
Las exportaciones crecieron en marzo en Alemania un 0,9% mensual, según los datos publicados por la Oficina Federal de Estadística (Destatis) este martes. A priori, esto podrían parecer buenas noticias para la locomotora de Europa, cuya economía no está pasando por su mejor momento, pero parece que no hay tanto espacio para celebrar.
La fórmula de crecimiento de la economía alemana está muy orientada al comercio exterior y, por tanto, es extremadamente sensible a acontecimientos internacionales que debilitan la demanda externa. La actual coyuntura geopolítica, con Euroa y EEUU intentando protegerse de China y la caída de competitividad de la industria del Viejo Continente, están haciendo mella en este modelo de crecimiento alemán.
Los datos son caprichosos. En un principio, la balanza comercial alemana se situó en el terreno positivo en marzo, con ese aumento del 0,9% de las exportaciones, tras la caída del 2% mensual en febrero, y una ralentización de las importaciones al 0,3% mensual, desde el 3,2% en febrero. Esto amplió la balanza comercial a 22.200 millones de euros desde los 21.400 millones de febrero.
La pequeña nota de optimismo es que estas cifras muestran que la economía alemana va a volver a la senda del crecimiento durante el primer trimestre del año, según los datos avanzados por Destatis, el PIB se expandirá un 0,2%. Pero, tal y como dijo el Bundesbank a mediados de diciembre del año pasado (su última predicción) es que la débil demanda extranjera "es el principal obstáculo para la industria".
En este sentido, los datos son caprichosos y si se observan los datos de pedidos industriales del mes de marzo, se aprecia la clave del problema. Los de pedidos de fábrica cayeron de forma inesperada en el tercer mes del año, en concreto, un 0,4% con respecto a febrero. Esto apunta a una debilidad tremenda en el sector, ya de por sí rezagado frente al resto de la economía.
Esto ha desafiado por completo las expectativas del mercado, que esperaban que los pedidos se expandiesen un 0,4%. Por su parte, la lectura de febrero también se ha revisado a la baja, hasta el 0,8%. "Los grandes pedidos impulsaron la caída, sin la cual se habría producido un crecimiento del 0,1%", asegura el comunicado de Destatis al respecto. Si se toma con perspectiva, desde la desescalada y la recuperación, la demanda de bienes manufacturaros alemanes fue bastante débil, con una caída media del 0,5% desde 2022.
"Apostar por el retorno de la conocida fórmula del éxito del modelo de crecimiento orientado a la exportación sería engañoso", aseguró el jefe global de Macro de ING, Carsten Brzeski. El experto reitera que existe una "larga lista de riesgos geopolíticos" que, sumado a las posibles tensiones comerciales y el aumento de la competencia mundial, "deberían constituir argumentos suficientes contra la complacencia política. El modelo de negocio alemán todavía tiene que ser mucho más equilibrado".
El desglose de los datos es claro: EEUU y la UE salvan al comercio exterior alemán, frente a China, que cada vez está más desvinculada. En concreto, la participación de las exportaciones de Estados Unidos se incrementó un 10% interanual en marzo, mientras que las exportaciones al Gigante Asiático cayeron al 6%. Es decir, todavía siguen muy por debajo de los niveles previos a la pandemia.
En cuanto al comercio comunitario, Alemania exportó bienes por valor de 73.000 millones de euros en marzo, mientras que importó bienes por valor de 58.800 millones de euros. Esto supone un aumento del 0,5% de las exportaciones y de un 1,5% en el caso de las importaciones.
Las exportaciones se estancarán
La Cámara de Comercio e Industria de Alemania (DIHK) aseguró este martes que las exportaciones alemanas se van a estancar este año, frente a la caída del 1,8% del ejercicio pasado.
El jefe de comercio exterior de la organización, Volker Treier, achaca este estancamiento al "débil desarrollo del comercio exterior" a principios de año y "una mejora de las expectativas empresariales y de las intenciones de inversión". Esto apunta, dice, a un año "desafiante, a pesar de pequeños rayos de esperanza", dijo.
En un estudio presentado este martes por DIHK muestra que las empresas son algo más optimistas en cuanto a la evolución económica mundial. De las 4.300 empresas encuestadas, el 31% espera una recuperación económica este año en esos países donde tienen presencia. Esta recuperación la relacionan gracias a la caída de la inflación y la esperanza en los recortes en los tipos de interés.
El presidente de la Federación de Industrias Alemanas, Siegfried Russwurm, aseguró que "la economía está paralizada en Alemania" y que no ven "ninguna posibilidad" de una recuperación "rápida" en 2024 y tampoco se mostró esperanzado para 2025.
Un estudio de DIHK muestra que las empresas son cada vez más optimistas sobre la evolución económica mundial. De las 4.300 encuestadas, el 31% esperaba una recuperación económica en sus áreas en el extranjero durante este año, impulsado por la caída de la inflación y la esperanza en los recortes en los tipos de interés. En la encuesta de noviembre la cifra era del 22%.
"Hay signos de recuperación en muchos mercados globales. Esto da muchas esperanzas de que el ánimo mejorará nuevamente", dijo Treier.
Aún así, si bien es cierto que las empresas alemanas se mostraron más optimistas en sus operaciones en el exterior, en lo referente a China se deterioraron todavía más. En concreto, el 80% de las empresas encuestadas ven un riesgo empresarial en la debilidad continuada de la demanda en el gigante asiático. Pero, en contrapartida, las empresas mostraronmás confianza en otros mercados de Asia-Pacífico, que sigue siendo un destino importante para la diversificación de las cadenas de suministro.
"Las crecientes desventajas competitivas frente a las empresas chinas, especialmente en términos de acceso al mercado, contactos con las autoridades o en la obtención de información para licitaciones públicas, representan una carga para las empresas alemanas", afirmó Maximilian Butek, representante principal de la delegación DIHK en Shanghai.