
Mientras Europa traza su plan de rearme militar para movilizar hasta 800.000 millones de euros, España aglutina la facturación del sector en manos extranjeras. Las sociedades establecidas fuera de nuestro país acaparan el 64% de las ventas de la industria de defensa nacional. Una cifra que, sin embargo, ha disminuido frente a lo alcanzado en 2015, cuando el capital extranjero concentraba el 70,4% de las ventas totales del sector.
De acuerdo con los últimos datos publicados por la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) del ministerio de Defensa, correspondientes al año 2022, de los más de 9.200 millones de euros que facturó el sector, 6.000 millones de euros procedían de ventas de empresas extranjeras. Algo que, en cualquier caso, podría generar un debate en torno a la capacidad de autonomía que posee el sector, concentrado ahora en firmas internacionales como Airbus, Rheinmetall Expal, MBDA y Thales. Empresas como GMV A&D, CIAC e Inetum también forman parte de este panorama, aunque con volúmenes de venta menores.
Pese a que España cuenta con actores nacionales clave para la industria como pueden ser Navantia o Indra, que según los mismos datos, alcanzaron unas ventas conjuntas de más de 1.500 millones de euros, las compañías extranjeras como Airbus, Thales o General Dynamics dominan el volumen de facturación. Algunas de estas ventas provienen, no obstante, de empresas que no se dedican a la defensa pero que sí facturan al sector como es el caso de la francesa Capgemini, que superó los 58 millones de facturación, o Thales que alcanzó los 27 millones. En cualquier caso, el predominio extranjero es notable.
Solo en 2022, el consorcio europeo Airbus aglutinó el 53,9% de los ingresos totales del mercado, alcanzando una facturación en este área de 3.300 millones de euros. Son cifras que logró a través de tres sociedades filiales distintas: Airbus Defence & Space, Airbus Military y Airbus Helicopters, que concentran el 34,4%, 17,2% y 2,3% del sector respectivamente.
En la misma línea, la filial de la estadounidense General Dynamics, Santa Bárbara, alcanzó 294 millones de euros en ventas, aunque su peso en el sector no superó el 3%. Su matriz, sin embargo, podría ser una de las compañías más beneficiadas del rearme europeo. Según Barclays, el aumento del presupuesto militar que plantea la Unión Europea favorecerá en mayor parte a las compañías estadounidenses ante la probabilidad de que el rearme pase por las adquisiciones de munición, vehículos terrestres y misiles. Hay que tener en cuenta además, que en promedio, el 7% de los ingresos de las contratistas estadounidenses provienen de Europa.
El 13% del capital, extranjero
En cualquier caso, de las 259 compañías que hay inscritas en el ministerio de Defensa –el 80% son pymes de menos de 250 empleados–, 27 son filiales de matrices extranjeras. Y, pese a que solo el 13% de las empresas inscritas tienen capital extranjero, son quienes aglutinan dos de cada tres euros en ventas de la industria, según explica el ministerio en uno de sus últimos informes. Un hecho que, por un lado, ha permitido que España se posicione entre los ocho primeros productores mundiales del sector de la defensa, según datos de la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio (TEDAE), pero que, por otro lado, ha planteado un auténtico desafío para el Gobierno. De ahí, que la apuesta de Moncloa pase por crear en torno a Indra un gigante del sector y por aumentar el gasto militar para reforzar la industria local.
Gasto que, además, será el que más se tenga que elevar respecto al resto de países de la OTAN. En este sentido, en los Presupuestos Generales del Estado de 2023 se proyectó una subida del 26% del gasto militar, hasta llegar a los 12.317 millones de euros, lo que se traduce en el aumento más alto en gasto militar en más de diez años en el país. Y, en 2024, España siguió incrementando su gasto en defensa, cuya partida ascendió a los 13.400 millones, es decir el 1,28% del PIB, según lo reflejado en los Presupuestos Generales del Estado.
Exportaciones
Más allá de que sean empresas extranjeras las que dominan el grueso de las ventas de la industria nacional, España se ha consolidado como el noveno exportador de armamento del mundo. Según un informe presentado el pasado lunes por el Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI), entre los años 2020 y 2024 la industria de defensa española logró exportar un 29% más respecto al periodo que abarca entre 2015 y 2019. Exportaciones que, según datos el ministerio, se habrían realizado principalmente también a través de consorcios internacionales o de empresas extranjeras.
En concreto, el principal destino de nuestras importaciones ha sido en este último periodo Arabia Saudí, que acapara el 24% del total. El segundo destino principal de nuestras importaciones ha sido Australia con un 18% y, el tercero, Turquía con un 13%. El informe del SIPRI destaca en este sentido que el principal proveedor de Arabia Saudí entre 2020 y 2024 fue Estados Unidos, que representa el 74% de las importaciones de armas saudíes, seguido precisamente de España, con una cuota del 10% y Francia, con el 6,2%.
Datos que, en cualquier caso, reflejan que España alcanzó una cuota del 3% en el comercio internacional de armamento al cierre de año pasado y que supone además siete décimas más que las logradas hace seis años. Sin embargo, y según el mismo informe, las exportaciones en conjunto han registrado una fuerte caída del 64% en el periodo entre 2020 y 2024 respecto al que va de 2015 a 2019.