
El recién nombrado presidente de Indra, Ángel Escribano, declaró en una entrevista para La Nueva España su intención de adquirir la fábrica de Trubia en Asturias de Santa Bárbara, e incluso su pretensión de comprar toda la empresa. General Dynamics, dueña de Santa Bárbara, se negó a ambas operaciones, lo que llevó a Indra a anunciar la compra de una fábrica de Duro Felguera para reconvertirla en una factoría de blindados. Las últimas informaciones de Indra recogidas por Financial Times han alimentado más la disputa entre ambas firmas. Esta mañana, General Dynamics ha enviado un comunicado en el que ha asegurado su "compromiso con el Gobierno español en apoyar y aumentar la capacidad de España para diseñar y fabricar vehículos de combate".
En este rifirrafe empresarial por adquirir Santa Bárbara, hay una constelación de intereses de ambas firmas, así como del Gobierno español. General Dynamics tiene emplazada su sede europea en Madrid y ha convertido a Santa Bárbara, que compró al Gobierno español hace 25 años, en su columna vertebral. Su mayor éxito comercial, el vehículo de combate de infantería Piraña, es protagonista de las divisiones de infantería mecanizada de multitud de países.
La propia empresa ha resaltado este hecho en el comunicado: "Esta familia de vehículos cuenta actualmente con más de 12.000 unidades en funcionamiento en todo el mundo, siendo, con diferencia, el vehículo blindado de combate sobre ruedas de mayor éxito entre los países aliados, tanto a nivel UE, como de la OTAN". En el mensaje ha destacado el papel que tiene Santa Bárbara en otros proyectos, como el VR 8X8 Dragón o que es el único fabricante español de vehículos blindados de orugas.
Indra, que cuenta con el Ejecutivo español como principal accionista con un 28% del capital social, está desarrollando una profunda remodelación de sus líneas industriales para centrarse en la producción militar. La compañía tecnológica ha adquirido las principales operadoras satelitales, Hispasat e Hisdesat; ha concentrado sus servicios de consultoría informática en la firma Mindsait, que funciona de manera autónoma a la matriz; y ha empleado grandes inversiones en proyectos militares por todo el continente: desde los blindados 8x8 Dragón hasta los tanques Leopard 2.
El dragón permanece a la espera
Escribano criticó con dureza el papel de General Dynamics durante estas décadas: "Ha destruido casi todo el tejido industrial que Santa Bárbara, que llegó a ser una gran empresa en su momento, tenía", aseguró. Detrás de las palabras del presidente de Indra se encuentran los problemas que está teniendo el vehículo de infantería Dragón.
Tras innumerables retrasos y amonestaciones por parte del Ministerio de Defensa, Indra decidió hacerse con la participación mayoritaria del consorcio que está construyendo el blindado en la fábrica de Trubia. De momento, este aumento del capital social no ha solucionado los problemas de entrega y el Ejército de Tierra sigue pendiente de las entregas de su nuevo vehículo blindado de infantería.
Defensa mantiene silencio en radio
Esta intención de reconvertir a Indra en la punta de lanza armamentística llega en un momento delicado para España: el nuevo escenario internacional obliga a acelerar todavía más al país su inversión militar, la más rezagada de la OTAN. Actualmente, España gasta alrededor del 1,2-1,3% de su PIB en gasto bélico. El plan de rearme europeo contempla incrementar el gasto militar a un techo del 3,5% del PIB, superior al objetivo inicial de la OTAN del 2% y apostar por la industria europea.
En la actualidad, el sector armamentístico en España está dominado por un cuarteto: Airbus, Navantia, Indra y Santa Bárbara. El objetivo de Indra, bendecido por el Gobierno, es absorber Santa Bárbara en Indra para readquirir la principal industria de vehículos militares terrestres de España. De momento, el Ejecutivo no ha realizado ninguna declaración al respecto.