Economía

Podemos busca su jugada con las cuentas: intenta convertirse en la 'llave presupuestaria' nacional y de Cataluña

  • Iglesias y Colau apelan a un frente común en España, Cataluña y Barcelona
  • El líder de Podemos visitará a Junqueras en prisión con el 'ok' de Moncloa
Ada Colau y Pablo Iglesias, en la Universidad de otoño de Podemos. Foto: EFE

La actual composición del mapa político ha dejado el protagonismo presupuestario en un actor inesperado: Podemos. Aunque pareciera difícil hace unos años e incluso hace unos meses, los de Pablo Iglesias han conseguido 'colarse' en la negociación de las cuentas clave ahora mismo: las del Estado y las de la Generalitat catalana. Las alianzas tejidas desde la moción de censura que llevó al Gobieno a Pedro Sánchez han llevado a Podemos a la tan ansiada y pronunciada 'centralidad del tablero'.

Si los manejos de Iglesias entre bambalinas auspiciaron que la moción prosperase, la debilidad del Gobierno socialista ha convertido a Unidos Podemos en su socio principal. Esto ha sido clave a la hora de pactar unos Presupuestos en los que Hacienda ha tenido que hacer concesiones virando a la izquierda. Para cerrar la jugada, Iglesias necesita atraer el apoyo de los partidos catalanes.

Ahí entra en juego la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, quien lleva todo octubre lanzando un nítido mensaje: se puede hacer un frente común y aprobar de una tacada las cuentas de España, Cataluña y Barcelona. Tanto Podemos como su 'hermano' catalán, los 'comunes' de Colau, ofrecen a los neoconvergentes -desde JxCat hasta el PDeCAT- y a ERC el apoyo de sus diputados sacar adelante sus Presupuestos en el Parlament y a cambio los independentistas echan un cable con los números en el Congreso y en Barcelona.

Esta 'oferta' la hacen tirando de su mejor comodín: los diputados de En Comú Podem en el Parlament catalán, pocos -ocho- pero suficientes para vertebrar una mayoría absoluta que el bloque independentista ha perdido tras sus desavenencias internas. Prueba de ello fue la aprobación de la reprobación al Rey el pasado jueves que ha puesto en apuros al Gobierno Sánchez.

Al PSOE no le queda otra que encomendarse a cualquier intento de Podemos de convencer a los soberanistas en el Congreso, mientras que a éstos les interesa sacar adelante las cuentas catalanas para que no embarranque más un legislatura que zozobra por momentos con las peleas entre JxCat y ERC. De este modo, Iglesias y Colau han conseguido convertirse en un denominador común que les puede favorecer no sólo en el escaparate político -posibilismo y pragmatismo-, sino darle vida a la alcaldesa de Barcelona, que tras romper con el PSC aguanta con una mayoría muy pobre en el consistorio a menos de un año de las elecciones locales.

Los de Iglesias y Colau buscan atraer a ERC sabiendo que tienen difícil oponerse a más inversión en Cataluña

La gran baza de los 'morados' para cerrar su operación será convencer a los partidos catalanes de que los nuevos Presupuestos del Estado son 'irrechazables': no pueden oponerse a unas cuentas que contemplan unos 2.200 millones de inversión en la comunidad autónoma. Los de Iglesias y Colau saben lo difícil que tendría ERC sobre todo justificar ante sus electores y sus alcaldes a meses de las municipales que se rechacen unos números más sociales.

Aprovechando este extremo del cabo, Iglesias quiere reunirse en prisión con el líder de ERC, Oriol Junqueras. Algo a lo que Moncloa, por boca de la vicepresidenta, Carmen Calvo, ha dado el visto bueno. Lo que está por ver es que los nacionalistas catalanes acepten la propuesta. Saben el desgaste que les puede suponer estar del lado de PP y Ciudadanos en el Congreso, pero públicamente insisten en que sin beneficios judiciales a los presos del procés no hay nada que negociar. Entre bambalinas, sin embargo, habrá que esperar a que las cuentas de Sánchez e Iglesias entren en el hemiciclo y comience su debate.

El mayor dilema lo tendrá ERC, ya que a todas estas variables hay que añadir que el vicepresidente económico del Govern, Pere Aragonès, es ahora mismo la 'cabeza visible' del partido junto a Roger Torrent. Más convulso es el caso de los neoconvergentes: en el grupo del PDeCAT en el Congreso hay división sobre qué hacer, aunque su portavoz, Carles Campuzano, ha dicho que no se pueden negociar las cuentas en base a exigencias al Gobierno para que influya en la Fiscalía. Espinosa se vuelve la cuestión en la rama de JxCat: Torra y la órbita de Carles Puigdemont no sería tan proclive a esta dinámica tan pactista.

En Podemos esperan que las piezas caigan como en el dominó y la cerradura abra: cuentas desbloqueadas, clima de pacto y rédito político ante la avalancha de comicios.

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