CriteriaCaixa redobla su papel como agitador del mercado español en 2024. El brazo inversor de La Caixa ha irrumpido en el capital del gigante de las infraestructuras ACS con una participación del 9,361%, lo que le convierte en el segundo accionista tras su fundador y presidente, Florentino Pérez, quien ostenta el 14,16%. Ha pagado 983 millones de euros. La participación aflorada por Criteria tiene un valor, con la cotización actual, superior a los 1.000 millones de euros.
Criteria entra de lleno así en el negocio de la construcción y las infraestructuras con una posición de gran relevancia en el accionariado de ACS. Una participación con la que tendrá un asiento en el consejo de administración del grupo que encabeza el también presidente del Real Madrid. Lo ocupará el presidente Isidro Fainé.
Hasta ahora, Criteria no figuraba en el capital ACS. Su entrada en la constructora se enmarca en su apuesta por invertir en compañías con dividendos estables. "La política de retribución al accionista de ACS, con un dividendo estable y creciente, previsto en su nuevo Plan Estratégico 2024-2026, encaja en la estrategia de CriteriaCaixa de buscar opciones de inversión con enfoque de largo plazo que maximicen la rentabilidad por dividendo", señala Criteria en un comunicado.
En las últimas semanas, la entidad catalana ha irrumpido en el accionariado de Puig en el marco de su salida a bolsa, ha incrementado su posición en Telefónica hasta el 5%, con pretensión de duplicar este porcentaje hasta el 10%, y ha anunciado que crecerá en Colonial hasta el 17% vía ampliación de capital. Además, está en negociaciones con la emiratí Taqa para lanzar una opa (oferta pública de adquisición) conjunta sobre Naturgy, en la que ya es el primer accionista y estudia opciones para entrar en el fabricante de trenes Talgo.
Criteria, que también es el accionista de referencia de CaixaBank, ha potenciado así su presencia en sectores estratégicos como telecomunicaciones y energía, al tiempo que ha impulsado su posición en otros como retail, real estate y, ahora infraestructuras. En este ámbito, no obstante, ya cuenta con actividad al ser la propietaria del grupo de aparcamientos Saba.
El desembarco de Criteria en ACS implica, asimismo, que el grupo que encabeza Fainé vuelva a tener bajo su perímetro de influencia a Abertis, la concesionaria de autopistas participada al 50% por la italiana Mundys y el grupo de construcción. Ambas se hicieron con Abertis hace cinco años a través de una oferta pública de adquisición (opa) conjunta. Entonces, Criteria era su accionista de referencia y salió de su capital tras 16 años.
Florentino Pérez e Isidro Fainé vuelven ahora a cruzar sus caminos. Ambos crearon precisamente Abertis en 2002 -entonces Acesa-, convirtiéndolo en uno de los mayores operadores de autopistas del mundo. En el marco de la crisis financiera, ACS fue desinvirtiendo en la concesionaria hasta su salida definitiva en 2012 -enmendada seis años después con la opa referida-.
ACS ha visto cómo en los últimos años sus accionistas históricos, con la excepción de Pérez, han ido saliendo o reduciendo su exposición al capital del gigante español de las infraestructuras. Con el aterrizaje de Criteria, la tendencia cambia. Las familias March y Fluxá (Iberostar) se desprendieron de la totalidad de sus acciones en 2017. Mientras, Alberto Cortina y Alberto Alcocer, 'Los Albertos', se mantienen como socios con el 2,80% y el 2,39%, respectivamente. Controlan de manera conjunta así el 5,19% (en 2022 sumaban el 2,83% y el 2,56%, para un total del 5,39%). Instrumentan sus títulos en ACS a través de las sociedades Percacer, Corporación Financiera Alcor, Imvernelin Patrimonio y Comercio y Finanzas. Los Albertos tenían el 13,86% del capital de la compañía en 2010, cuando solo les superaban los March (23,307%).
Tras Pérez, el segundo mayor accionista de ACS es Société Générale. El banco francés, asesor habitual del grupo en operaciones corporativas, controlaba al cierre de 2023 el 6,58% del capital, ligeramente por encima del 6,44% que registraba un año antes. Completa el podio la gestora estadounidense Blackrock, que ostenta, de manera indirecta, el 5,97%, frente al 6,06% que atesoraba en diciembre de 2022. Tras estas tres firmas figuran 'Los Albertos'.
Criteria, liderada desde hace unas semanas como consejero delegado por Ángel Simón y presidida por Isidro Fainé, encuentra en ACS una oportunidad de inversión en una empresa en crecimiento. La compañía elevó un 8,4% el beneficio neto atribuible en el primer trimestre de 2024, hasta los 177 millones de euros, impulsado por la positiva evolución operativa de sus distintas actividades y, muy especialmente, por su filial norteamericana Turner. Para el conjunto del año, la empresa, que dirigen Florentino Pérez y Juan Santamaría, como consejero delegado, proyecta ganar entre el 8% y el 12% más.
