Viene el segundo tsunami regulatorio de las finanzas sostenibles. La entrada en vigor del Reglamento europeo de Divulgación en marzo de 2021 fue la primera gran ola normativa que tuvieron que surfear las gestoras europeas en lo que se refiere a inversión responsable. Ahora viene la segunda: el próximo mes de agosto entra en vigor una relevante modificación de MiFID (la Directiva sobre Mercados de Instrumentos Financieros).
Por primera vez, tanto en España como en Europa, los comercializadores de productos financieros tendrán la obligación de preguntar a los clientes, dentro del test de idoneidad, si a la hora de invertir tienen alguna preferencia de sostenibilidad. Este cambio supondrá un antes y un después en el conocimiento y el interés de los inversores minoristas (que en España atesoran el 84% del patrimonio que hay en fondos) por la sostenibilidad. Según una encuesta de Nordea AM, el 72% de los minoristas españoles elevará su inversión en ESG este año.
La probabilidad de que respondan que sí quieren invertir de forma responsable, señalan los expertos, es muy alta. Y si lo hacen, las entidades deberían tener producto sostenible para ofrecerles. El último consejo de elEconomista Inversión sostenible y ESG, el portal verde de elEconomista, abordó este tema, que resumimos en bloques.
¿Cómo se formulará la pregunta?
"Está abierto cómo se va a formular y, sobre todo, cómo se deberá reaccionar a la respuesta", explica Andrea González, subdirectora de Spainsif. Cada entidad decidirá cómo plantear la cuestión. Lo que sí se conoce son unas guías básicas de cómo tendrá que abordarse, que explicamos a continuación.
De 'artículo 8' y '9' a carteras 'a', 'b' y 'c'
El Reglamento europeo de Divulgación distinguía fundamentalmente entre 2 tipos de productos financieros sostenibles: los artículo 8 (que "promueven características de sostenibilidad") y los artículo 9 (más puros, de impacto). Pero este reglamento iba enfocado a qué cuestiones deben divulgar las gestoras para que un producto se considere sostenible. El test MiFID, por su parte, va dirigido al cliente final y tiene su propia clasificación. El inversor deberá explicar en qué medida desea integrar en su cartera tres tipos de instrumentos: a, b o c. Los clasificados como a son productos verdes, de acuerdo con la taxonomía europea. Los productos b son inversiones consideradas sostenibles según la clasificación del Reglamento de Divulgación (aquí encajarían los fondos artículo 8 y artículo 9). En tercer lugar, los instrumentos c tienen en cuenta "los principales efectos adversos en sostenibilidad", es decir, integran los riesgos sostenibles. Serían asimilables a los fondos artículo 6 del Reglamento de Divulgación, que integran los riesgos de sostenibilidad.
En opinión de Maël Lagadec, director asociado de relaciones con clientes de Sustainalytics, esta modificación en MiFID II ofrece a las gestoras la oportunidad de realizar "un cambio estratégico en la forma en que comunican, distribuyen y crean" productos ESG. "Estamos convencidos de que bastantes gestoras van a aprovecharla", añade.
De izq. a dcha. y de arriba abajo, Maël Lagadec (Sustainalytics), Mónica Torrego (Evo), Rosa Duce (Deutsche Bank), Silvia Gª-Castaño (Tressis), Andrea González (Spainsif) y Jordi Mercader (inbestMe).
¿Podría haber un problema de falta de producto sostenible?
Los participantes en el consejo de elEconomista Inversión sostenible y ESG no lo creen. En palabras de Silvia García-Castaño, directora general de Inversiones y Productos de Tressis: "Las bancas privadas es difícil que tengan un problema en este sentido, porque, incluso en el caso de que no hayas trabajado lo suficiente el producto propio, puedes tener el de terceros". En Tressis, añade, "tenemos nuestra oferta responsable desde 2014, a día de hoy el cliente ya tiene una gama sostenible, pero hemos reescrito nuestra política de sostenibilidad y reforzado los criterios para la categorización de cada uno de los productos. En este sentido, las bases de datos son fundamentales para nosotros", explica.

