Economía

Las prestaciones de maternidad y paternidad iguales e intransferibles fomentan la igualdad laboral, pero no son la "panacea"

  • La OCDE cree que son buenas para incentivar las bajas entre los padres...
  • ...algo que, además, asegura que ayuda a aumentar el empleo femenino
Imagen recurso. Autor: Pixabay.

El 1 de abril se dará el primer paso en España para equiparar la duración de las prestaciones por maternidad y paternidad. Los hombres que tengan hijos a partir de dicho día contarán con ocho semanas de baja (hasta ahora eran cinco) y llegarán a tener 16 semanas (como las madres) en 2021. La entrada en vigor de la medida se ha retrasado más de lo esperado, echando más leña al fuego al polémico decreto por la igualdad laboral que el Gobierno, entre otros, aprobó hace una semana. Y es que no está claro que la norma cuente con el respaldo de la patronal, representante del sector empresarial, ni de la oposición política, a mes y medio de las elecciones generales. Pero una vez establecida la medida, la pregunta que cabe hacer es la siguiente: ¿las bajas iguales, remuneradas e intransferibles para padres y madres fomentan realmente la igualdad laboral entre mujeres y hombres? Se podría decir que sí, pero no es una garantía de éxito por sí sola.

"¿Tienes pensado quedarte embarazada?". Más de una mujer joven se ha enfrentado a esta pregunta, o una similar, en una entrevista de trabajo. Más de una también se ve expuesta a cierto tipo de comentarios en su trabajo que le 'incitan' a no ser madre para no 'crear un problema' a la empresa cogiéndose una baja. La brecha salarial de género y el conocido como 'techo de cristal' (las dificultades que encuentran las mujeres a la hora de ascender en los puestos de trabajo frente a los hombres) son dos de las consecuencias del 'perjuicio' real que supone ser madre en el ámbito laboral.

Un estudio de la Obra Social La Caixa conocido esta misma semana revela que las mujeres tienen un 30% menos de oportunidades para ser contratadas. Así, pese a que en las empresas se ha trabajado en los últimos años para "implantar políticas de selección igualitarias, y no discriminatorias", no es menos cierto que todavía es "una de las cuestiones en las que será necesario seguir mejorando", tal y como asegura Arancha de las Heras, presidenta de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA) y vocal de la Asociación Española de Mujeres Empresarias de Madrid (ASEME).

No obstante, esta doctora en Derecho y experta en conciliación laboral y familiar aclara en una entrevista a elEconomista.es que "el tamaño (de las empresas) importa", ya que estadísticamente está comprobado que los procesos de selección sexistas son más habituales en compañías pequeñas y medianas, precisamente las que son el "sustento" del tejido empresarial español.

De esta manera, la desigualdad laboral entre hombres y mujeres en España encuentra entre sus principales causas la posibilidad que tiene una madre de disfrutar de más tiempo para el cuidado de un hijo una vez ha nacido o ha sido adoptado, frente a la baja más corta a la que actualmente puede optar el padre.

El Gobierno de Pedro Sánchez ha querido acabar con este problema antes de acabar su legislatura. El Ejecutivo aprobó el pasado viernes un decreto para la igualdad laboral entre hombres y mujeres (publicado ayer en el Boletín Oficial del Estado) en el que incluye la ampliación progresiva de las prestaciones por paternidad, con el objetivo de que se equiparen a las de maternidad en 2021. En dos años, los padres y madres tendrán bajas iguales (de 16 semanas), remuneradas e intransferibles.

El gasto total que provocará esta medida en 2019 a las arcas del Estado será de 775 millones de euros, según las previsiones del Gobierno. Así, según indica el Ministerio de Trabajo a elEconomista.es, la ampliación de las bajas de paternidad a 8 semanas aumentará el coste respecto a los Presupuestos del año pasado en 252 millones.

En cuanto al coste en 2020, cuando las prestaciones por paternidad aumentarán hasta las 12 semanas, el gasto previsto por el Ejecutivo es ligeramente inferior al de 2019, de 705 millones de euros. Y en 2021, año en el que alcanzarán las 16 semanas, se incrementará previsiblemente hasta los 1.107 millones.

