
La banca ha decidido no cobrar a los particulares por su dinero, pero sí a todo tipo de empresas, incluso aquellas asociadas a su división de altos patrimonios, como family office. De momento están aplicando una tasa de entre un 0,1 y un 0,2% de media por los depósitos a corto plazo, pero pronto extenderán a cualquier imposición a plazo y a las cuentas a al vista. De hecho Bankia ya ha comunicado que lo hará próximamente para los usuarios de personas jurídicas.
Con esta especie de 'comisión' las entidades ingresarán en torno a unos 500 millones a los precios actuales (un 0,17% en agosto). Un botín que, previsiblemente podría ser superior si se eleva el reclamo de los intereses.
La intención del sector financiero es mejorar sus ingresos, lastrados por la política monetaria del BCE, que ha presionado al euribor a mínimos históricos por el mantenimiento del precio oficial del dinero a cero durante mucho tiempo y el cobro de un 0,5% a las entidades por depositar su liquidez en su ventanilla.
Las entidades están librando de este coste a las compañías que cuentan con una cierta vinculación, es decir, que tengan contratados otros productos para ser consideradas rentables. El tipo, además, está siendo desigual y depende de la relación de cada cliente.
Traslado completo
La banca, con el traslado completo de este coste a todos clientes institucionales, podría llegar a recaudar más de 1.400 millones anuales, pero de momento está limitando los porcentajes y el volumen de usuarios. Los expertos coinciden en señalar que con el paso de los meses la repercusión será de máximos por las necesidades de las entidades y que las empresas tendrán que abonar ese 0,5% que se destina al BCE.
Las sociedades no financieras, según los datos del Banco de España suman en nuevos depósitos y cuentas unos 284.000 millones de euros. La mayor parte está bajo resguardo en libretas a la vista, de libre disposición, donde están acumulados de 226.000 millones.
Por el momento, lo que parece seguro es que los tipos de interés negativos no serán de aplicación para los particulares, que tienen casi 800.000 millones. Para evitar las consecuencias negativas de una medida tan impopular gran parte de las entidades -entre ellas, Santander, CaixaBank y Bankia- han retirado de su catálogo de productos los depósitos. Y para compensar pérdidas por los recursos de las familias en las cuentas a la vista, los bancos están subiendo las comisiones de mantenimiento para los clientes menos vinculados.
En Europa, los principales bancos están tomando las mismas decisiones con las particularidades de cada sistema. El último grupo financiero comunitario en sumarse al cobro por los depósitos ha sido Unicredit, que ha fijado tipos negativos para los saldos por encima de los 100.000 euros.
La coyuntura actual es insólita, ya que la banca siempre ha pagado por recoger el dinero de empresas y hogares e invertirlo, bien en créditos, bien en renta fija bien en participaciones industriales para obtener una rentabilidad mayor.
El precio del dinero se mantendrá ultrabajo al menos hasta 2022 o 2023. Las entidades ya se están atisbando un horizonte donde el euribor se mantendrá en negativo hasta finales de 2021, algo que complicará los objetivos previstos en sus planes de negocio. Bankia, CaixaBank y el Sabadell han tenido que reconocer este verano que sus estimaciones de ingresos o de beneficios serán inferiores a los planteados en su momento. Además, han puesto en marcha medidas adicionales para intentar que las consecuencias negativas se limiten lo máximo posible para ofrecer mejores rendimientos a sus accionistas.