El lunes negro de la bolsa de China, el 90% de las compañías cotizadas en Shangahi y en Shenzen alcanzaron el límite del 10% de caída al cotizar de golpe toda la incertidumbre que se ha filtrado en el resto de mercados en las últimas semanas por el riesgo de que la pandemia originada en el país impacte severamente en la economía global. Solo 162 de los casi 4.000 títulos del parqué chino evitaron este límite, la mayoría de ellos relacionadas con el ámbito sanitario, el único que se espera que salga beneficiado de la crisis del coronavirus a corto plazo. A medio, la estadística es tranquilizadora: el S&P 500, el principal índice de Wall Street, ha tardado en recuperarse apenas 31 sesiones de de media de las correcciones provocadas por las últimas cinco pandemias -el Sars, el Mers, el Zika, la gripe aviar y el ébola-.
Si en algo están de acuerdo los expertos es en que el mercado no ha iniciado todavía esta fase de remontada y en que la volatilidad permanecerá por tiempo indefinido. La historia muestra que el riesgo de caída se extiende hasta el 12,9% de corrección que supuso el Zika entre 2015 y 2016 o hasta el 12% del Sars en 2003, la pandemia que ha surgido como principal comparable al coronavirus. En el primer caso, la recuperación del S&P 500 exigió 46 jornadas. En el segundo, solo 30.
De momento, Wall Street se mantiene en positivo en 2020 y en Europa las caídas se limitan al entorno del 2%. "En 2003, los mercados habían estado disminuyendo durante dos o tres años y la bolsa de Hong Kong se había reducido a la mitad desde su pico en el 2000", por lo que "ya había mucho pesimismo", aseguran desde Jupiter AM. Ahora, con el coronavirus, "la imagen es diferente, con una carrera alcista de varios años", continúan los expertos de la gestora, quienes recuerdan que "el Sars redujo aproximadamente el 1% del PIB de China y aproximadamente un 3% en Hong Kong" y este nuevo virus llega en un "período económicamente significativo, ya que el gasto del consumidor en el año nuevos importante".

El impacto final de la actual crisis tanto para la economía como para el mercado es todavía impredecible y las circunstancias de cada pandemia distan mucho. El peso de China en el mundo se ha multiplicado exponencialmente respecto a la propagación del Sars. Danske Bank indican que "la economía asiática es mucho más grande que en 2003: entonces suponía el 9% del PIB global ajustado a paridad del poder adquisitivo y ahora el 19%". Además, el banco de inversión apunta que "es un tercio del crecimiento, frente al 20% anterior", aunque matiza que "hay un factor que mitiga el golpe, ya que probablemente sea el sector servicios el que se lleve la peor parte y el componente importador del mismo es mucho más pequeño que en el manufacturero".
La diferencia de escala entre el Sars y el coronavirus se observa también en la participación de China en el consumo de petróleo mundial, que ha pasado del 6,6% al 13,5%, lo que está reflejando en la cotización del crudo, que corrige un 20% desde máximos de 2020. O en su peso en las ventas de smartphones, que se ha incrementado del 5% al 34,6%, o en el de las de coches, que se ha marchado del 11,2% al 29,2%.
Menor crecimiento económico de China
El propio Gobierno chino está planteando recortar el objetivo de crecimiento económico para 2020, que en diciembre adelantó que rondaría el 6%, lo que significaría empezar a poner cifras al impacto del coronavirus. Previamente, el banco central del gigante asiático ya había tomado cartas del asunto con una inyección de liquidez. Lo próximo podría ser un aumento del déficit presupuestario.
Otra balsa con la que cuenta el mercado es la vehemente recuperación del turismo en China tras el Sars, quizá el sector que vuelve a estar más amenazado, lo que estos días están somatizando en bolsa principalmente hoteleras, aerolíneas y compañías de lujo. En el segundo semestre de 2003, tras la contención de la pandemia, el crecimiento de los viajes de ida de chinos fue de más del 30%, suficiente para subsanar la herida.