La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) discrepa radicalmente de la estimación del Gobierno sobre el volumen del déficit de ingresos en que incurrió el sistema eléctrico el pasado 2020. El Ejecutivo calcula una horquilla de 1.000 a 2.000 millones de euros, mientras que el Regulador, mucho más preciso, cifra sólo 219 millones, una cantidad similar a la manejada internamente por Aeléc, la patronal de las grandes eléctricas, de 204 millones.
Cuadrar las cuentas del sistema eléctrico es un ejercicio extraordinariamente complejo, por la cantidad de partidas y elementos que lo integran, que se trastocan y se disparan o se hunden en función de la demanda, del tiempo atmosférico, del precio de las materias primas, de las decisiones de política energética, de la recaudación fiscal, de los fallos judiciales...

Un perfecto ejemplo de ello es la disparidad entre las estimaciones del déficit en el que incurrió el sistema eléctrico durante el pasado y extraordinario 2020, en el que se prorrogaron los precios de los peajes y los cargos aplicados en 2019 para cubrir los costes del sistema por medio del recibo de la luz.
El Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco), en la memoria del Anteproyecto de ley por el que se crea el Fondo Nacional de Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (FNSSE) calcula un déficit para el ejercicio de unos 1.500 millones, pero Manuel García, director general de Política Energética y Minas del Miteco, abría la puerta esta semana a que se elevara hasta los 2.000 millones en un acto telemático de Aeléc sobre la futura norma.
Ese volumen de déficit es uno de los argumentos de la Cartera dirigida por Teresa Ribera para lanzar el FNSSE, que pretende repartir el pago de los 7.000 millones de ayudas a las renovables históricas entre el consumo final de petróleo, gas y electricidad, frente a la situación actual, en que se pagan exclusivamente con la electricidad.
Evitar una subida de la luz
La Ley del sector eléctrico obliga a ajustar al alza la factura de la electricidad en cuanto el sistema registre un déficit superior al 2% de los costes, y el Miteco calcula que con los 1.500 millones del año pasado se producirá una subida del 10% al 15% en la parte regulada del recibo, que se traduciría en un incremento del 6,5% de la factura doméstica en un solo año.
Y este es uno de los principales argumentos empleados para trasladar el coste de las renovables al FNSSE, porque al repartirlo con el petróleo y el gas -cuyas empresas se oponen al encarecimiento consecuente- se da la vuelta a la situación y se rebaja el recibo de la luz un 13% en cinco años.
Ahora bien, la CNMC, en un informe solicitado por el Miteco para establecer los cargos del sistema eléctrico, publicado el pasado jueves, hace una estimación de los ingresos y costes del sistema eléctrico en 2020 y 2021.
Y sus conclusiones reducen la estimación del Miteco para 2020 en una décima parte: se registró un déficit de 219 millones, que puede cubrirse sin ningún problema con el remanente de los superávit generados durante los últimos años; de hecho, aún sobrarían 280 millones.
Por lo tanto, fuentes perjudicadas por la retirada de las ayudas a las renovables de los costes eléctricos creen que el Gobierno no adopta la medida porque haya déficit y quiera evitar una subida de la luz.
El Gobierno se reafirma
El Miteco, consultado por elEconomista sobre la gran distancia entre sus cálculos y los del Regulador, explica que puede deberse a diferencias en las dos principales partidas de costes, las ayudas a las renovables y la distribución, así como, en menor medida, los sobrecostes de los territorios no peninsulares. En todo caso, se reafirma en su estimación de amplia horquilla.
Cálculos muy parecidos a los de la entidad presidida por Cani Fernández hace Aeléc internamente, que estima un déficit de 204 millones para el pasado ejercicio.
La patronal eléctrica, por otro lado, ha presentado sus alegaciones al Anteproyecto y señala que la electricidad seguirá cargando con un 50% de los 7.000 millones tras la creación del FNSSE, aunque debería corresponderle un 22%, equivalente a su peso en el consumo final de energía.
La Asociación explica que el FNSSE también se nutrirá con la recaudación de los impuestos a la generación eléctrica y a las tecnologías hidráulica y nuclear, con lo que en realidad el trasvase de costes al petróleo y al gas, que debería ser del 43,7% y del 24,8%, respectivamente, atendiendo a su peso en el consumo final de energía, en realidad se queda en el 50% entre los dos.