Internacional

May tiene hasta Halloween para salvar el Brexit, y solo hay tres caminos: pacto, referéndum o elecciones

  • En mayo, el Gobierno se enfrenta a un mes electoral muy peligroso
  • Si no se aprueba el acuerdo antes de junio, May podría caer
  • El segundo referéndum aparece como "el mal menor"
Theresa May, tras la reunión del Consejo Europeo. Foto: Reuters.

Tras horas esperando a conocer el resultado de las deliberaciones del Consejo Europeo, Theresa May salió de Bruselas con un nuevo escenario: ahora tendrá de plazo hasta el 31 de octubre para resolver el Brexit. Una prórroga de seis meses que, de entrada, elimina el estrés inmediato de una salida caótica y permite al país plantearse alternativas. Pero, al final, las opciones para resolver esta crisis siguen siendo las mismas tres de siempre. O hay una salida sin acuerdo, o se aprueba el acuerdo de May, con todos los cambios que hagan falta, o se cancela el Brexit. Para ello, nadie descarta unas elecciones o un segundo referéndum que desbloquee el 'empate catastrófico' de fuerzas que domina hoy el Parlamento. Este es un análisis de cómo se pueden desarrollar los meses siguientes.

El deseo de May: acuerdo en un mes

Por enésima vez, la primera ministra repitió este jueves ante el Parlamento que su objetivo es aprobar su acuerdo antes del 22 de mayo y abandonar la UE sin tener que celebrar las elecciones europeas. Para ello, espera que las vacaciones de Semana Santa les "permitan reflexionar sobre las decisiones que deberán ser tomadas inmediatamente tras nuestro regreso".

Su objetivo sigue siendo el mismo que hace una semana: llegar a un acuerdo con el Partido Laborista para modificar el plan de relación futura con la UE. Si eso no es suficiente, volvería a llevar varias opciones a votación a la Cámara para que los diputados escojan entre ellas y, preferiblemente, dejen de rechazarlas todas. Una vez hipotéticamente aprobado, el mes de mayo sería dedicado a tramitar la ley que ratifique el acuerdo de salida, a toda velocidad.

Sin embargo, los laboristas no parecen estar muy ilusionados por este escenario. El líder de la oposición, Jeremy Corbyn, ha agradecido las negociaciones "serias y productivas", pero insiste en que el Gobierno no está haciendo suficientes concesiones. La unión aduanera, que supone solo una parte de las exigencias laboristas -el 'Plan Noruega'- sigue en el aire, y May dice que su postura no cambiará más porque sus diferencias "son más de lenguaje que de contenido".

Además, salga lo que salga, los laboristas quieren "blindar" lo acordado ante el riesgo de que a May le suceda un 'brexiter' radical que rompa el pacto y apueste por lanzarse hacia un Brexit lo más duro posible. Y Corbyn, presionado por sus bases y un gran número de sus diputados, mantiene su petición de que cualquier acuerdo sea llevado a un segundo referéndum. Una posibilidad que cada vez mencionan más miembros del Gobierno como el mal menor para salir del bloqueo.

Sin acuerdo, toca un mayo electoral

El mayor miedo del Partido Conservador es un mes de mayo que se presenta lleno de citas electorales. El día 2 serán las elecciones locales en gran parte de Inglaterra, uno de los motivos por los que los laboristas están interesados en no llegar a un acuerdo hasta entonces. Y si para el 23 de mayo no se ha aprobado el acuerdo de salida, el Reino Unido tendrá que participar en las elecciones europeas, que ya están convocadas oficialmente.

Y las encuestas son terroríficas para los 'tories'. Las últimas publicadas para unas hipotéticas elecciones europeas muestran a los laboristas 15 puntos por delante de ellos, 38% a 23%, con el voto antieuropeo dividido entre el 'Partido del Brexit' recientemente fundado por Nigel Farage (10%), y el UKIP, el partido que lideraba Farage hasta hace dos años (7%). Mientras, los partidos europeístas del centro y el centro-izquierda sumarían un 22% adicional a los laboristas.

Un mes de derrotas sería durísimo para los Conservadores, en medio de un creciente rechazo a May. Además, la primera ministra dijo que "no aceptaría" los comicios europeos mientras siguiera en el cargo, una promesa que algunos diputados de su bancada ya han recordado para exigir su dimisión si eso ocurre.

Y en junio... ¿el fin de May?

May ya ha prometido que dimitiría una vez aprobado el acuerdo. Pero incluso sin conseguirlo, su posición es cada vez más débil. Muchos de los aspirantes a sucederla están haciendo ya campaña para las primarias, y nadie espera que se coma el turrón en Downing Street: el 12 de diciembre vence su 'inmunidad' ante los intentos de moción de censura internos. En esa fecha, si no se ha ido antes, es casi inevitable que se presente una nueva moción y que May la pierda.

Pero hay una alternativa más: que su Gobierno caiga mucho antes. En junio vence la sesión parlamentaria y el acuerdo de legislatura con los unionistas norirlandeses, que han roto ya casi cualquier relación con May. Para iniciar una nueva sesión, a mediados de junio o, como muy tarde en septiembre, May tendría que someterse a una nueva moción de confianza que difícilmente sobreviviría.

Por supuesto, lo mismo se aplicaría a un nuevo primer ministro 'brexiter' que ganara las primarias 'tories' tras la caída de May. La posibilidad de las elecciones sigue sobre la mesa y, a estas alturas, sería otra salida a la crisis. Aunque el miedo de los Conservadores a que Corbyn gane hace que hasta un segundo referéndum sea más probable.

Anoche, Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, dijo que su deseo "privado e íntimo" es que Reino Unido acabara cancelando el Brexit. A día de hoy, ese escenario sigue siendo remoto. Pero tras la extensión larga, cada día que pase sin que May apruebe su acuerdo de salida, crece un poco más la posibilidad de un segundo referéndum o unas elecciones que cambien las mayorías parlamentarias. Y ahí ya si que nadie sabe qué podría ocurrir.

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