Empresas y finanzas

Las hipotecas ya son más baratas en España que en Europa por la guerra bancaria

  • El interés exigido baja al 1,59%, frente al 1,6% de la media continental
  • Desde mediados de 2018 eran más caras en nuestro país

Los bancos han encontrado en el negocio hipotecario la manera principal para captar clientes a lo largo de la pandemia. El comportamiento de este segmento de actividad ha sorprendido al sector y las entidades están registrando máximos históricos de operaciones en los últimos meses, una situación que ha llevado a una guerra de precios prácticamente total y que ha llevado a estos créditos a que vuelvan a ser, de media, más baratos que en la zona euro. Esta circunstancia no se veía desde mediados de 2018, cuando de manera puntual, en el mes de septiembre, se comercializaron con precios más bajos.

En junio, el tipo de interés aplicado en los préstamos para adquisición de la vivienda en nuestro país se situó en el 1,59% TAE -incluye todo tipo de comisiones y productos vinculados-, frente al 1,60% de los mercados comunitarios.

La continua reducción de tasas exigida por las diferentes entidades, especialmente las hipotecas a tipos fijos, ha ido limitando poco a poco la brecha existente con el Viejo Continente. En junio de 2020, por ejemplo, en España esta financiación se concedió a un 1,92%, es decir, 33 puntos básicos más, que en la actualidad. Entonces, en Europa, el coste se encontraba muy por debajo, en el 1,68%.

Ya en enero de 2021, después de las primeras rebajas llevadas a cabo por las entidades en la era de la pandemia, la diferencia se había estrechado, ya que en el territorio nacional los TAE aplicados habían descendido al 1,74% y en los países comunitarios se encontraban en el 1,6%.

En abril de este ejercicio, seis bancos azuzaron la guerra y los tipos desde entonces han experimentado una nueva caída. Desde el Santander hasta Liberbank, pasando por ING, las entidades no quieren perder la oportunidad que les está brindando el nuevo boom hipotecario y están luchando por atraer usuarios (que además son vinculados) e ingresos en un momento en que la financiación al consumo sigue sufriendo caídas pese a su ligera recuperación, y los préstamos a empresas están anestesiados después del aluvión de las líneas avaladas por el Estado a través del ICO para ayudar a pymes y autónomos.

Esta estrategia, de momento, está dando sus frutos, ya que el sector ha sellado el mejor semestre hipotecario desde 2010, con una producción de operaciones por importe de 29.916 millones, un 35% más que en el mismo periodo de 2019 y un 60% superior al de 2020. Ambos años, eso sí, estuvieron influidos negativamente por distintas cuestiones. La entrada en vigor de la nueva ley que regula este tipo de financiación afectó a la demanda en el primer caso, mientras que la pandemia y las restricciones de movilidad, en el segundo.

Batalla en todos los frentes

En los escaparates, tanto físicos como virtuales, se pueden ver promociones de estos créditos para todos los gustos y preferencias: hipotecas variables, fijas, mixtas, verdes y también de subrogación. Para los mejores clientes, es decir, con sueldos más altos y con la máxima bonificación por productos, los ciudadanos ya pueden conseguir hipotecas a precios fijos con un interés muy por debajo del 2%.

Esta lucha sin cuartel ha llevado a que los préstamos con el mismo coste de por vida, que ya representan la mitad de lo concedido, cuesten prácticamente lo mismo que los variables, con tasas que oscilan entre el 1,4 y el 1,45%.

Otro fenómeno que se ha desatado durante el coronavirus es el 'robo' de créditos otorgados en el pasado a través de la subrogación. El número de hipotecas que ha cambiado de entidad se ha triplicado y los expertos apuntan a que este es solo el principio de una tendencia que se generalizará en nuestro país, como viene siendo habitual en otros mercados europeos desde hace tiempo.

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