La banca ha acelerado en los últimos meses el robo de hipotecas antiguas gracias a la situación de los tipos de interés, el lanzamiento de campañas específicas y el aumento de la demanda por parte de los clientes tras el estallido de la pandemia.
El número de créditos para la adquisición de la vivienda que ha cambiado de entidad se ha triplicado desde finales del año pasado y en marzo totalizaron 3.524 operaciones. Una cifra que contrasta con las poco más de 1.100-1.200 que se venían realizando en meses precedentes. Con respecto a los volúmenes de antes del coronavirus la cifra incluso se cuadruplica.
La subrogación del acreedor, que es el nombre técnico que se utiliza, no ha parado de crecer y el sector y los expertos apuntan a que este es solo el principio de un fenómeno que se generalizará en nuestro país, como viene siendo habitual en otros mercados europeos. En los meses del pasado verano, ya avanzó un 17%.
De hecho, desde que se modificó la ley hipotecaria, los expertos consideraban que el robo de préstamos se iba a elevar, aunque no ha sido hasta la crisis sanitaria cuando ha empezado a despuntar.

Buena parte de las entidades cuenta con productos específicos para que los clientes de bancos cambien su hipoteca, tanto en la modalidad de fijo como en la de variable, con el fin de atraer negocio en un momento en que los tipos de interés en negativo suponen un lastre para las cuentas y la rentabilidad. Además, estos préstamos van destinados por lo general a usuarios solventes, que tienen capacidad de pago, al que se les ofrece tasas más bajas de las que tenían con la competencia, y con ello se reduce el riesgo de morosidad. Hay que tener en cuenta que se espera una subida de las insolvencias a partir de este verano, cuando las moratorias hayan finalizado.
Los bancos están ofreciendo la subrogación, sobre todo, a los consumidores que firmaron un préstamo con un rival entre los años 2012 y 2016, cuyo tipos de interés son muy superiores al 1,5% y cuyos saldos aún son relativamente elevados a pesar de las amortizaciones efectuadas desde entonces.
De acuerdo con la información de las páginas web de las entidades y de los comparadores, tienen disponible la subrogación desde las entidades más tradicionales, como BBVA, Santander, CaixaBank o Kutxabank, hasta las nativas digitales, como MyInvestor, OpenBank e ING.
En el sector no quieren desaprovechar el buen momento que vive el segmento hipotecario, a pesar de la crisis económica, y la demanda experimentada por los usuarios debido a las estrecheces derivadas de la pandemia y el contexto de tipos en negativo, con un euribor que estará bajo cero al menos hasta 2025.