
El Gobierno alemán, en boca de su ministro de Economía, Robert Habeck, adelantó esta semana que va a recortar drásticamente sus previsiones de crecimiento económico para 2024 al 0,2% desde su estimación de octubre que anticipaba una expansión del 1,3%. La locomotora de Europa necesita urgentemente que los tipos de interés empiecen a bajar para que su industria y los consumidores tengan una capacidad de financiarse mucho más accesible y así invertir y devolver al sector a la senda de la competitividad.
Esta semana el gabinete de Olaf Scholz va a presentar su informe económico y sus previsiones actualizadas en las que no se atisba un horizonte muy halagüeño.
El titular germano de Economía achacó este recorte al fallo del Constitucional, que sentenció que la coalición semáforo no podía usar 60.000 millones de euros no gastados durante la pandemia para financiar proyectos medioambientales y energético: "Esto (por la sentencia), por supuesto, tiene un efecto inmediato de limitación del crecimiento", aseveró Habeck durante la celebración de una mesa redonda en Leipzig.
El ministro de Finanzas, Christian Linder, aseguró en una entrevista para Bloomberg Economics que en Alemania "ya no somos competitivos". El dirigente se mantuvo muy crítico durante el coloquio: "Nos estamos volviendo más pobres porque no tenemos crecimiento. Nos estamos quedando atrás".
Son varios los factores que están lastrando la economía alemana. Son una serie de elementos coyunturales entre los que destacan el precio de la energía, la escasez de mano de obra especializada y los problemas económicos.
El director global de Macro de INGDirect, Carsten Brzeski, explicó en un artículo que la competitividad de Alemania a nivel internacional "ya se había deteriorado antes de la pandemia y la guerra de Ucrania, estos acontecimientos no han hecho más que exponer debilidades estructurales" como la falta de inversión en transición energética, digitalización, infraestructuras y educación. "Estas debilidades son fruto de la austeridad fiscal" que caracteriza al país, recalcó el economista.
El presidente de la Federación de Industrias Alemanas, Siegfried Russwurm, aseguró que "la economía está paralizada en Alemania" y que no ven "ninguna posibilidad" de una recuperación "rápida" en 2024 y tampoco se mostró esperanzado para 2025.
En este sentido, desde el Bundesbank siguen manteniendo cautela ante una rebaja de tipos de interés. El propio presidente del banco central alemán, Joachim Nagel, veía "prematuro" en noviembre que la política monetaria de la eurozona empezase su senda de relajación, a pesar de que Alemania necesita que eso suceda para que su industria pueda financiarse y vuelva a ser competitiva.
El economista Carsten Brzeski aseguró que entre los factores que van a obstaculizar el crecimiento alemán este año está, precisamente, el incremento del coste del dinero por parte del Banco Central Europeo. Aunque la presidenta de la entidad, Christine Lagarde, anunció a principios de año que empezarían a recortarlos en verano, Brzeski se mantiene escéptico ya que "aunque empiecen a bajar en verano, se empezarán a notar todavía las consecuencias de las subidas en meses anteriores", aseguró.
De todos modos, el experto pone la nota positiva en varios elementos que pueden mejorar el sentimiento económico y el PIB: "Un crecimiento positivo de los salarios reales, un repunte de Asia y, más adelante, algunos recortes de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo" podrán hacer que los teutones salgan del hoyo, pero de manera muy lenta.
La recuperación por el Sur
El último PMI manufacturero de S&P Global, correspondiente al mes de enero, presenta una "ralentización" en la caída del sector secundario en el Viejo Continente, subiendo notablemente de los 44,4 puntos de diciembre a 46,6 puntos a cierre de enero, "alcanzando su nivel más alto en diez meses". Aunque todavía está bajo la línea de los 50 puntos, que indican expansión.
A pesar de este pequeño respiro, el economista jefe de Hamburg Commercial Bank, Cyrus de la Rubia, aseguró que "existe la posibilidad real de que la recesión, que ya dura un año en el sector manufacturero de la zona euro, pueda extenderse hasta el primer trimestre de este año".
El experto mostró el vaso medio lleno en su análisis basándose en las declaraciones Lagarde, que reiteró que los últimos datos del PMI son "alentadores". Bajo esta premisa, De la Rubia apuntó a que la recuperación del sector secundario europeo comenzará "en las economías del sur, que podrían actuar como catalizador para sacar a las economías más grandes del atolladero recesivo". Haciendo especial mención a Italia y a España como "los más alentadores" para la recuperación.
De todos modos, la subida de los tipos de interés solo es un pequeño aporte a la solución para la crisis alemana. El fallo del Constitucional redujo el gasto público a mínimos, lo que provoca una caída en la inversión en sectores punteros para la economía.
La fórmula que muchos expertos ven para solucionar este estancamiento son medidas políticas que aumenten la confianza y den seguridad a las empresas, sobre todo al sector industrial. Al mismo tiempo, proponen trabajar del lado de la oferta para reactivar el consumo, llaman a reducir la burocracia y más inversión pública.
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