Economía

El clima empresarial en Alemania mejora pero la economía del país sigue en el fondo del pozo

La puerta de Brandenburgo, en Berlín.
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Se podría decir que el clima empresarial en Alemania es menos pesimista pero todavía no ha entrado en la senda del optimismo. En el índice Ifo sobre el sentimiento empresarial germano, publicado este viernes, el clima mejoró ligeramente, pasando de los 85,7 puntos en febrero a los 87,8 puntos en marzo.

Desde el think thank aseguran que en el sector manufacturero el clima empresarial "mejoró notablemente", las empresas estaban "considerablemente más satisfechas" con sus movimientos de negocios actual. Al mismo tiempo "el índice de expectativas subió más". Aunque resaltan que las empresas "todavía están lejos del optimismo". Los pedidos todavía siguieron reduciéndose en marzo.

El jefe global de Macro de ING Economics, Carsten Brzeski, advirtió en una nota que la lectura de este viernes "sigue siendo muy inferior a los niveles observados en verano". Reiteró que este aumento se debe "a la mejora de la evaluación actual y a las expectativas" a largo plazo.

Las lecturas de este jueves de los PMI también son esclarecedoras. Tanto el índice manufacturero como el de los servicios siguen en terreno contractivo. En concreto, el PMI del sector secundario pasó de los 42,5 puntos del mes de febrero y los 41,6 este mes (la línea por debajo de los 50 determina contracción), mientras que los servicios mejoraron: pasaron del 48,3 al 49,8. Su mejor cifra en seis meses.

"El mensaje es claro: la economía alemana está tocando fondo, pero aún no se vislumbra una fuerte recuperación", sentenció Brzeski.

Según las previsiones que lanzaron para esta primavera desde el Ifo, en el primer trimestre de este año la producción seguirá bajando y eso llevará a que el PIB germano cierre el trimestre bajo cero (-0,1%) con respecto al mismo período de 2023. Los analistas prevén que la recuperación se empiece a notar "en la segunda mitad del año".

En el instituto Ifo aseguraban en su informe de previsiones que "el valor añadido se contrajo especialmente en la industria y en el sector de la construcción. Las empresas se quejaron principalmente de la falta de pedidos".

En concreto, en el sector de la construcción, el índice de clima empresarial subió y las valoraciones de la situación actual "fueron algo mejores". Todo esto tras alcanzar su mínimo histórico el mes pasado. Pero, a pesar de eso, las expectativas siguen siendo sombrías.

En el sector servicios el índice de clima empresarial "aumentó tangiblemente". Esto se debió, dicen desde el Ifo, a que las expectativas "son menos pesimistas". Los proveedores de servicios también valoraron que la situación actual "está un poco mejor". Los sectores que más mejoraron fueron la logística, la hostelería y el transporte.

Por su parte, en el comercio también mejoró el índice. Las empresas del sector se mostraron satisfechas con su situación actual con expectativas también menos pesimistas. "Los minoristas en particular están viendo un rayo de esperanza", dice el análisis del centro de estudios germano.

Carsten Brzeski tiene claro que el pesimismo del sentimiento empresarial se debe a la "pérdida de identidad económica con una creciente conciencia de que el modelo productivo del país debería haber sido revisado". El propio el ministro de Finanzas, Christian Linder, aseguró en una entrevista para Bloomberg Economics, a mediados de febrero, que en Alemania "ya no somos competitivos".

A pesar de todo, no todo se debe al atraso del país en materia de competitividad empresarial. Diferentes factores como las tensiones en el Mar Rojo, que están tensando las cadenas de suministro, sumado a las huelgas de principios de año, hicieron que la economía se debilitase en el primer trimestre. Por último "el creciente número de insolvencias, así como los anuncios de empresas individuales sobre próximas reestructuraciones de puestos de trabajo, alimentan el riesgo de un mercado de trabajo debilitado este año", aseguró el experto de ING.

El Instituto alemán Ifo de investigación económica publicó a principios de mes sus proyecciones económicas en las que reflejan que el PIB alemán cerrará este trimestre con una caída del 0,1% y rebajó sus previsiones para el conjunto del año 2024 hasta el 0,2%, en consonancia con las del Gobierno. En enero todavía esperaban que la economía alemana avanzase un 0,7% y en diciembre el crecimiento pronosticado por sus investigadores era del 0,9%. Hay que recordar que Alemania cerró en recesión el último trimestre de 2023, con una caída del 0,3%.

Teniendo en cuenta esto, a pesar de que los indicadores de sentimiento empresarial hayan mejorado un poco, "la recuperación económica alemana parece que será débil este año", reiteró Carsten Brzeski. De hecho, reitera que uno de los posibles motores de crecimiento será "un cambio en el ciclo del inventario de la industria alemana". Pero lo que está claro es que no se vislumbra una mejora sustancial de la industria alemana en el corto plazo.

Es cierto que, tras un año desolador, cada buen dato que aporta la economía alemana "debe celebrarse", dice el experto. Aunque reitera que "falta mucho" para que la economía de la locomotora de Europa pase de tocar fondo a recuperarse.

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