economías afectadas por el coronavirus a través de sus políticas monetarias y de gasto; en este sentido, China está marcando el camino con un paquete de estímulos proactivos, y se esperan más medidas", apuntan los analistas de Fidelity, quienes confían en que "las autoridades de Europa y EEUU probablemente sigan su ejemplo, pero se desconoce qué capacidad tienen para actuar y de qué forma abordarán los estímulos".

Confiar en la Historia

Warren Buffett dijo lo que se aprende "de la Historia es que las personas no aprenden de la Historia". Esta afirmación pretende que los inversores encuentren en la memoria razones para confiar en una recuperación. No hay ciencia que pueda prever cuándo se verá un suelo fiable en este desplome, pero sí se sabe que el mercado, más tarde o más temprano, remonta estos shocks. El afinar en menor o mayor medida con el momento de la compra sólo diferencia a los que sacan un bien de los que consiguen la matrícula de honor, pero lo imprescindible es entrar gradualmente.

Esta semana se han registrado dos de las mayores caídas diarias desde el día del Brexit. También han sido ligeramente inferiores a las de las dos devaluaciones del yuan en agosto de 2015 y enero de 2016, momentos que precedieron a fuertes rebotes. Antes, en 2011 con la crisis de deuda en Europa, se vivieron también momentos de tensión incluso mayores, al igual que tras la quiebra de Lehman Brothers en 2008. De hecho, la mayor subida de la historia reciente es precisamente después del inicio de dicha crisis financiera, con un rebote de casi el 12%.

En las últimas cinco sesiones, los desplomes de los principales índices europeos han superado el 12%. Y los analistas de Deutsche Bank siguen viendo una sobrerreacción del mercado. "Es cierto que habrá un impacto económico en el primer trimestre, especialmente en China, pero lo que nos dice la historia es que estas caídas en la actividad derivadas de crisis sanitarias vienen acompañadas posteriormente por un rebote de la actividad importante", explica Rosa Duce, economista jefe del banco alemán. "Hay que tener en cuenta, además, que China, país más afectado por el virus, empieza a mejorar, con un número decreciente de casos nuevos al día", añade la experta.

MásMóvil ha sido la única firma del Ibex 35 que ha cerrado la semana con ganancias en bolsa

Para ver caídas similares en el Viejo Continente hay que remontarse a 2011, cuando el EuroStoxx cedió un 11% y en ese caso el mercado recuperó todos los puntos perdidos en aproximadamente 6 meses. En mayo de 2010, el selectivo se desplomó más de 11% y en menos de tres meses ya se situaba por encima. En noviembre de 2008 llegó incluso a recomponerse de un descenso de casi el 12% en una sola semana. Más grave fue la corrección del 22% que vino tras el cierre de Lehman, ya que hasta comienzos de 2010 el EuroStoxx no recuperó los 3.000 puntos. En septiembre de 2001, el índice consumió menos de un mes para recuperar una caída del 10,5%.

En Wall Street hay que remontarse a la quiebra de Lehman Brothers para ver un retroceso semanal de doble dígito, en este caso del 18%. El S&P 500 se dejó unos 200 puntos que tardó casi un año en recuperar. En 2001, con el crash de la burbuja puntocom solo pasó un mes hasta que compensó las pérdidas del 11,6%.

Desde Natixis, Esty Dwek señala que "los mercados se están corrigiendo a medida que crecen las preocupaciones sobre la pandemia global y las consecuencias económicas que de ello derivan y este impacto creemos que durará también en el segundo trimestre viendo la expansión geográfica del virus". Los próximos días podrían seguir siendo difíciles para las acciones, aunque el rebote puede ser rápido cuando los temores disminuyan incluso si no vemos una recuperación en V.

Castigo al turismo y a los bancos

El turismo europeo está sufriendo uno de los golpes más severos en bolsa: las compañías relacionadas con la industria de los viajes presentes en el Stoxx 600 se desplomaron un 17,7% en la semana. En España, las empresas del sector que cotizan en el Ibex 35 perdieron cerca de 10.700 millones de euros de capitalización. El dinero sale de Meliá, IAG, Amadeus y Aena por el impacto que el riesgo de pandemia tiene en el tráfico de pasajeros a nivel global y, concretamente, en un país como España, en el que el turismo es crucial, y a pocas semanas de un periodo vacacional como la Semana Santa. Esta súbita reacción del mercado permite que hoy estas compañías españolas se compren, de media, un 15% más baratas por PER. Por destacar alguna nota positiva, MásMóvil -tras confirmar su primer dividendo- ha conseguido cerrar la semana con ganancias e Iberdrola ha sido el valor menos bajista de todo el EuroStoxx 50.

En el sector bancario se vieron desplomes de más del 15% en los casos de BBVA y Bankia, y de más del 17% en los de las francesas Société Générale y BNP Paribas, que han cotizado que el mercado haya puesto contra la espada y la pared a los bancos centrales en general, y al BCE en particular, que deberán volver a aumentar la expansión monetaria para apoyar la recuperación económica.

Este hecho ha sido el último empujón que necesitaba el inversor para mover su capital a la renta fija en una semana tan convulsa como esta. En este sentido, los activos más seguros se han llevado la palma. La rentabilidad exigida al T-Note ha descendido de casi un 1,50% al 1,16% actual -a media sesión del viernes-, que son mínimos históricos. En Europa, el Bund ya cotiza en el -0,61% al caer 20 puntos básicos desde el cierre del pasado viernes. Sin embargo, ha habido ventas en bonos italianos mientras que los españoles se han quedado prácticamente planos.

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