
Cada uno de los 47 millones de ciudadanos españoles, de bebés a ancianos, debe 401 euros de su consumo eléctrico entre 2000 y 2013, ejercicios en los que los sucesivos déficit ascendieron, en conjunto, a 40.327 millones. De esa monumental cantidad todavía están pendientes de devolver 16.602 millones, un 11,9% menos que a cierre de 2018; sus intereses nos costarán 397,7 millones este 2020.
Así se recoge en el Informe sobre el estado actual de la deuda del sistema eléctrico, publicado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). De acuerdo con sus datos, el año pasado los consumidores abonamos, en el recibo de la luz mensual, una anualidad de 2.696,5 millones, un 1,55% menos que en 2018. Para este 2020 pagaremos un poco más, 2.721,6 millones, y la deuda quedará totalmente saldada dentro de casi nueve años.
Originalmente la deuda empezó a producirse porque el Gobierno se negó a incrementar el coste de la luz de los consumidores de acuerdo con el aumento de los precios del mercado mayorista, y posteriormente cuando estos precios se incorporaron automáticamente al recibo mensual, a partir de 2007, porque no se quisieron repercutir las primas a las renovables, por aquel entonces necesitadas de fuertes ayudas económicas.
La deuda se fue estructurando en cuatro paquetes. El principal es el Fondo de Amortización del Déficit Eléctrico (Fade), que todavía hoy aglutina el 82,8% del total, 13.740 millones, a un tipo de interés del 2,538%. No se conocen los titulares de estos derechos de cobro, pero el resto está en manos de entidades financieras (un 10,4%), vehículos de titulización extranjeros (4,9%) y el Instituto de Crédito Oficial (ICO), que cuenta con el 2% restante.
De todos ellos, el tipo de interés más elevado le corresponde al Fade, con el 2,538%. El coste medio de los cuatro paquetes asciende este año al 2,395%, esto es 16,7 puntos básicos menos que en 2019 por la rebaja de los tipos de interés. Este 2020, precisamente, se liquidarán los 291 millones del Déficit de 2015, cuyo tipo de interés es negativo -del -0,4% este 2020- porque está ligado al Euribor a tres meses, en números rojos desde abril de 2015.
En conjunto, los intereses de la deuda representan el 14,6% de la anualidad de este 2020, un 11% menos que en 2019, por la rebaja generalizada de los tipos de interés, considerando unas refinanciaciones del Fade que se acometieron en 2018 y 2019.
Hay 1.037 millones en caja
Desde el año 2014, en que el anterior Ejecutivo de Mariano Rajoy acometió la reforma eléctrica, las cuentas del sistema eléctrico han registrado superávit en todos los ejercicios, alcanzando una cifra agregada hasta 2018 de 1.687 millones. Esta cantidad, gestionada por la CNMC -responsable de las liquidaciones-, no puede destinarse a reducir el recibo mensual mientras exista deuda en el sistema, pero los sucesivos gobiernos han ido aprovechándolo para pagar varios agujeros.
Así, cumpliendo varias sentencias del Tribunal Supremo, se usó para devolver a las empresas eléctricas 518 millones porque en 2015 y 2016 costearon indebidamente el bono social. Una reforma de 2017 permitió destinar parte del superávit al fomento de las renovables en territorios no peninsulares, a las que se destinaron 60 millones ese año y el siguiente. Y en 2018, tras otra sentencia de la Audiencia Nacional, se usaron 11,3 millones para pagos pendientes a las instalaciones de tratamiento de purines.
En total, pendiente de que se cierre la liquidación de 2019, ejercicio en el que el Gobierno lo usó para cubrir la suspensión temporal del impuesto al 7% de la generación, la caja del sistema eléctrico aún atesora 1.037 millones.