Economía

Alemania amenaza con un invierno muy frío para sus ciudadanos y la industria al "congelar" el gasto

  • El parón presupuestario alemán encarecerá la energía
  • El freno del Constitucional a los fondos especiales amenaza la competitividad de la industria
Parlamento de Berlín durante una nevada. / Foto: EFE.
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Alemania congeló el gasto público en lo que queda de año y eso amenaza con congelar a su población y a su industria en pleno invierno. El vicecanciller alemán y ministro de Economía, Robert Habeck, dijo que el fallo de la semana pasada del Tribunal Constitucional, que frenó el uso de fondos especiales extrapresupuestarios, produce un "duro golpe" a la economía alemana y de Europa porque "podría conducir a incrementar el coste de la energía para hogares y empresas".

El alto tribunal sentenció que no se podían usar 60.000 millones de euros no gastados durante la pandemia para financiar proyectos medioambientales y energéticos. Las bases argumentales para emtir la sentencia son que el país ya tenía activado el conocido schwarze null, es decir, la regla fiscal presente en la Constitución que limitan el déficit presupuestario al 0,35% del PIB en situaciones no excepcionales y que, por tanto, no se podían transferir al Fondo Clima y Transformación.

El caracter retroactivo de la sentencia es lo que hace que pueda salpicar a otros fondos especiales similares, entre los que se encuentran los que financian medidas para aliviar la carga que supone para los hogares y las empresas por los altos precios de la energía, aseguró el ministro de Economía.

Si finalmente se concluye este caracter retroactivo, el ministro de Finanzas, Christian Linder, va a tener que contabilizar al menos 30.000 millones de euros de nueva deuda del presupuesto federal de 2023.

La economía alemana no está pasando por su mejor momento. Los asesores económicos de Scholz, conocidos como "los cinco sabios", recortaron las previsiones de crecimiento, con una caída del PIBdel 0,4% este año y una expansión del 0,7% para 2024. Al mismo tiempo, las tensiones comerciales ponen en duda su modelo de negocio orientado a la exportación.

El gobierno todavía está asimilando el golpe que acaba de dar el alto tribunal a sus objetivos de transformación industrial y eso ha removido la coalición semáforo (Socialdemócratas, Partido Democrático Libre y los Verdes). Habeck dijo este lunes en una entrevista en la radio Deutschlandfunk que esta decisión tendrá "enormes implicaciones" para la transformación de Alemania hacia una economía más limpia y tecnológicamente más avanzada.

El vicecanciller fue muy claro en las ondas: "La respuesta no es fácil de encontrar y las cosas podrían ponerse realmente difíciles".

De momento se espera que los precios de la energía se mantengan permanentemente por encima de los niveles previos a la crisis. Esto va a exprimir al máximo la industria electrointensiva, al tiempo que la población está más envejecida lo que va a provocar que la fuerza laboral se reduzca y esto arrastrará el crecimiento potencial del país.

"Aún no podemos ver en detalle cuál va a ser el impacto de estas consecuencias, pero significa que no podremos contar con que el PIB crezca el próximo año", aseguró el director del Instituto de Economía de Colonina, Michael Hüther, en una comisión de Investigación.

Por su parte, la profesora de Economía Energética en el Isntituto de Investigación DIWde Berlín, Claudia Kemfert, aseguró que esta decisión judicial "pone en peligro" a Alemania en la carrera mundial por las tecnologías verdes. La experta resaltó que "ya hemos perdido gran parte de esa competencia" y ahora peligran la movilidad eléctrica, la digitalización y el hidrógeno verde para la industria pesada. Esta decisión está poniendo en duda más de 770.000 millones de euros de financiación estatal. La experta calificó esto de "especialmente doloroso porque Alemania dio el visto bueno a la transición energética hace 20 años y fue líder del mercado mundial durante muchos años".

Está claro que el país se enfrenta a décadas de políticas energéticas defectuosas que hacen que su crecimiento sea el más débil de las grandes economías de la eurozona, junto con Italia. Pero la incertidumbre se incrementa cuando surge este problema con el gasto público.

La opinión de los expertos alemanes está bastante dividida. Los más ortodoxos recibieron con agrado el fallo porque "impondría una disciplina fiscal muy necesaria en un momento en los que los tipos de interés están especialmente altos". Por otro lado, otros creen que esto frenará al Scholz y a sus sucesores para que puedan reestructurar una economía que está perdiendo competitividad.

Pero esto no es nuevo. A pesar de esta congelación presupuestaria que amenaza la inversión estatal, las empresas ya están aplicando duros ajustes por culpa de la crisis que está atravesando el país. Siemens Energía prometió este martes un recorte de los costes de producción tras los innumerables shocks que recibió su unidad de turbinas eólicas que le restan miles de millones de euros en su valor en el mercado.

Thyssenkrup ya ha encontrado un comprador para su negocio siderúrgico y Continental y otros fabricantes de repuestos para el automóvil está eliminando miles de puestos de trabajo para poder reducir costes mientras transitan hacia la producción de vehículos eléctricos. Y estos son solo unos pocos ejemplos.

Según una información publicada por Bloomberg, un alto funcionario de la industria aseguró que la decisión judicial y la incertidumbre que ha generado "ponen en peligro la reputación de Alemania" entre las empresas de semiconductores. Las fábricas de chips tardan años en planificarse y construirse, y las empresas ya activas llevan mucho tiempo arriesgándose para iniciar los proyectos antes de obtener la aprobación final de la ayuda para el proyecto, reiteró dicho funcionario.

Por tanto, las empresas están esperando una rápida solución a este magno problema estructural. ZF Friedirchshafen invirtió 3.000 millones de euros en construir una fábrica de componentes. El proyecto estaría financiado en una cuarta parte por fondos europeos, así como ayudas federales y locales. Esta compañía aseguró este martes que todavía están esperando los fondos. "Es necesaria una solución rápida, pragmática y jurídicamente segura", aseguró un portavoz de la compañía.

El Bundesbank aprieta a Scholz

El Bundesbank recomendó al Gobierno que vuelva a respetar el freno constitucional a la deuda y que no se lo salte "aprovechando algunas lagunas jurídicas". En su informe mensual publicado este lunes dijo que sería "justificable" ampliar moderadamente la línea de crédito regular siempre y cuando el ratio de deuda esté por debajo del valor de referencia de 60% de la producción.

Al mismo tiempo, el banco central aseguró que lo que decida hacer el gobierno para solucionar este problema presupuestario "afectará al desarrollo de Alemania en los próximos años.

No es la primera vez que la entidad aprieta las tuercas al Gobierno. En septiembre instó a Scholz a abordar una serie de desafíos muy arriesgados para el modelo de negocio del país si querían mejorar los resultados económicos a largo plazo.

La UE es clara: hay que suprimir las ayudas a la energía

La Comisión Europea ve necesario que todos los países reduzcan su apoyo energético "lo antes posible". Sin embargo, se prevé que Alemania, Francia, Croacia, Luxemburgo, Malta y Portugal todavía "tengan medidas sustanciales en vigor en 2024". Esta advertencia de la Comisión se produce en el mismo momento en el que la mayor economía de la región está en plena crisis.

La fecha límite para que la UE emitiese su veredicto sobre los presupuestos alemanes era a finales de octubre, así que no tuvo en cuenta este descubierto de 60.000 millones. "Estamos siguiendo la situación", dijo el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Domobrovskis. Aseguró que no podrán comentar nada sobre las implicaciones fiscales que esta decisión judicial puede tener "cuando las autoridades alemanas comenten exactamente cómo planean abordar esto", dijo.

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