A las 7.43 horas de este viernes, hora local de Washington, el presidente de Estados Unidos lanzó, como viene siendo habitual, a través de una publicación en su red social propia Truth Social el anuncio: "Recomiendo un arancel del 50% para la Unión Europea a partir del 1 de junio". Y posteriormente aclaró que no tiene ninguna intención de negociar con la UE: "Este es el acuerdo: un 50%".
El magnate argumentó que Los Veintisiete fueron creados "con el objetivo principal de aprovecharse de Estados Unidos en el comercio". En este sentido, critica a Bruselas por tener "poderosas barreras comerciales" y, además, volvió a atacar al IVA, el cual ya en su momento lo calificó de arancel oculto aunque los expertos de Tax Foundation -un think tank afín al Partido Republicano al que Trump pertenece- demostrasen que no lo es.
También habló de las "ridículas" sanciones corporativas y las barreras comerciales "no monetarias". En este punto se refiere a las políticas de seguridad alimentaria, química y farmacéutica comunitarias, entre otras, que impiden la comercialización de muchos productos fabricados en otros países con restricciones más laxas para ciertos componentes. También incluyó las "demandas injustificadas" contra empresas estadounidenses, entre otras cosas.
Según Trump, toda esta retahíla de supuestos impedimentos para el comercio entre ambas orillas del Atlántico genera un déficit comercial con EEUU de más de 250 millones de dólares anuales, "una cifra totalmente inaceptable", decía en su publicación.
Para imponer esta tasa del 50%, que todavía no se sabe si se sumará a la del arancel universal del 10%, lo que elevaría los impuestos de entrada de productos europeos en EEUU al 60%; Trump reitera que las conversaciones y negociaciones entre ambos bloques no están siendo productivas: "¡Nuestras conversaciones con ellos no están dando frutos!", exclamaba en Truth Social.
Eso sí, aclaró, como si no fuese ya evidente, que si el producto se fabrica en Estados Unidos "no se aplicará ningún arancel".
En una rueda de prensa posterior, Trump dejó claro que este no es un movimiento para abrir negociaciones ni una táctica de presión, sino que considera terminadas las conversaciones con la UE. "El acuerdo es este: un 50%. Si no lo quieren, que abran sus plantas aquí", aseguró.
En las últimas semanas, Trump había avisado de que, en muchos casos, "yo impondré el acuerdo. El acuerdo será que tienes que pagar tanto y punto". Europa parece ser la primera víctima de su idea de 'acuerdos unilaterales'.
Y, por primera vez, el magnate admitió la posibilidad de que los ciudadanos estadounidenses paguen los aranceles. Hasta ahora, Trump insistía en su extraña y errónea idea de que estos impuestos los pagaban los Gobiernos extranjeros, por lo que podría poner aranceles infinitos sin dañar a EEUU. Hoy ha matizado esa creencia ligeramente: "A veces el país se los comerá. A veces se los tendrá que comer Walmart [los importadores]. Y a veces los estadounidenses tendrán que pagar más", admitió.
El tira y afloja comercial entre la UE y Estados Unidos está ahora en un momento de plena vorágine. Bruselas tiene vigentes, a día de hoy, aranceles sobre productos estadounidenses por valor de 26.000 millones de euros en respuesta a las tarifas del 25% que Washington impuesto al acero y al aluminio europeos. Estos aranceles afectan a una amplia gama de productos estadounidenses, incluyendo maquinaria industrial, productos agrícolas, textiles y productos de consumo.
Nueva ronda de aranceles
Asimismo, la UE también ha propuesto otra nueva ronda de aranceles que pueden afectar a la entrada de productos estadounidenses en el bloque por valor de 95.000 millones de euros, incluyendo vehículos, baterías para coches eléctricos, aviones y aceite de oliva. Estas medidas todavía están en periodo de consulta a los países miembros y podrían entrar en vigor si la decisión que publicó el magnate este viernes en sus redes sociales entrase en vigor y las negociaciones no llegasen a buen puerto.
El recrudecimiento de la guerra comercial con China está bajo los 90 días de gracia que se dieron ambas naciones tras sus negociaciones en Ginebra (Suiza), que remataron con un acuerdo arancelario que dejaría a los productos chinos con una tasa del 30%, desde el 145%, para entrar en EEUU y Pekín los reduciría del 125% al 10%.
También firmó un preacuerdo con Reino Unido que supondrá reducir parcialmente los aranceles del 10% a los automóviles británicos a cambio de que Londres suprima las medidas "no arancelarias" a la entrada de ternera estadounidense.
El magnate reconoció que no podrá abordar todas las negociaciones individuales con los países afectados por las tasas del 'Liberation Day'. En su visita a los Emiratos Árabes Unidos la semana pasada dijo que activará los aranceles para los socios comerciales de Estados Unidos "en las próximas dos o tres semanas", ante la imposibilidad de negociar con todos los países a la vez por falta de personal. Por el momento, desde Truth Social, su canal oficial para hacer anuncios, no ha vuelto a comentar nada al respecto de esto.
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