Un consorcio liderado por el fondo de pensiones holandés APG se ha impuesto en la puja para comprar el 81,1% de la concesionaria de autopistas portuguesa Brisa en manos de Arcus y el grupo José Mello. Ha superado así en la fase final a las ofertas presentadas por las españolas Abertis y Globalvia, la alianza formada por el fondo galo Ardian y el grupo italiano Gavio, y una unión de firmas chinas.
El importe de la operación valora a Brisa en más de 3.000 millones de euros, lo que implicaría un desembolso por el 81,1% de alrededor de más de 2.400 millones de euros. Se trata de una de las mayores transacciones de infraestructuras de este año en el mundo.
APG se ha aliado con el Servicio de Pensiones Nacional de Corea del Sur (NPS) y la suiza Swiss Life Asset Management (SLAM), según han informado en un comunidado los compradores.
Los Mello, que seguirán en el capital, han estado asesorados por Rothschild y Caixa BI y el fondo Arcus por Morgan Stanley y Millennium BCP Investment Banking.
Brisa gestiona 1.628 kilómetros de autopistas en Portugal con 7,5 millones de usuarios al año
Brisa gestiona 1.628 kilómetros en Portugal repartidos en 17 autopistas, 6 carreteras nacionales y 6 rutas adicionales. Tiene seis concesiones (Brisa Concessão Rodoviária -BCR-, Atlantico, Litoral Oeste, Baixo Tejo, Brisal y Douro Litoral), con alrededor de 7,5 millones de usuarios al año.
Además, Brisa cuenta con participaciones en empresas de áreas de servicio, sistemas de cobro (Via Verde), call centers (M Call), inspección de automóviles (Controlauto), soluciones tecnológicas para movilidad (A-to-Be), inversiones (TIIC, junto con Millennium y Rothschild) o carsharing (DriveNow).
Los Mello seguirán en el capital
Hasta ahora, el Grupo José Mello ostenta el 52,7% del capital de Brisa de manera directa e indirecta, mientras que Arcus suma el 37,35% (el resto se reparte entre minoritarios y autocartera). Los Mello conservarán en torno al 20% de la concesionaria.
Abertis y Globalvia buscaban
Para esta operación, Abertis había vuelto a encontrar en el fondo de Singapur GIC el socio con el que afrontar la inversión, replicando así la alianza que crearon el pasado año para adquirir la concesionaria mexicana Red de Autopistas de Occidente (RCO). La firma española pretendía así regresar a Portugal después de que hace ocho años vendiera una participación minoritaria de Brisa, que en la actualidad gestiona 1.628 kilómetros de autopistas. Buscaba ganar nuevos activos para sustituir los que están llegando al final de la concesión, fundamentalmente en España.
Globalvia, por su parte, que cuenta con el respaldo financiero de sus tres accionistas, los fondos de pensiones PGGM, OPTrust y USS, para acometer inversiones por 6.000 millones de euros en los próximos años, pretendía reforzar su posición en Portugal y cerrar, tras comprar más del 40% de Itínere en el último año y medio, reforzar su cartera de autopistas en Europa. La compañía ya está presente en Portugal con dos activos: controla el 96% de la autopista de peaje mixto Transmontana A4, entre Vila Real y Bragança, con una longitud 194 kilómetros y un plazo de concesión hasta 2038; y el 100 por cien de la A-23 Beira Interior, una autovía de peaje en sombra entre Abrantes y Guarda, con 198 kilómetros y vencimiento en 2029.