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Airbus, Navantia, Indra y Santa Bárbara acaparan el 73% de la industria española de defensa

  • El Gobierno quiere impulsar la creación de un 'campeón nacional' en el sector
  • El resto de compañías se reparten el 27% de los ingresos totales del mercado
  • El gigante europeo planea la unión con Thales y Leonardo de sus negocios de satélites
Margarita Robles, ministra de defensa. EP

Crear un gran grupo español en el sector de la defensa. Ese es uno de los grandes objetivos que se ha planteado el Gobierno entorno a Indra, una firma controlada por la Sepi, con un 28% del capital, y en la que están también presentes otras dos empresas del sector: Escribano y Sapa. Más allá de que este objetivo se haga o no realidad, lo único cierto hasta ahora es el alto índice de concentración de la industria, liderada por Airbus, Navantia, Indra y GDELS-Santa Bárbara, que concentran actualmente una gran parte del negocio en España en España.

De acuerdo con los últimos datos publicados por la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) del Ministerio de Defensa, correspondientes al año 2022, estas cuatro compañías acaparan el 73% de todo el negocio armamentístico con unas ventas conjuntas que superan los 7.000 millones de euros. En el ministerio hay inscritas otras 259 compañías, pero su participación es pequeña y, entre todas ellas, se reparten el 27% restante del negocio.

La exigencia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de que los países miembros de la OTAN eleven el gasto militar hasta el 5% del PIB abre ahora una ventana de oportunidad para todos estos grupos, aunque parece complicado que España pueda llegar a gastar 50.000 millones más en Defensa para cumplir con esta exigencia. El Gobierno no parece dispuesto a ello, pero sí que prevé elevar el porcentaje total del gasto sobre el PIB desde el 1,3% este año hasta el 2% en 2029, lo que supondría duplicar los 17.523 millones de euros destinados a esta partida, hasta alcanzar en solo un lustro 36.560 millones de euros.

De acuerdo siempre con las cifras de la Dirección General de Armamento y Material, más allá de Indra, el grueso del sector recae actualmente en Airbus, que concentra más de la mitad de las ventas de la industria. En 2022, el consorcio europeo aglutinó el 53,9% de los ingresos totales del mercado, alcanzando una facturación en este área de 3.300 millones de euros. Son cifras que logró a través de tres sociedades filiales distintas: Airbus Defence & Space, Airbus Military y Airbus Helicopters, que concentran el 34,4%, 17,2% y 2,3% del sector respectivamente. Y aunque su peso sobre el total del mercado está reduciéndose –en 2020 llegó a aglutinar hasta el 57,1% de las ventas totales de la industria–, el gigante europeo mira también a otros retos como la unión con el francés Thales y el italiano Leonardo en sus negocios de satélites con el objetivo de consolidar la industria europea y competir contra Estados Unidos.

A Airbus le sigue la empresa de astilleros Navantia con una facturación en 2022 del 10,6% del total, pese a que el peso de la compañía se está viendo también reducido respecto a años anteriores. En 2019, logró el 11,3% del volumen total del negocio con unas ventas militares de 967 millones de euros; tan solo un año después, elevó su cupo al 12,9% y en 2021 llegó a superar el 14% ,con unas ventas de 980 millones.

Por su parte, Indra mantiene también un porcentaje alto del total de la tarta de defensa. La compañía aumenta año tras año la facturación, alcanzando en 2022 la friolera de 522 millones de euros frente a los 398 millones logrados un año antes.

El 'plan' del Gobierno

La hoja de ruta de Moncloa para lograr las exigencias del presidente de Estados Unidos pasa, entre otras cosas, por articular a Indra como un gigante de la industria. De ahí que las compañías sigan aumentado su participación en la cotizada. En enero de 2024, hace apenas un año, la empresa vasca de defensa Sapa elevó así su posición en Indra hasta el 7,94% convirtiéndose en su tercer mayor accionista. El grupo EM&E (Escribano Mechanical & Engineering) se ha convertido, sin embargo, en el mayor socio industrial de Indra hasta alcanzar el 14,3% del accionariado de la compañía tecnológica. De hecho, uno de los hermanos propietarios de EM&E, Ángel Escribano, se ha convertido en el nuevo presidente de Indra tras la salida de Marc Mutra para dirigir Telefónica. Con la Sepi al mando, la empresa está decidida ahora a protagonizar el proceso de concentración y, en este sentido, a comprado Hispasat, el operador de telecomunicaciones de Rededia Corporación, del que adquirió el 31 de enero el 89,68% de su accionariado.

Indra participa además junto a Escribano, Sapa y Santa Bárbara en el gran proyecto para modernizar las Fuerzas Armadas con el suministro de los blindados Dragon 8X8. Un proyecto en el que el ministerio adjudicó un contrato de 2.400 millones de euros, pero que ha desatado una batalla interna entre los socios del consorcio por el retraso de más de un año y medio en las entregas de los vehículos. Esto de hecho ha llevado al departamento a sancionar al grupo con 9,2 millones de euros.

En cualquier caso, para cumplir con los requisitos pautados con la Unión Europea y con la OTAN de alcanzar el 2% del PIB en el año 2029, el Gobierno deberá afrontar una subida adicional. En 2024 Moncloa destinó una partida de 17.500 millones de euros que, aunque supuso un aumento del 36,7% respecto al año anterior, no superó el 1,2% del PIB. El Ejecutivo tendrá que aprovechar también las vías de financiación europeas como el Plan de Resilencia del que este año recibió 500 millones de euros, o las ayudas del Banco Europeo de Desarrollo (BEI) destinadas a empresas, que prevé también duplicar hasta 2027 los 2.000 millones destinados a proyectos militares.

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