
Los 31 magistrados que integran la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo que deberán fijar doctrina sobre quien paga el impuesto de Actos Jurídicos Documentados (AJD o impuesto sobre hipotecas) se han reunido para estudiar si revocan o mantienen el fallo de las sentencias de una sección de esta Sala que acordaron que sean los bancos los que asuman el tributo. El Pleno no dará a conocer el dictamen hasta mañana martes. De este modo, aunque se esperaba hoy una decisión definitiva, no será hasta mañana cuando el Supremo dé a conocer su decisión final.
Así las cosas, el sector bancario no cree que vaya a haber retroactividad en la sentencia del Supremo y que determinará quién debe pagar el impuesto de las hipotecas y, en el caso de que corresponda a las entidades financieras, desde cuándo; pero sí piensan que en el peor de los escenarios se puede poner en duda una mejora de la retribución al accionista, según aseguran diversas fuentes consultadas del sector.
Desde que el 18 de octubre el órgano judicial señalara que son los bancos quienes deben abonar el impuesto, para un día después decidir estudiar si ratifica o rectifica su decisión, la situación de la banca es de incertidumbre, con una gran inseguridad jurídica como trasfondo. "Una inestabilidad que ha provocado que el inversor institucional norteamericano haya puesto una cruz al sector, que no la levanta una sentencia", apuntan fuentes bancarias.
El sentir general en los entidades cotizadas ante un posible giro en la jurisprudencia es que no ven ninguna razón para aplicar retroactividad porque se han limitado a cumplir la ley, pero acatarán el fallo. En lo que no parece haber unanimidad es en cómo repercutirá al cliente en el caso de que sea el banco quien deba pagar el impuesto. En el caso de CaixaBank e Ibercaja, ya han optado por encarecer las hipotecas. Mientras que el sector, en general, y con un entorno de bajos tipos de interés en Europa que amenaza con quedarse más tiempo del esperado, ha decidido ya aumentar las comisiones, que se incrementaron, de media, un 10% a cierre del tercer trimestre del año.
Bankia, una de las más afectadas teóricamente, ha defendido que la decisión no debería caer sobre el cliente si hay un cambio de criterio y que la repercusión en el precio dependerá de la competencia, que en ese segmento es muy fuerte. Su consejero delegado, José Sevilla, aseguraba que Bankia continuará con la misma oferta de hipotecas. En la misma línea ha respondido Banco Santander, entidad para la que el coste y cómo podría afectar a los clientes dependerá de la dinámica competitiva del mercado y, según eso, el banco pondrá el precio que considere adecuado.
"No podemos dar hipotecas que no sean rentables, no se puede vender por debajo del coste", ha precisado Dancausa (Bankinter)
La consejera delegada de Bankinter, Dolores Dancausa, sí reconoció que se tomarán medidas para seguir siendo competitivos y no perder dinero, por lo que intentarán no repercutir todo el coste sobre el cliente, pero sí que una buena parte se distribuirá sobre la vida media del préstamo, que es de unos 12 años. "No podemos dar hipotecas que no sean rentables, no se puede vender por debajo del coste", precisó.
Desde BBVA, su actual consejero delegado y futuro presidente, Carlos Torres, decía que en ningún caso se trata de una cláusula vinculada a los préstamos hipotecarios, como las famosas cláusulas suelo, ya que "es un impuesto que se paga obligatoriamente al Estado y el banco no ha recibido ningún ingreso, los clientes lo asumían cumpliendo la regulación vigente".
Tres escenarios posibles
Lejos del foco mediático, fuentes del sector financiero coinciden en que es bastante "complicado que salga adelante una sentencia en la que se abogue por la retroactividad". En todo caso, y hasta que el Tribunal Supremo se pronuncie este próximo lunes, la inseguridad que cotiza el mercado las últimas tres semanas ha puesto sobre la mesa el escenario más desfavorable: el de la retroactividad total, a pesar de que se considera altamente improbable que sea esta la resolución. A tenor de las últimas palabras pronunciadas por los jueces, la posibilidad de que sigan siendo los clientes quienes paguen estos impuestos, como cuarto escenario factible, también queda casi descartada.
1. Sin retroactividad
Si el Supremo decidiera este lunes que, finalmente, los bancos deberán asumir el pago del AJD a partir de ahora, sería una solución, prácticamente, de win to win para todos los bandos: los clientes se ahorrarán estos impuestos de cara al futuro y la banca no deberá provisionar el coste por los mismos sobre los últimos cuatro años, en el mejor de los casos. Fuentes internas de una de las entidades nacionales recuerdan, además, que tienen a la jurisprudencia española de su lado.
"Existe un documento creado ad hoc para estos casos desde hace 23 años que dice que el sujeto pasivo es el cliente. Además, en las comunidades forales, Navarra y País Vasco, hay leyes en las que explícitamente se afirma que los clientes son quienes deben asumir estos impuestos hipotecarios", apuntan.
Moody's asegura que de ser esta la resolución definitiva "el impacto será muy limitado" y lo cuantifica en unos 640 millones de euros para el conjunto de la banca española. "Tienen a su disposición un amplio abanico de posibilidades para repercutir este coste a los consumidores, como podría ser aumentar los tipos de interés (a los que se conceden las hipotecas) o incrementando las comisiones", sugieren sus analistas.
