El consejero delegado de BBVA, Onur Genç, está presionando internamente para que el banco se refuerce en Turquía, destinando parte del dinero que obtendrá con la venta de la división de Estados Unidos. La posición del número dos del grupo español, de origen otomano, es clara en este sentido, en detrimento de las conversaciones de fusión puestas en marcha con el Sabadell, que este viernes se han dado oficialmente por rotas.
El plan de Genç sería, en principio, que BBVA se hiciera con todo el capital de Garanti, entidad que ya controla y del que dispone de casi un 50% de las acciones, según distintas fuentes conocedoras.
Este proyecto está bien visto por las autoridades turcas, especialmente por el presidente Erdogan, que pretende que las banca extranjera aumente su peso en el mercado financiero del país. En cambio, Europa y, especialmente, el BCE, tienen una posición contraria, ya que no está dispuesto a aceptar que entidades del Viejo Continente coloquen sus inversiones en un Estado con el que se mantienen malas relaciones y en una economía debilitada desde hace años. Fuentes oficiales del banco sostienen que "la entidad se siente cómoda con la posición que actualmente tiene en Turquía".
Genç había aumentado su presión en las últimos días, aprovechando las tensiones que se estaban produciendo en las negociaciones con el Sabadell, al borde la ruptura definitiva como ya adelantó ayer elEconomista y finamente se ha confirmado, por el precio de la operación y por el reparto de poderes en el grupo resultante.
El consejero delegado, precisamente, fue el encargado de enfriar la semana pasada la absorción con el banco catalán. Lo hizo un día después de anunciar oficialmente que ambas entidades estaban analizando su fusión. Señaló entonces que esta opción tendría que competir con otras y que habría que estudiar cuál de ellas tenía más valor para BBVA, sus empleados y sus accionistas.
Desde entonces, algunos analistas daban por hecho que la única opción a la vista que tendría el banco de origen vasco sería un aumento de su presencia en Turquía y dar salida a una parte importante del exceso de capital que acumulará una vez se formalice la desinversión de la franquicia norteamericana. El superávit alcanzará los 7.100 millones sobre una solvencia de máxima categoría del 12%, que es el nivel que requiere el mercado.
Todo el dividendo y más riesgo
La toma de control de Garanti tendría un coste parecido al del Sababell e, incluso, menor. Por el 50% que está en manos de otros inversores en bolsa, debería desembolsar más de 2.000 millones sin tener en cuenta una posible prima. Por el Sabadell, unos 2.500 millones con un premio del 30% sobre la cotización del viernes 13 de noviembre. Sin embargo, con Garanti no obtendría ahorro de costes por duplicidades, que sí se producirían con Sabadell, y elevaría sus riesgos sustancialmente por la incertidumbre del país otomano, mucho más alta que la española. Por contra, podría retener todo el dividendo que reparte la filial otomana, cuyas ganancias se prevén mayores que en la entidad catalana para los próximos años.
BBVA entró en Turquía con la compra de un 25% del capital de Garanti en 2010. En los años sucesivos ha aumentado su participación hasta casi la mitad del accionariado. En todas estas operaciones ha invertido algo más de 7.000 millones de euros. Desde entonces, suma unas minusvalías latentes cercanas a los 5.000 millones.