
La legislatura termina, igual que el breve mandato de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. El socialista llegó a Moncloa con muchos planes y una hoja de ruta dibujada por los presupuestos alternativos presentados por los socialistas a principios del año pasado. Sin embargo, de esta hoja de ruta solo se ha cumplido un 15%, bloqueada como ha sido la obra del Gobierno por el veto a las Cuentas aplicado por los partidos de la oposición y los independentistas en el Congreso de los Diputados. Y todo ello sin haber aumentado los ingresos para compensar el incremento de 1.590 millones de euros que se ha producido en el gasto.
Éste ha sido quizá el mayor talón de Aquiles de la Administración Sánchez. Más allá del incremento de la recaudación esperado por el ciclo económico - que será de un 5%, según el Banco de España, dejando los ingresos por esta vía en 219.000 millones según la Agencia Tributaria -, el veto presupuestario impidió que el Gobierno pudiera poner en marcha varias medidas incluidas dentro de la citada hoja de ruta socialista para nutrir las arcas públicas, como la creación de un tipo mínimo del impuesto sobre sociedades del 15% o instaurar una mayor progresividad sobre la fiscalidad de las rentas del trabajo y las del ahorro.
En total, los socialistas esperaban ingresar hasta 8.000 millones más por esta vía, aunque luego quedaron reducidos a 5.600 millones en el proyecto de Presupuestos.
Algunas de las vías de ingresos que propuso el Gobierno ni siquiera llegaron a votarse en el Congreso por el adelanto electoral
El adelanto electoral ha impedido que se haya podido poner en marcha la otra gran vía de ingresos que tenía previsto el equipo de Sánchez para compensar el incremento del gasto social planeado: la creación de impuestos nuevos, concretamente las tasas Google y Tobin. Con ellas, se esperaban unos ingresos de 2.050 millones, pero los correspondientes proyectos de ley ni siquiera se llegaron a debatir en el Congreso de los Diputados.
Por otro lado, el bloqueo a los Presupuestos también ha conllevado que los socialistas solo hayan podido sacar adelante un 15% del gasto social que planeaban. Es decir, que el incremento de la inversión - en el que se incluye el importante alza planteada para la dependencia, presente en presupuestos - de 10.500 millones previsto se ha quedado en unos 1.591 millones.
Esta cifra final corresponde a partidas que, de una manera u otra, sí se han puesto en marcha, según indicaba la alternativa presupuestaria del PSOE. Se trata de las diferentes medidas de protección por desempleo - como el subsidio para mayores de 52 años -, el incremento del permiso de paternidad de cinco a ocho semanas y la prestación no contributiva de maternidad en el ámbito de la Seguridad Social, que finalmente se ha acabado poniendo en marcha, pero por una sentencia del Tribunal Supremo.
Un nuevo programa electoral
Este miércoles los socialistas dan a conocer su nuevo programa electoral, o al menos las 101 medidas más importantes incluidas en el mismo. Fuentes de Ferraz reconocen que las propuestas que el PSOE presente de cara a las elecciones generales del 28 de abril estarán perfiladas tanto por la citada hoja de ruta citada en esta artículo como por el fallido proyecto de presupuestos.
Sin embargo, también indican que habrá sorpresas entre las medidas, aunque no han querido aclarar cuáles. En el aire quedan varias propuestas que los socialistas descartaron o no quisieron aplicar durante el corto mandato de Sánchez. Este es el caso de impuesto a la banca que prometió el secretario general del PSOE y que finalmente se aparcó, aunque no del todo: su ministra de Hacienda, María Jesús Montero, siempre dijo que esta nueva tasa - con la que se vaticinaban unos ingresos de 1.000 millones - se podría retomar si las tasas Google y Tobin no cumplían las expectativas de recaudación.