
La era de Mario Draghi en el Banco Central Europeo (BCE) ha llegado a su fin, y ahora comienza la de Christine Lagarde. La ex directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) llega al eurobanco con muchos frentes por delante. De hecho, estrena mandato el día que se reactivan las polémicas compras de bonos soberanos que han aumentado las discrepancias entre las palomas y los halcones del organismo. Esty Dwek, responsable de estrategia global de mercado de Dynamic Solutions (Natixis IM), piensa que Draghi ha hecho "prácticamente todo lo que podía" para sostener la economía de la Eurozona. Y no es una opinión alejada de la general. Las principales críticas que ha recibido el italiano en su mandato es no haber conseguido llevar la inflación al objetivo del 2% y el riesgo de haber generado un problema mayor con los tipos negativos.
La llegada de Lagarde a la presidencia del BCE merece toda la confianza del italiano. "Ella sabe perfectamente lo que tiene que hacer", declaró el jueves Mario Draghi en la rueda de prensa posterior a su última reunión como presidente del organismo. Él acaba su etapa como el salvador del euro y la eurozona y, al mismo tiempo, deja a su sucesora muchos retos que afrontar, como un mercado de deuda infestado de bonos que ofrecen rentabilidades negativas y un Consejo de Gobierno del BCE que algunos consideran que está dividido, aunque Mario Draghi lo negó en el último encuentro, destacando que algunos miembros que habían mostrado sus diferencias de opinión en los últimos meses ahora hacían un llamamiento a la unidad. Pero Draghi cree que Christine Lagarde cuenta con una importante baza: todo el tiempo que tiene por delante. Mientras, los expertos destacan otra de forma casi unánime: el perfil político de Christine Lagarde, una de las cualidades que parece que va a ser más importante en los años que va a estar la francesa al frente del BCE.
Durante los últimos años, los bancos centrales han ganado protagonismo y responsabilidad en la tarea de impulsar el crecimiento económico de la eurozona. Los gobiernos de la región se han encomendado a Draghi y a sus estímulos y han hecho oídos sordos a las peticiones constantes del italiano, quien no ha parado de solicitar apoyo de los líderes europeos para conseguir sacar el máximo partido a las medidas que ha llevado a cabo durante su mandato.
Llegó la hora de los gobiernos
Después de inyectar cientos de miles de millones de euros en la economía y bajar los tipos hasta mínimos nunca vistos, son muchos los expertos que coinciden en que el BCE ya no puede hacer mucho más, ya que empieza a quedarse sin combustible con el que apoyar a la economía europea. El relevo lo deben tomar los políticos de la zona euro, con rebajas fiscales que complementen el paquete de estímulos que ha lanzado el BCE. Es por ello que el perfil político de Lagarde es ahora tan valioso, si le ayuda a conseguir convencer a los líderes europeos de que arrimen el hombro en la tarea de impulsar el crecimiento económico y el avance de la inflación hacia el 2% que busca el BCE. "Una barrera gigante se interpone en el camino para que la labor de Christine Lagarde al frente del BCE sea eficaz: los gobiernos nacionales", explica Paul Diggle, economista senior en Aberdeen Standard Investments.
"El objetivo de inflación se alcanzará antes con una política fiscal adecuada y tendrá menos efectos secundarios", se defendió el italiano en su última rueda de prensa como presidente del BCE. Mario Draghi lleva meses haciendo un llamamiento a los gobiernos con capacidad suficiente para que inyecten dinero en sus economías y así palíen la situación. Y entre todos ellos destaca Alemania, la mayor potencia de la Eurozona, aunque él no le señala directamente.
Según ha defendido públicamente, "nunca daría recomendaciones a países concretos" porque en el BCE son "extremadamente humildes". Sin embargo, Draghi ya es cosa del pasado, y las cosas van a cambiar. "Lagarde está totalmente de acuerdo con que el BCE facilite una transición hacia la política fiscal", señala Konstantin Veit, gestor de PIMCO. Y se da por hecho que usará sus armas políticas para lograrlo.
