El grupo energético portugués EDP está interesado en hacerse con los parques eólicos en Europa de Nordex, la filial alemana de Acciona, en una operación que estaría valorada en torno a los 800 millones de euros, según han explicado fuentes financieras a elEconomista. En este proceso, que está siendo coordinado por el banco de inversión Rothschild, también está pujando el gigante de la inversión australiano Macquarie, que acaba de vender a EDP a su vez el 75,1% de la distribuidora española Viesgo. Las mismas fuentes apuntan a que Macquarie ha analizado acudir con un socio a esta subasta competitiva.
El interés de EDP en estos activos eólicos se enmarca dentro de su Plan Estratégico presentado en marzo del pasado año, a través del cual preveía un crecimiento en energías renovables y en redes, así como reducir su exposición al riesgo de mercado y aumentar el peso de las actividades reguladas a largo plazo. De hecho, tal es el apetito de la energética lusa por el negocio renovable que no se ha echado atrás ni en la compra del 24,9% de Viesgo ni en el proceso de adquisición de los activos de Nordex pese al escándalo que sacudió a su cúpula hace un par de semanas, cuando un juez luso apartó de la presidencia de EDP y de su filial EDP Renovables a Antonio Mexía y Joao Manso Neto, respectivamente, por un presunto caso de corrupción.
Macquarie, por su parte, es uno de los inversores internacionales más activos en España en los últimos tiempos. Instrumenta su posición en energías renovables a través del fondo Macquarie Infrastructuras & Real Assets (MIRA), que lidera en España Juan Caño, y de la entidad Macquarie Capital, encabezado por Manuel Beldarraín. El primero ha participado en numerosos procesos, como la compra de X-Elio (que acabó en manos de Brookfield y KKR tras su retirada) o en la de las renovables de ACS o Elawan (la antigua Gestamp Wind). Mientras, Macquarie Capital ha forjado alianzas como las de Bruc, el vehículo creado por Juan Béjar, o con Univergy, para el impulso de Nara Solar, entre otras.
Operación internacional
El proceso de Nordex, que se está gestando desde Alemania, permanece, en todo caso, abierto a otros inversores, tanto fondos de capital riesgo especializados en infraestructuras como grandes compañías energéticas. El proceso está articulado como la venta de un todo, aunque no se descarta que algún inversor pudiera presentar oferta por partes.
La cartera que ha puesto a la venta Nordex, cuyo mayor accionista es Acciona, incluye contratos en distintas fases y alcanza una capacidad total próxima a los 3 gigavatios (GW). La empresa no desagrega la distribución de sus contratos por países, pero sus principales activos se ubican en Francia, España, Polonia, Alemania y Bélgica.
Nordex cuenta tanto con participaciones de control (principalmente) como minoritarias, que instrumenta, según el caso, a través de sociedades como Nordex Windpark Beteiligung GmbH y Nordex Energy Spain. Su presencia en este tipo de proyectos se extiende a otros mercados como Estados Unidos, India y América Latina.
La empresa germana no ha sido ajena a la crisis del Covid-19 y a comienzos de mayo decidió retirar sus previsiones para 2020
Acciona es el accionista de referencia de Nordex desde 2016, cuando acordó la fusión de su filial Acciona Windpower (AWP) con el grupo alemán. El pasado otoño, la compañía que preside José Manuel Entrecanales incrementó su posición tras inyectar capital y lanzar una oferta pública de adquisición (opa) sobrevenida. En la actualidad, la multinacional española ostenta el 36,41% de las acciones.
Nordex registró en 2019 unas pérdidas de 72,6 millones de euros, un 13,5% inferiores a los 83,9 millones de 2018. Cerró el año con unos ingresos de 3.284,6 millones de euros, un 33,6% más que en el ejercicio anterior y obtuvo un resultado bruto de explotación (ebitda) de 123,8 millones, un 21,7% más. Asimismo, incrementó sus pedidos para la fabricación de aerogeneradores un 31%, hasta los 6,2 GW, un nivel récord.
La empresa germana no ha sido ajena a la crisis que la pandemia por el Covid-19 ha generado en todo el mundo y a comienzos de mayo decidió retirar sus previsiones para 2020. Nordex admitió que sufrirá un impacto en sus resultados del segundo trimestre, aunque indicó que aún no lo podía cuantificar. Sus últimas proyecciones, que ya habían sido revisadas a finales de marzo, apuntaban a mejorar su cifra de negocio hasta situarla en una horquilla de entre 4.200 millones y 4.800 millones de euros (frente a los 3.284,6 millones de 2019) y un beneficio bruto de explotación (ebitda) de entre 160 millones y 240 millones. En el primer trimestre, Nordex perdió 38 millones (un 8,6% más), si bien aumentó un 141,8% sus ingresos, hasta 964,6 millones, y un 297% su ebitda, hasta 13,1 millones.