
Está confirmado. Alemania ha dejado atrás un ciclo económico de penurias y empieza a levantar cabeza. Según los datos publicados este viernes por la Oficina Federal de Estadística (Destatis), la economía más grande de la eurozona consiguió esquivar la recesión técnica durante el primer trimestre de 2024 con una expansión tímida del PIB del 0,2%, viniendo de una caída del 0,5% en los últimos tres meses de 2023.
Los sectores que impidieron la debacle alemana en el primer trimestre fueron la construcción y el comercio. Además, el consumo será el que deba tomar el guante de la recuperación de la 'locomotora de Europa', según los expertos.
Según destacan en la nota de Destatis, las buenas condiciones climáticas vividas este invierno fueron las que favorecieron el impulso del sector de la construcción (+2,7%) y, con él, el impulso del PIB un 0,2% con respecto al trimestre anterior. Por su parte, las exportaciones netas también mejoraron y ayudaron, a su manera, a la expansión de la economía hasta marzo. "Las exportaciones totales de bienes y servicios aumentaron un 1,1% con respecto al cuarto trimestre de 2023", aseguró la presidenta de Destatis, Ruth Brand. En cambio, tanto el consumo público como el privado fueron los lastres de este trimestre.
En el último trimestre de 2023 la caída del PIB fue muy brusca (-0,5%) y venía de un tercer trimestre también de contracciones (-0,1%). Este optimismo en el segundo trimestre de este año se debe a que aumentó la actividad en la construcción, también en la industria y "probablemente también los proveedores de servicios".
En el mes de abril, Alemania registró una tasa de paro del 6%, la misma que se obtuvo en el mes de marzo. Así, el número de personas sin trabajo se redujo en unas 200.000 personas, hasta situarse en las 2.750.000 personas. En cuanto a los salarios, se expandieron un 6,2% en el primer trimestre con respecto al mismo período del año pasado. En el último trimestre de 2023 el incremento fue del 3,6%.
Es cierto que, según Alexander Valentin, analista de Oxford Economics, los datos "decepcionaron un poco" al mostrar un crecimiento moderado de la demanda interna real, señala Alexander Valentin, analista de Oxford Economics.
Por su parte, el jefe global de Macro de ING, Carsten Brzeski, dijo que de cara al futuro la economía alemana debería cobrar más impulso. El aumento de los salarios "debería impulsar una recuperación cautelosa del consumo privado e incluso el ciclo de inventarios debería empezar a ser positivo gradualmente".
A pesar de que se observó una disminución de la inflación -apenas registró una tasa superior al 2%- el consumo no se reactivó. El gasto en consumo final de los hogares no se recuperó en este primer trimestre de 2024, sino que cayó un 0,4% con respecto a finales de 2023, después del ajuste de precios, estacional y de calendario. El gasto en consumo público también fue un 0,4% inferior al trimestre anterior.
Pero, tal y como explicó el Bundesbank esta semana, el fuerte aumento de los salarios y la solidez del mercado laboral es más que suficiente para que los consumidores teutones recuperen la confianza y comiencen a consumir, impulsando así el crecimiento.
El banco central de Alemania prevé que es "probable" que la economía de la locomotora de Europa vuelva a crecer "ligeramente" durante el segundo trimestre de este año.
En líneas generales, los expertos aseguran que Alemania será capaz de sostener esta tendencia al alza del crecimiento, e incluso fortalecerla. La confianza de la inversión y las empresas, así como de los consumidores, está mejorando y la actividad en el sector privado se está expandiendo a un ritmo más rápido que en el mes de mayo del año pasado.
Teniendo en cuenta estas cifras, el consenso de Bloomberg espera que el próximo trimestre el crecimiento siga en la senda positiva hasta el 0,1%, mientras que el Bundesbank hablaba este miércoles de una "pequeña ganancia", sin aportar cifras.
Aún así, y a pesar de que Berlín ve ya un poco la luz al final del túnel, no hay que tirar las campanas al vuelo. Carsten Brzeski, aseguró en una nota que el crecimiento del primer trimestre "trae algo de alivio, pero no es razón para estar demasiado alegre, todavía".
El experto reconoce que el ciclo "empieza a mejorar" pero la economía de la 'locomotora de Europa' todavía no ha vuelto a los mismos niveles que a principios de 2022, cuando el crecimiento trimestral registrado fue del 0,1% y el anual era del 4%. "De hecho, el PIB alemán ha estado zigzagueando en torno a cero desde la invasión rusa a Ucrania", aseguró.
En líneas generales, el débil comercio mundial, sumado a una política monetaria todavía bastante restrictiva por parte del BCE y una incertidumbre política aún mayor, siguen pesando sobre la demanda de los sectores manufacturero y de la construcción, aseguró el Bundesbank en su último informe, pero hay cierto optimismo.
Entre los factores cíclicos que pueden lastrar la actividad económica, Brzeski pone el foco en el encarecimiento del petróleo como resultado del conflicto en Oriente Medio "podría volver a pesar sobre la industria y las exportaciones". A esto se añaden los anuncios de las insolvencias y de las reestructuraciones de puestos de trabajo por parte de las empresas "están alimentando el riesgo de un debilitamiento del mercado laboral este año", aseguró.
Más allá de los problemas cíclicos, Alemania se enfrenta a una serie de problemas estructurales que son como una losa sobre sus hombros "y no desaparecerán de la mañana a la noche", dice el experto, y "limitará el ritmo de cualquier repunte".
Entre esos factores están, tal y como dijo el propio ministro de Economía, Robert Habeck, la competitividad de su industria frente a otros mercados. "Nos hemos quedado atrás", dijo el dirigente alemán.
Tanto los expertos privados como los organismos públicos nacionales e internacionales aguardan que el crecimiento de Alemania cierre este año en la horquilla del 0,2% al 0,3%.