En 2023, ACS obtuvo un beneficio neto de 780 millones de euros en el año 2023, un 16,7% más que en el ejercicio anterior, después de que la cifra neta de negocios creciese hasta los 35.738 millones de euros, un 6,3% más.
Por qué Criteria invierte ahora en ACS
En su plan estratégico, ACS contempla lograr beneficios netos anuales de entre 850 y 1.000 millones en 2026, con un incremento anual del 14%, además de unos ingresos que oscilen entre los 43.000 y los 48.000 millones de euros, con un crecimiento anual del 9%. Pretende, asimismo, pretende alcanzar un flujo de efectivo neto acumulado de entre 3.300 y 4.000 millones en estos dos ejercicios. Con todo ello, planea repartir unos 2.000 millones de euros en dividendos entre 2024 y 2026, frente a los 600 millones de euros de 2023.
Esta política de retribución al accionista, que la materializa a través de scrip dividend (da a elegir entre efectivo y acciones), es uno de los mayores atractivos que encuentra Criteria en su inversión en ACS. Con el 9,4%, a la entidad catalana le corresponderán cerca de 60 millones de euros este año y la cantidad será creciente en los próximos ejercicios, según las proyecciones anunciadas por el grupo de infraestructuras.
Ahora bien, para Santamaría, "lo más importante no son tanto las cifras, sino el valor de la plataforma que tenemos en el Grupo ACS". Las perspectivas de crecimiento de ACS se sustentan en el desarrollo de su negocio tradicional como constructora y operadora de infraestructuras de transporte y sociales, con la alemana Hochtief, Dragados, Abertis e Iridium como puntas de lanza, y también en la apuesta decidida por las infraestructuras de nueva generación, un nicho en el que destaca el papel de su filial estadounidense Turner.
Su estrategia discurre por multiplicar su posición como desarrollador de este tipo de infraestructuras a nivel global, que incluyen áreas como centros de datos, gigabaterías, semiconductores, biofarma, salud, tecnología o hidrógeno, a Europa. Para ello, la compañía planea que su buque insignia en este segmento, Turner, dé el salto a Europa este mismo año. Para adentrarse en el mercado europeo en este tipo de obras, la multinacional española explora una entrada orgánica, que podría estar acompañada de la adquisición de empresas especializadas.
ACS también continuará potenciando su actividad en el ámbito de las energías renovables. En esta área, la compañía tiene una destacada posición en España y está reforzándose en otros mercados, especialmente en Australia.
Santamaría expuso en marzo la hoja de ruta de ACS, "tratando de replicar la estrategia que se seguía en los años 80, 90 y principios de 2000, donde hubo un muy fuerte crecimiento por parte de todos los grupos constructores mundiales por la gran inversión que hubo en concesiones". "Los grandes grupos internacionales, véase ACS, véase nuestros competidores, que se crearon, vienen de aquella época, de la gran inversión privada. Esa inversión privada paró a partir de 2008 por la crisis y ha estado más o menos paralizada durante los últimos diez años. Ahora se reanuda, no sólo en todos los mercados tradicionales, sino también en todas las nuevas áreas que estamos abriendo. Porque a medida que nos movemos transversalmente entre los nuevos sectores de construcción, somos capaces de invertir en esos sectores, con lo cual la plataforma de crecimiento que tiene el Grupo ACS y las oportunidades a largo, (hacen que) prácticamente los 'guidance' que estamos hablando en estos momentos sean irrelevantes al lado del futuro que tenemos; y que ya estamos materializando y vamos a seguir materializando en los próximos meses, años", abundó.
La multinacional española se plantea realizar inversiones que pueden superar los 7.000 millones de euros en el periodo 2024-2026. Para acometer adquisiciones, ACS cuenta con una caja neta de 400 millones de euros, por lo que su posición financiera le dota de una amplia flexibilidad para endeudarse. "No es momento para centrarse en la reducción de deuda sino par aprovechar las oportunidades y crecer", aseguró Santamaría en la presentación de resultados de 2023 el pasado 1 de marzo. De hecho, la empresa también cuenta con activos no estratégicos a la venta cuya valoración total se aproximaría a los 3.000 millones de euros y que "podemos monetizar en los próximos años", según explicó. Entre ellos figuran su filial de servicios Clece y los activos industriales que se quedó cuando vendió a Vinci su división de Servicios Industriales, entre los que sobresalen el parque eólico marino Kinkardine, en Escocia, y la instalación de compresión de gas natural Ca-Ku-A, en México.
Estas desinversiones ayudarán precisamente a cumplir con la prioridad estratégica de contener la deuda -la neta cerró el primer trimestre de 2024 en 1.625 millones, 323 millones menos que un año antes- y estabilizar la caja, quitando los riesgos de la compañía.
Criteria entra en el capital de ACS en un momento en el que la acción de ACS ha rebasado ampliamente los niveles de precio que registraba antes de la pandemia, alcanzando en los primeros meses de 2024 máximos desde 2019. Su acción cotiza a 39,8 euros este viernes. Santamaría fijó en marzo el valor fundamental de la compañía en 50 euros por acción.