
A pesar de la entrada en vigor de los últimos aranceles entre EEUU y China anunciados el pasado mes, los principales parqués europeos -sin la referencia de Wall Street, cerrada por el Día del trabajador- cotizaron con repuntes el estreno de septiembre. El índice que menos avanzó fue el Ibex, que cerró prácticamente plano, y el diferencial que mantiene con el EuroStoxx 50 en 2019 se eleva ya a 11 puntos, la mayor distancia en lo que llevamos de ejercicio.
Después de un agosto turbulento en los mercados por la guerra comercial, los temores a una recesión global y los acontecimientos políticos en Italia y Reino Unido, el selectivo español fue el único índice de la zona euro en negativo tras dejarse un 1%. En el cómputo anual, las ganancias del Ibex apenas superan el 3% frente a los avances que se anotan indicadores como el Dax alemán, que sube un 13%, el 16% del Cac, o el 17% del Ftse Mib en el mismo periodo.
El mal comportamiento de la banca -el único sector europeo en negativo en 2019 con un retroceso de más del 8%- sigue siendo la principal causa que explica el retraso de la bolsa española con sus comparables. Muestra de ello son las pérdidas anuales que protagonizan entidades como Bankia y CaixaBank, superiores al 35%, los descensos en torno al 24% de Bankinter y Sabadell, o el 13% que se deja Santander.
Una situación que, por si fuera poco, no tiene visos de mejorar teniendo en cuenta que el mercado ya da por seguro un recorte del precio del dinero de 20 puntos básicos en la reunión que celebrará el BCE el 12 de septiembre.
En este nuevo escenario de bajos tipos de interés, los bancos españoles afrontan una doble amenaza. Además de que su libro de préstamos tendrá unos intereses más bajos, las entidades durante estos años han obtenido importantes ganancias mediante su cartera de renta fija, bien sea gracias a las ganancias por precio o a cupones mucho más elevados que los actuales. Y a medida que esos bonos van venciendo los intereses que ofrecen las nuevas emisiones son mucho más bajos y cada vez hay menor margen por precio, lo que golpeará el beneficio.
No es momento de comprar
Pero a la espera de los anuncios que pueda hacer la institución que preside Mario Draghi la próxima semana, donde también se espera que se presente un gran paquete de estímulos, la guerra comercial sigue siendo, junto al Brexit, el frente más importante.
"Perdida ya la oportunidad de realizar un nuevo gesto de buena fe levantando los nuevos aranceles, el siguiente gran gesto que espera ahora el mercado es ver si finalmente se producirá una nueva reunión entre ambas partes a mediados de mes en Washington", apunta Aitor Méndez, analista de IG.
Joan Cabrero: "Al otro lado del Atlántico los índices norteamericanos no han logrado todavía superar resistencias"
Así, el nuevo curso bursátil arranca sin cambios significativos desde el punto de vista técnico. "La gran mayoría de índices ha cerrado muy lejos de los mínimos del mes y cerca de niveles donde cerraron en julio, lo que evidencia la dificultades de los bajistas para tomar el control", asegura Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader.
Y es que, a pesar de los ascensos en las bolsas europeas de las últimas sesiones, "vemos que esa pauta de vuelta no es muy clara y al otro lado del Atlántico los índices norteamericanos no han logrado todavía superar resistencias análogas", afirma el experto.
En este punto, desde Ecotrader se ha decidido aguardar a que se alcancen niveles donde la ecuación rentabilidad/riesgo sea atractiva para volver a comprar bolsa. Y para ello es preciso que Wall Street alcance los mínimos de junio, es decir, los 2.725 puntos del S&P, de los que se encuentran a una distancia del 7%. A precios actuales, el potencial del índice es de apenas un 3,5% hasta la zona donde pastan las esperanzas alcistas de las bolsas, los toros -los máximos históricos que el S&P 500 conquistó el 26 de julio-.
Pero "comprar en la zona actual de precios, tan cerca de resistencias históricas como son los 3.030/3.050 del índice americano, no es atractivo en términos de riesgo/recompensa toda vez que el soporte fundamental que debería utilizarse de stop se encuentra muy alejado", añade el estratega.
La caída hasta la cueva de los lobos -el soporte clave de los 2.600 puntos que podría llevar a las bolsas a los mínimos de Navidad- está a un 11%.