
Parece que la economía alemana está empezando a ver la luz al final del túnel. El instituto de estudios económicos Ifo ha revisado al alza el crecimiento del PIB para este año en sus previsiones de verano y lo sitúa en el 0,4%, es decir, dos décimas más que en su informe de marzo. "La economía alemana tiende a estar camino de recuperarse", así comienza su análisis.
Esta mejora la argumentan basándose en que el sentimiento de las empresas ha mejorado con respecto a su encuesta de principios de año. Aunque todavía califican la situación de "mala", las expectativas de una evolución positiva en los próximos meses "ha aumentado", comentaron.
La predicción de este jueves del Ifo se alinea también con la última revisión al alza que hizo el Gobierno de Schozl a finales del mes de abril, en la que preveían que el PIB de la locomotora de Europa avanzará un 0,3% este año. El Ifo sigue manteniendo sus previsiones de primavera para 2025 en el 1,5%. Por su parte, el consenso de Bloomberg sigue manteniendo un avance del 0,2% para este año y del 1,2 para el próximo.
Por su parte, la curva de la inflación sigue doblegándose aceleradamente, hasta el punto que el IPC medio del año caerá "notablemente" desde el 5,9% en 2023 al 2,2% en 2024 y al 1,7% en 2025. La tasa de inflación subyacente -que excluye los productos más volátiles como la energía y los alimentos- será un poco mayor, concretamente del 2,7% este año y del 2,2% el que viene "ya que los precios de la energía para los consumidores seguirán cayendo hasta finales de 2025", reza el análisis.
El director adjunto de Macroeconomía y Encuestas del Ifo, Timo Wollmershäuser, aseveró que actualmente "está surgiendo una nueva esperanza" y que la economía alemana "está saliendo poco a poco de la crisis".
Pero claro, a pesar de que la economía avanzará en el segundo trimestre, el consumo privado seguramente seguirá estancado: "La celebración del Campeonato Europeo de Fútbol en Alemania tampoco cambiará esta situación y no supondrá un verano de cuento de hadas para la economía alemana. Eso, al menos, es lo que sugiere la experiencia de la Copa Mundial de 2006", dicen.
En este caso, es posible que los sectores minoristas de la hostelería y la alimentación noten una leve recuperación durante la celebración de la Eurocopa, pero los consumidores alemanes "probablemente reducirán su gasto en otros sectores", por lo que el consumo global no notará el impulso del fútbol. Desde el instituto apuntan a que "sólo la exportación de servicios se beneficiará visiblemente, ya que es allí donde se hace sentir el gasto de los huéspedes extranjeros".
Así, creen que lo que "probablemente" ha contribuido a mejorar la esperanza en las empresas teutonas es "la mejora del clima en los mercados alemanes y la consiguiente esperanza de un aumento de los nuevos pedidos en el sector manufacturero". A esto se suma la tendencia a la baja de los costes en energía, que están ya a niveles de 2020. "Esto hará que la producción en Alemania vuelva a ser más rentable, lo que permitirá a las empresas resolver una mayor parte de sus pedidos atrasados, aún elevados, y los sistemas de consumo intensivo de energía a ampliar nuevamente su producción", dicen.
Por tanto, prevén que la recuperación económica se va a acelerar durante lo que reste del año a medida que se normalice el gasto en los consumidores. Prevén que el poder adquisitivo de los hogares siga fortaleciéndose a medida que se recupera también la demanda de bienes y servicios. La dinámica salarial seguirá siendo fuerte y una inflación que "caerá por debajo de la marca del 2% en el verano por primera vez desde marzo de 2021" ayudarán a la mejora.
Pero también advierten que los fuertes aumentos salariales en el sector servicios mantienen una alta presión sobre los precios, lo que hace que limite la capacidad de las empresas a transmitirla hacia el consumidor y eso hará que sus beneficios disminuyan.
Esperanzas en el BCE
Los expertos creen que al recorte de tipos de interés realizado por el Banco Central Europeo en junio probablemente le seguirán dos más este año.
Esto hará que se estabilice el mercado laboral que, sumado al fuerte crecimiento de los ingresos, "darán un impulso a la economía de consumo y también ayudarán gradualmente a que la construcción se recupere".
Se supone que la confianza del consumidor volverá a aumentar y la tasa de ahorro volverá gradualmente a la normalidad. Por último, también es probable que la actividad industrial continúe recuperándose y se beneficie del aumento de la demanda mundial.