"No puede haber retroactividad en la sentencia. No te pueden multar por cumplir la ley", aseguran fuentes próximas a otra de las mayores entidades del país en la concesión de préstamos hipotecarios, que, en todo caso, "hablan de una guerra abierta entre bandos dentro del Tribunal Supremo" que podría condicionar políticamente una sentencia que "solo debería atenerse a las leyes".
¿Pero qué sucederá en mercado si finalmente el Supremo confirma la no retroactividad de la medida? Fuentes del sector justifican las abultadas ventas que han asolado a los valores bancarios las últimas semanas por "la influencia de una gran cantidad de analistas" cuyas "opiniones no están muy duchas en cuestiones jurídicas". En resumen, que no tienen fundamento.
Lo cierto es que, tras las primeras caídas en bolsa, algunos bancos han recuperado parte de lo perdido desde el pasado 18 de octubre, cuando se conoció la sentencia inicial del Supremo. A cierre del viernes, Unicaja es la entidad que registra las pérdidas más abultadas, de hasta el 15,8%; seguida de Bankia, con un recorte del 9,6%; y superior al 6% es también la caída sufrida por CaixaBank y Banco Sabadell.
"Tendría sentido que los que más cayeron con esas novedades judiciales fueran los que más recuperaran terreno en bolsa. Es el caso de Liberbank, Unicaja y Bankia, a las que habría que sumar a Banco Sabadell", asegura Felipe López-Gálvez, de Self Bank. "Si no hay retroactividad o queda limitada a los cuatro años desde 2018, creemos que Liberbank sería uno de los bancos que podrían subir con fuerza", subraya también Guillermo Llona, gestor de renta variable de España en Imantia.
La banca española cotiza lejos aún de su valor en libros -sin incluir Bankinter-. Solo CaixaBank se acerca ligeramente a cotizar a su valor contable, aún con un descuento del 14% sobre lo que pone en su balance; BBVA y Banco Santander están por encima de las 0,7 veces, Bankia, en 0,6, y Banco Sabadell en 0,5 veces; mientras que las dos entidades del Continuo (Liberbank y Unicaja) siguen en ratios de valoración de 0,4 veces.
2. Retroactividad desde 2014
"El mayor problema para los bancos es si se diera un escenario de retroactividad", apuntan desde Moody's refiriéndose a los cuatro años previos y lo cifran en unos 2.3000 millones a pagar, aunque "todavía manejable", opina la agencia de calificación, para las entidades de junio de 2014 a junio de 2018. Desde Goldman Sachs calculan un impacto de 6.300 millones de euros al dividirlo en 4.200 millones por el AJD más otros 2.100 millones en otros costes que inclurían notaría y registro.
"No esperamos que finalmente ocurra este caso A, porque sería claramente el peor escenario posible y alteraría la seguridad jurídica", destaca Pablo García, de Alpha-value. Fuentes del sector afirman que si se diera ese caso el coste se podría periodificar año a año, en lugar de tener que provisionarlo. El Gobierno de España ya ha avisado de que estará listo para intervenir en caso de que las comunidades autónomas se queden faltas de liquidez, puesto que son ellas las que en un principio tienen que devolver el impuesto a los contribuyentes.
Con datos a cierre del tercer trimestre del año, Liberbank es la única entidad en España en donde los préstamos hipotecarios superaron el 60% del total de créditos a la clientela en el acumulado del año. En total, prestó 13.311 millones de euros en este concepto, sobre el conjunto de 21.906 millones, según sus últimas cuentas. En el caso de Bankia y Sabadell, el importe de préstamos con garantía hipotecaria superó el 58% del total, por un valor de más de 74.100 millones y 83.400 millones. Por encima del 50% se situaron a cierre de septiembre también Unicaja, Bankinter y Banco Santander; frente al 41,4% de CaixaBank y el 30% de BBVA.
¿Corren un peligro real los dividendos en este supuesto? "Hay que tener cuidado a la hora de sacar conclusiones sobre el impacto de una retroactividad", advierte Nuria Álvarez, analista de Renta 4. Según la experta, independientemente de si se computa contra patrimonio o contra cuenta de resultados, "el impacto será un extraordinario y es por ello que no tienen por qué cambiar las políticas de dividendos de las entidades".
Para López-Gálvez, aunque los que más impacto tendrían en el capital serían, en términos de CET1 (ratio de capital de primera calidad) Bankia (-49 puntos básicos), Bankinter (-38) y Liberbank (-43), en ningún caso caería por debajo del 11 por ciento, por lo que podrían seguir repartiendo dividendo. "Lo que obviamente quedaría en duda es la promesa que llegaron a hacer Bankia o Caixabank sobre la posibilidad de repartir un dividendo extraordinario", señala. "Y en caso de no tener efectivo, podrían recurrir a fórmulas como el dividendo flexible, que no requiere necesariamente una salida de dinero, sino una ampliación de capital", añade.
3. Retroactividad al conjunto de hipotecas vigentes en la actualidad
"Cuatro años son asumibles, no te quiebran. 25 años se lleva por delante al sector", apuntan fuentes bancarias ante ese escenario, que también es el menos probable para los analistas. Moody's calcula en ese caso un impacto de 11.000 millones.
Gonzalo López, analista de Mirabaud Securities en España, cree "altamente improbable que el Supremo se decante por este escenario y el impacto potencial en el sector sería inferior a lo que ha podido recoger el mercado la última semana".