
Tras un 2019 extremadamente tranquilo y un 2020 que empezó al alza, la irrupción del coronavirus chino ha puesto nervioso al mercado, que ha llegado a caer en torno a un 2,5% a uno y otro lado del Atlántico, si bien el retroceso se ha mitigado tras la subidas del martes y al cierre de la sesión en Europa el descenso del Stoxx 600 desde máximos es del 1,6% y la del S&P 500 del 1,7%. Según datos recopilados por Citi, echando un vistazo a los precedentes de los últimos 20 años, en casos parecidos el S&P ha sufrido bajadas que oscilan entre el 6% y el 13%.
Aplicando el peor de los escenarios al índice norteamericano le quedaría un recorrido a la baja del 11,5%, mientras que en el más benigno el retroceso sería del 4,4%. Eso sí, con los datos actuales resulta especialmente difícil realizar previsiones, si bien desde el banco norteamericano recuerdan que dados los niveles de complacencia vividos en mercado el golpe podría ser duro.
"La gravedad del coronavirus todavía está por conocer por lo que se tiende a considerar el peor escenario, especialmente teniendo en cuenta que nuestro modelo de sentimiento ha tocado el territorio de la euforia y que la ponderación de las bolsas en los hogares es elevado en términos históricos. Además, con un precio objetivo para el S&P a solo un 1% de los máximos es difícil recomendar aumentar la exposición", argumentan desde Citi.
En este escenario, la principal comparación es la del síndrome respiratorio agudo y grave (SARS, por sus siglas en inglés), una forma grave de neumonía que tuvo su origen en China en 2003. En ese caso la corrección en el mercado fue del 12,8% y duró 38 sesiones. "Las caídas siguen una lógica que está basada en el último caso comparable, el SARS. Las firmas que están en China -especialmente de aviación, viajes y turismo- y otros mercados fuertemente unidos al país están particularmente afectados. Segundo, aquellas bolsas que son más cíclicas, que sufrirían el daño económico que se produjese en China. Mientras, los refugios como el oro o los bonos soberanos experimentaron subidas", señalan desde el equipo de análisis de Raiffeisen Research.
En todo caso, tomando como referencia lo vivido en 2003, en solo dos meses el mercado recuperó el nivel previo al comienzo de las turbulencias. "El impacto en el mercado fue pequeño y, sobre todo, solo se hizo evidente en el corto plazo. Si creemos en el diagnóstico de los expertos y consideramos el impacto final, solo esperamos pequeñas caídas en precio a corto plazo y una rápida reducción del riesgo para los mercados globales", concluyen en la entidad austriaca.
El efecto de los 'otros' coronavirus
En esta misma línea, en Julius Baer piensan que "en un primer momento habrá más debilidad en las bolsas, ya que la situación podría deteriorarse antes de alcanzar un punto de inflección". Así, aconsejan que los inversores a corto plazo "esperen hasta que llegue ese momento para incrementar su posicionamiento" y para aquellos a largo que "mantengan su exposición".
El impacto en la economía
Después de que el mercado haya puesto en precio un repunte más fuerte de la economía del que todavía muestran los datos, el principal riesgo es que el impacto del coronavirus sobre la economía frene la tenue recuperación, si bien es muy difícil poder cuantificar el golpe. "Los mercados están especulando sobre el efecto, pero es imposible analizar el impacto económico en este punto. Hay tres cambios estructurales que crean incertidumbre: el incremento del gasto online, que limita el daño al consumo, la importancia de las redes sociales, que diseminan las fake news y el miedo más lejos y más rápido y el aumento de la cuota de mercado china en la industria manufacturera, lo que potencialmente podría ser una disrupción en la cadena de distribución global", inciden en UBS.
El principal riesgo es que el impacto del coronavirus sobre la economía frene la tenue recuperación
Por su parte, en Danske Bank indican que "la economía china es mucho más grande que en 2003. Entonces suponía el 9% del PIB global ajustado a paridad del poder adquisitivo y ahora el 19%. Además, es un tercio del crecimiento, frente al 20% anterior. Hay un factor que mitiga el golpe, ya que probablemente sea el sector servicios el que se lleve la peor parte y el componente importador del mismo es mucho más pequeño que en el manufacturero".
Rompe la calma de los inversores
Uno de los factores más nombrados por los analistas tras el estallido del coronavirus es la excesiva complacencia del mercado. Tras 74 sesiones en las que el S&P no había caído más de un 1%, esta racha se truncó el lunes. "La historia muestra que estos periodos de calma no duran mucho y que estábamos a punto de llegar a un periodo de volatilidad, por lo que era una cuestión de tiempo que llegasen las caídas. Aunque no queremos minimizar las pérdidas humanas, la historia también cuenta que el impacto económico y en mercado de estos catalizadores suelen ser limitados", apuntan en LPL.