En opinión de Rosa Duce, CIO de Deutsche Bank en España, esto es más problemático cuando se trata de una gestión delegada de carteras; puede ocurrir que un cliente quiera, por poner un ejemplo, una cartera invertida al 100% en agua, y las carteras de gestión delegada no ofrezcan un porcentaje tan alto. "En ese caso, el cliente puede optar por un servicio de asesoramiento personalizado", señala Duce. "O todas las carteras delegadas se convierten en 100% sostenibles en todos los aspectos o ahí es donde creo que puede haber más problemas", advierte. En cualquier caso, "cada vez será mayor la oferta de productos donde elegir", advierte.
"Cada vez más clientes exigirán un porcentaje elevado de criterios ESG en cartera", afirma Rosa Duce, CIO de Deutsche Bank en España
¿Asistiremos a un 'boom' de flujos hacia inversión ESG?
Los expertos coinciden en que las cifras irán a más. Lo comenta Maël Lagadec, de Sustainalytics: "Con la entrada en vigor del Reglamento de Divulgación vimos un flujo significativo hacia fondos artículo 8 y 9, que a final de año representaban casi un 42% de la oferta europea. En mi opinión, con MiFID II vamos a presenciar, potencialmente, un flujo similar. Un buen número de gestoras van a hacer retroingeniería de sus carteras para adaptarlas a esta clasificación de a, b y c. Jordi Mercader, CEO del roboadvisor inbestMe, en el que un 40% del patrimonio ya es ESG, resume una percepción común: "La inversión será sostenible o no será. A diez años vista, todas estas preguntas que nos estamos haciendo ya no nos las plantearemos".
"Vamos hacia una convergencia, a que exista un único producto que haya pasado unos criterios mínimos; las carteras convencionales van a ser más sostenibles", coincide García-Castaño. "En nuestro caso, el producto socialmente responsable cada vez pesa más, no solo en las soluciones puramente sostenibles, sino también en la oferta tradicional".
"Se ha incrementado el número de clientes jóvenes interesados por estas cuestiones", señala Mónica Torrego (Evo Banco)
¿Está preparado el minorista para este test?
La regulación de finanzas sostenibles incluye vocablos como taxonomía, efectos adversos... que el inversor retail español en absoluto conoce. Los expertos coinciden en que la mejor opción es incluirlos en el test, aclarándolos. Lo explica Mercader: "Creo que debemos utilizar la terminología del regulador, pero explicándosela muy bien a los clientes". "No hay una conciencia por parte del inversor sobre qué implica invertir en criterios sostenibles. Los cambios asustan, y hay que hacer mucha didáctica. Pero claramente existe una demanda por estos temas, y cada vez habrá más clientes que exijan un porcentaje elevado de criterios ESG", añade Rosa Duce, que afirma que en 2023 "los inversores tendrán ya la sostenibilidad en su ADN". Lea también El 70% de los selectores ve la sostenibilidad fundamental, pero solo el 37% invierte en ella.
Pese a que el minorista aún no hace esa conexión entre finanzas y sostenibilidad, las entidades ya han visto crecer la inquietud por estos temas: "Observamos que se ha incrementado el número de jóvenes muy interesados en este tipo de inversiones", explica Mónica Torrego, jefa de equipo de Cumplimiento Normativo de Evo Banco. De ahí que este banco digital apueste por "ser transparentes y explicar, en el catálogo de fondos, lo que supone cada una de las inversiones sostenibles". Desde Evo también apuntan a que la clave es que sean los bancos los que se adapten a los clientes, y no al revés, en este proceso.
A Andrea González, de Spainsif, le preocupa más que estén preparados los asesores. "El inversor retail estará listo en la medida en que el asesor le explique estas cuestiones de forma muy didáctica. Soy partidaria de no trasladar al minorista la responsabilidad de seleccionar correctamente sus inversiones o de evitar el greenwashing [fraude verde]".
¿Es una oportunidad para las gestoras españolas?
En opinión de Maël Lagadec, esta modificación "es una oportunidad para las gestoras españolas de equilibrar los flujos hacia su oferta de producto, y evitar que se dirijan hacia gestoras europeas", advierte. Si nos fijamos en los datos que se refieren exclusivamente a las gestoras patrias, a cierre de 2021 el 20% del patrimonio en fondos nacionales era ESG, según los datos de Inverco. Este porcentaje contrasta con el 42% en lo que respecta a los fondos europeos.