Las prestaciones de paternidad intransferibles no son la "panacea"

La lógica puede llevar a pensar que la fórmula de igualdad, remuneración y no transferibilidad puede ser exitosa en cuanto a la búsqueda de la igualdad laboral. Así lo cree, por ejemplo, la asociación WomenCEO, que opina que la medida recién aprobada "sin duda favorece a la contratación de la mujer, ya que la amenaza de tener que prescindir de ella durante 16 semanas pasa a ser indistinta por cuestión de género", según traslada a elEconomista.es.

Sin embargo, no tiene por qué ser directamente así. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ya avisaba en 2016 que las prestaciones pagadas e intransferibles para los padres "no son una panacea". Lo señala en su informe Breve reseña del permiso de paternidad y su uso (Background brief on fathers' leave and it use), en el que pone el ejemplo de Japón: un mínimo porcentaje de los hombres (el 2% hace tres años) disfrutan en el país nipón de sus permisos parentales pese a tener la opción.

No obstante, la OCDE cree que "son una de las herramientas más importantes disponibles para los legisladores que buscan promover el uso del permiso por parte del padre". Y es que, en otro informe titulado Permiso por paternidad: ¿dónde están los padres? (Parental leave: Where are the fathers?), la organización señala la importancia de las bajas de paternidad como instrumento para, entre otras cosas, "aumentar el empleo femenino".

Sin embargo, existe un hándicap importante, y no solo económico: la OCDE asegura que los varones son por lo general más reticentes que las mujeres a la hora de coger una baja para cuidar a un hijo por temor a que esto "tenga implicaciones en su carrera profesional".

Para Arancha de las Heras "este tipo de prejuicios afortunadamente se han superado" en España. Pero igualmente apuesta por el "ejercicio de la corresponsabilidad" para alcanzar en un futuro próximo "una situación en la que los permisos parentales dejen de ser un problema" para las empresas.

Más medidas de conciliación

En este sentido, la presidenta de la UDIMA defiende que "será necesario algo más que la ampliación de la paternidad" para alcanzar la igualdad laboral entre hombres y mujeres en España. "Se deben adoptar medidas de conciliación tanto para hombres como para mujeres ya que la crianza de los hijos es común a ambos", argumenta.

Por ello, frente a las prestaciones obligatorias, De las Heras apuesta más por unos permisos que "fueran voluntarios y flexibles en cuanto al disfrute", algo que, en su opinión, "ayudaría más a las empresas".

Arancha de las Heras: "Será necesario algo más que la ampliación de la paternidad"

También se decanta por "fórmulas equilibradas y consensuadas que permitan flexibilizar su disfrute", como las "jornadas parciales con alargamiento de periodo de disfrute", que permitan al mismo tiempo tanto que los trabajadores "concilien sus intereses familiares y laborales" como que "las empresas tengan garantizada una continuación de su actividad contando con un equipo humano estable".

Una opción que también ve efectiva la OCDE, ya que "muchos progenitores, especialmente los padres, pueden no estar dispuestos a coger un permiso completo de varios meses de en una vez". Una idea adaptada en la legislación española, ya que en la próxima ampliación a ocho semanas las dos primeras sí se deberán coger de baja nada más nacer o adoptar al hijo, pero las seis restantes se podrán repartir a lo largo de los doce meses posteriores.

Con todo, solo el tiempo mostrará la efectividad de la nuevas bajas de paternidad de las que podrán disfrutar los hombres en España a partir de abril. Pero lo que parecen tener claro los expertos es que por sí solas no son suficientes.

Así, el sindicato CC.OO. subrayaba en su informe Romper la brecha salarial, una cuestión de justicia la necesidad de complementarlas con muchas más, que deberían aplicarse "de forma conjunta" para lograr de verdad la igualdad laboral entre hombres y mujeres. Un derecho aparentemente obvio en el siglo XXI, pero por ahora inexistente.

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