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El 'misterio' de la debilidad de un activo refugio como el oro en medio de la volatilidad y las incertidumbres globales

  • El oro está sufriendo la fortaleza del dólar y unos tipos de interés más altos
  • Los inversores suelen esperar hasta que la crisis está encima para comprar oro
  • Algunos bancos centrales han empezado a incrementar sus adquisiciones
Foto de Dreamstime

Disputas comerciales entre grandes potencias, volatilidad en los mercados financieros, la posibilidad de que el ciclo de crecimiento esté llegando a su fin, crisis en los emergentes... Todos estos factores deberían estar impulsando el precio del activo refugio por antonomasia, el oro. Sin embargo, en lo que va de año el precio de este metal precioso acumula un descenso de casi el 10%, mientras que aún se encuentra un 34% por debajo de los máximos marcados en 2011.

La onza de oro se cambia por 1.200 dólares, muy lejos de los 1.800 dólares que llegó a superar a finales de 2011, en los momentos más críticos de la crisis del euro. Según destacan desde Bullion Vault, el número de compradores de oro en septiembre mostró una caída del 13,9%. Adrian Ash, director de investigación de esta firma comenta que "diez años después de la fuerte contracción del crédito que desembocó en una crisis incontenible, el éxito del oro como refugio parece haber caído en el olvido".

El 'olvido' del oro

Este experto destaca que este 'olvido' del oro "podría causar arrepentimiento con los mercados mundiales de acciones muy cerca de máximos históricos. Los bajos precios del oro están ofreciendo una entrada barata a nuevos compradores", explica este analista de metales preciosos. Sin embargo, la fortaleza dólar (divisa en la que está denominada el oro) hace menos atractivo este metal precios. Si el dólar se fortalece de forma general aunque el precio del oro se mantenga estable, lo cierto es que precio real para un europeo que opere con euros es más elevado.

No obstante, quizá todavía es un poco pronto para refugiarse en el oro a pesar de los nubarrones en el horizonte. Analizando las curvas de tipos de los bonos del Tesoro de EEUU desde los años 70, el precio del oro suele presentar grandes subidas cuando se produce una inversión de la curva (el bono a 2 años supera en rentabilidad al bono a 10 años). Esta inversión de la curva es el mejor predictor de recesiones, y como se ha podido comprobar en las dos últimas crisis en EEUU (2000 y 2007), la inversión de la curva coincidió con fuertes subidas del precio del oro. Aunque es cierto que la curva se está aplanando, aún no se ha invertido y el diferencial entre el bono a dos y diez años parece mantenerse estable en los últimos meses.

Por otro lado, los expertos de Commerzbank sostienen que la fortaleza del dólar afecta a la demanda de este activo, que está denominado precisamente en esa divisa. Al igual que ocurre con el petróleo, una apreciación del dólar frente a otras divisas hace que el oro sea relativamente más caro para los agentes de las economías cuya divisa se ha depreciado frente al dólar.

El dólar y los tipos de interés

Otra causa que está muy relacionada con la fortaleza del dólar son unos tipos de interés reales (descontando la inflación) más elevados. Si los inversores obtienen una rentabilidad que supera la inflación invirtiendo en bonos o en depósitos, el oro pierde atractivo. Este metal precioso no paga un cupón como los bonos, ni un dividendo como las acciones o un alquiler como la vivienda en propiedad, así que lo único que se puede esperar del oro para ganar algo es que su precio suba.

La economía de EEUU crece con fuerza, lo que incrementa las expectativas sobre los beneficios (dividendos) de las empresas. Y esto a su vez puede conducir hacia unos tipos de interés más altos y a un dólar más fuerte. Por tanto, todo parece jugar en contra del oro a pesar de los riesgos que se atisban.

La Fed dispara y el oro cae

Sin ir más lejos, la semana pasada el oro cayó hasta los 1.180 dólares después de que la Reserva Federal anunciase la tercera subida de tipos en EEUU de este año y dejase entrever en sus proyecciones que se espera una subida más para este año, tres más para 2019 y probablemente una más en 2020, lo que dejaría los tipos nominales en el 3,4%. Y como la previsión es que la inflación se mantenga muy cerca del 2%, esto supone que los tipos reales serán del 1,4%, lo que hace que los activos en dólares ganen atractivo.

Los momentos de crisis también suelen ir asociados a un fuerte descenso de los tipos de interés, una caída de los beneficios (dividendos) y una reducción del precio de la vivienda y los alquileres. Todo ello hace que el oro gane seguidores en medio de las turbulencias. Y aunque ahora los riesgos parezcan evidentes, la hoja de ruta de la Fed sigue teniendo como principal pilar las subidas de tipos y la reducción de su balance. Como se pudo comprobar entre 2004 y 2006, mientras que los tipos sigan subiendo el oro suele pasar bastante desapercibido...

No obstante, el oro está encontrando apoyo en algunos bancos centrales, que ven una oportunidad de compra a los precios actuales. Como publican en el medio especializado en inversión Seeking Alpha, los bancos centrales se han convertido (otra vez) en los grandes jugadores del mercado de oro. La demanda de los bancos centrales ha supuesto 10% de de todo el oro comprado en el primer semestre de 2018. Los bancos centrales de Turquía, Rusia y Kazajistán han liderado este movimiento.

Al menos, en los últimos días se ha podido ver cierto atisbo de recuperación en el metal precioso ante el incremento de las tensiones entre Italia y Bruselas a causa del objetivo de déficit, y ante la falta de acuerdo sobre el Brexit. Aún así, puede que el oro no comience a despegar de verdad hasta que los tipos de interés se estabilicen y la próxima crisis se vea todavía más cercana.

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