Steven Major, jefe de investigación de renta fija para HSBC, considera que "para poder juntar la política monetaria y la fiscal se necesita un enfoque diferente. En mi opinión, la elección de Lagarde como nueva presidenta del BCE es consistente con esta evolución", señala, añadiendo que la nueva presidenta, por su labor al frente del FMI, "ha aprendido mucho sobre la reestructuración de deuda en África, en Argentina. Es consciente de que no funcionan". Para Major, ahora es significativo el hecho de que "los líderes de los principales bancos centrales no son economistas. Haruhiko Kuroda es abogado. Jerome Powell también y, ahora, también lo es la presidenta del BCE. Se está apreciando un cambio", señala.
"Agudeza política"
Lagarde "va a presionar a los gobiernos incluso más que Draghi para asegurarse su ayuda fiscal", vaticinó Esty Dwek en un encuentro con periodistas en Madrid. "El BCE no puede impulsar solo la economía de la eurozona. Van a necesitar respaldo fiscal", insistió.
Por ello, esta experta cree que la futura presidenta del BCE "será más clara" y hablará con los países "entre bastidores", cultivando "las relaciones que construyó" con sus líderes cuando estaba al frente del FMI. Algo que será de todo menos fácil, ya que supondrá un "cambio radical" en la Eurozona, como destaca Nick Wall, de Merian Global Investors. Por ello, asegura, Lagarde necesitará toda su "agudeza política" para llevar las riendas.
Alemania confirmará previsiblemente el 14 de noviembre que ha entrado en recesión técnica. Se espera que su producto interior bruto (PIB) entre julio y septiembre se haya contraído, por lo que ya encadenaría dos trimestres a la baja. Pero aún así los expertos no creen que Berlín vaya a dar su brazo a torcer fácilmente. En su escenario más optimista, Dwek cree que "no habrá nada (de estímulos fiscales) hasta 2020", pese a que ya "los necesitan".
Daniel Lacalle: "Creo que es una persona con una visión de la economía más cercana al dirigismo francés y a mantener a toda costa el gasto público"
En este sentido, "si alguien puede incitar a los gobiernos de la eurozona a actuar, es Lagarde", explica Paul Diggle, quien considera que la francesa "tiene una experiencia única, tanto en la supervisión de la política fiscal nacional en Francia, como en el asesoramiento a los gobiernos sobre sus políticas fiscales en todo el mundo. Es el operador político consumado que necesita la economía de la eurozona. Ahora bien, siempre y cuando los gobiernos se pongan en marcha", destaca.
Hay quien, sin embargo, tiene serias dudas de que Lagarde vaya a ser capaz de sacar a la zona euro de la espiral en la que se encuentra inmersa. Es el caso de Daniel Lacalle, economista jefe de Tressis: "Tendremos que dar el beneficio de la duda, pero si la historia nos dice algo de su forma de pensar, creo que es una persona con una visión de la economía más cercana al dirigismo francés y a mantener a toda costa el gasto público. Eso sí, creo que es una muy inteligente y en muchas ocasiones ocurre, que te sorprende quien no esperas", destaca el experto, quien explica que "lo que parece evidente es que el BCE, más que intentar mitigar los daños colaterales de su política monetaria, prefiere justificarlos".
Los Estados Unidos de Europa
La contribución de los distintos gobiernos de la zona euro con medidas estructurales y apoyo fiscal no es el único llamamiento que ha hecho Draghi en los últimos años. En sus discursos el italiano ha tratado de fomentar la creación de mecanismos que contribuyan a una mayor integración de la Unión Europea. En este sentido, Neil Dwane, estratega global de Allianz Global Investors, destaca cómo "desde la perspectiva europea, el nombramiento de Lagarde es muy positivo. Ella no va a cambiar la política monetaria en los próximos 8 años. Su nombramiento está totalmente relacionado con la política. Va a utilizar la credibilidad y el poder del BCE para crear lo que yo llamo Los Estados Unidos de Europa, y trabajará para colocar todos los ladrillos que todavía faltan en este sentido: un depósito común, un presupuesto común para toda la zona euro, un bono común, un ministro de finanzas para toda la eurozona y la unión de los mercados de capitales. Ella va a ser la artífice de todo esto", explica el experto. Habrá que esperar a ver hasta dónde es capaz de llegar Lagarde en este esfuerzo.