Empresas y finanzas

La banca lleva a máximos el tipo que cobra a las empresas por los depósitos

  • Las entidades elevan la tasa que reclaman a las compañías por guardar su dinero hasta el 0,22%
  • Las sociedades, pese al coste, incrementan el volumen de imposiciones a plazo un 51%
Varias sucursales bancarias

La banca española ha elevado sustancialmente el coste de los depósitos a plazo a las empresas. En enero las entidades cobraron de media un 0,22%, sin incluir comisiones, por las nuevas imposiciones a este colectivo con el objetivo de paliar los efectos de la política monetaria en su cuenta de resultados. El precio es el más elevado desde que el sector comenzó a trasladar los tipos negativos a la mayoría de las sociedades no financieras, a principios de 2019, y se acerca al de los países donde está más elevado, como los nórdicos y Holanda.

Según datos del Banco de España, la evolución mensual de la tasa es muy variable, ya que ha pasado desde el -0,02% del pasado mayo hasta el 0,38% positivo de diciembre. Es decir, que en el último mes del ejercicio anterior las entidades pagaron por el dinero depositado por las compañías.

El sector ha venido ampliando a sus clientes corporativos el tipo que cobra por las imposiciones en función de su vinculación y de su tamaño. Desde 2017 viene cobrando a las grandes empresas, pero no había sido hasta 2019 cuando extendió la medida, convirtiéndola en habitual para cualquier cliente, debido a la política expansionista del BCE para reanimar la economía en la zona euro.

La banca española, a diferencia de lo que ocurre en otros mercados, ha decidido excluir del coste a los particulares por las consecuencias que acarrearía, como salidas de fondos masivos. Ni siquiera para saldos por encima 100.000 euros como han fijado algunos de sus competidores en el Viejo Continente. De hecho, la mayor parte, ha dejado de venderlos. En nuestro país en los depósitos de los minoristas se paga un 0,05%, un porcentaje que apenas ha oscilado en el último año.

Hace unos días los analistas de Credit Suisse aseguraban que más bancos en Europa iban a empezar a cobrar por todas las imposiciones de dinero desde los 100.000 euros con el fin de mitigar los efectos de un euribor que no levanta cabeza y que no hay atisbos de un cambio de tendencia, sobre todo después de la crisis que ha generado el coronavirus en todo el mundo.

Pese al mayor coste, las empresas continúan depositando sus recursos sobrantes en cuentas a plazo. En enero, las compañías españolas guardaron a vencimiento 7.387 millones de euros, una cantidad que supone un 51,6% más que en el mismo mes de 2019 o un 39% más que en diciembre.

Importe residual a plazos de más de un año

La mayor parte de dichos fondos se colocaron con plazos menores a un año, que es en los productos donde las entidades aplican las tasas negativas, ya que tan solo 86 millones fueron a parar a depósitos a más de un año y 117 millones a más de dos ejercicios. En estas dos tipologías los bancos todavía pagan intereses, aunque estos sean pequeños.

No obstante, las empresas están trasladando sus recursos a las cuentas a la vista, que tampoco aún están siendo penalizadas por determinadas entidades. De media, el sector abona una tasa del 0,07%. A libretas de libre disposición las sociedades no financieras destinaron el primer mes de este ejercicio algo mas de 219.711 millones.

La evolución tanto de precios como de saldos dependerá en gran medida de los efectos de la pandemia del Covid-19 y de las medidas anunciadas tanto por el BCE como por el Gobierno, además de la duración de los contagios del virus.

El jueves el organismo monetario anunció distintas iniciativas, que alivian en parte a la banca, pero se han quedado cortas, según los analistas y mercado, que las recibió con caídas en bolsa hasta horas desconocidas. Por un lado, mantuvo los tipos de interés oficiales en el 0% y la tasa que cobra a las entidades por acumular su liquidez en su ventanilla, en el 0,5%.

De esta manera, la situación para el sector financiero permanece en los mismos parámetros. Pero, también informó de la puesta en marcha de una batería de planes para que los bancos canalicen préstamos a la economía, principalmente las pymes y los autónomos, además de relajar los niveles de capital y provisiones que venía exigiendo. Con este paquete las entidades podrían llevar a sumar un margen positivo de ingresos de hasta el 0,75% siempre y cuando se cumplan las condiciones máximas, a través de su participación en las subastas de fondos para destinar financiación a empresas con el fin de combatir el impacto de la pandemia, cuyas consecuencias son impredecibles.

Subida de la morosidad y fusiones

En el sector ya se da por hecho que esta crisis conllevará una subida de las morosidad, sobre todo en los sectores que se están viendo afectados. Entre ellos destacan las empresas relacionadas con el turismo, uno de los motores de España. Por lo que en los cuarteles generales están analizando y monitorizando día a día cómo evolucionan los impagos en este colectivo.

Un repunte significativo de las insolvencias pondría en serios problemas a más de una entidad en nuestro país, lo que llevaría a abrir un nuevo proceso de fusiones. Una oleada que lleva años aplazándose.

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