
La inflación ha pasado de villano a aliado de los mercados en EEUU. El IPC se ha moderado hasta el 5% en marzo (frente al 6% de febrero), mínimos desde mayo de 2021, un dato que se sitúa cerca de lo que esperaba el consenso de los analistas y que mantiene la senda desinflacionaria que se inició en la segunda mitad de 2022. Se trata de la novena lectura consecutiva que reflejada una moderación de la inflación. Aunque sigue siendo extremadamente elevada, esta moderación estaría ayudando a aliviar unos mercados que siguen muy pendientes de la Reserva Federal y del amago de crisis bancaria en EEUU.
La inflación subyacente ha subido hasta el 5,6% en marzo, en consonancia con lo esperado por los expertos. De este modo, la inflación core supera a la general por primera vez en este periodo extraordinario de altos precios. Por otro lado, la inflación mensual subyacente ha subido un 0,4%, también en línea con lo esperado. Mientras que el IPC general mensual solo ha avanzado un 0,1%, una décima por debajo del consenso de los analistas.
Pese a la buena noticia que supone el IPC general, el aumento del 0,4% en el IPC subyacente intermensual supone más del doble del 0,17% que, lectura tras lectura de IPC, el analista de ING James Knightley señala como la media a seguir para acabar en el objetivo del 2%. Asimismo, recalca Paul Ashworth, analista de Capital Economics, ese 0,4% supone un 5% anualizado, lejos del deseado 2%. Esto revela que aún queda camino por recorrer, aunque la inflación vaya en la buena senda. En su último cuadro de previsiones, conocido este martes, el FMI situaba la inflación de EEUU en el 4,5% para este año y en el 2,3% para 2024.
La inflación, al detalle
Dentro del desglose general del IPC, destaca la caída mensual de la energía (-3,5%, la mayor de los últimos meses) y la desaceleración de la comida (del 0,4% al 0%). Otra buena noticia dentro de los datos desagregados del IPC llega desde la vivienda. El componente de shelter (que incluye alquileres y alquileres imputados) ha comenzado a relajarse levemente. Tras meses situándose cerca del 0,8% mensual, en marzo se ha moderado hasta el 0,6%. En términos interanuales se mantiene por encima del 8%. Es componente es la clave para que la inflación subyacente comience a desacelerar, puesto que representa un 40% de la inflación subyacente o core.
"Es la primera señal real de que la moderación en los precios de los contratos de alquiler recién firmados que se ven en otras mediciones alternativas se están trasladando finalmente a las mediciones de vivienda del IPC", valora Ashworth, de Capital Economics.
Una medida del IPC muy seguida por el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, la inflación de los servicios excluyendo la vivienda, ha marcado un todavía alto 6,1% interanual en marzo, si bien en la lectura mensual se ha moderado al 0% respecto al 0,1% de febrero y el 0,6% de enero.
Por el lado de los bienes, existía cierta preocupación por el siempre influyente componente de los vehículos usados dada su considerable ponderación en el índice. Los aumentos de los precios en las subastas recientes hacían esperar un repunte en el IPC que complicaría las cosas. En 2021 fue una de las partidas que más calentó la inflación en un primer momento. Sin embargo, en la lectura de marzo los coches de segunda mano bajan un 0,9% mensual, llegando la caída interanual al -11,2%.
Pese a ese notable descenso, hay una dinámica que puede empezar a ser preocupante en los bienes duraderos. Tras dispararse durante la pandemia por los cuellos de botella y los problemas en la oferta, estos últimos meses, con la normalización de las cadenas de suministros, este apartado ha registrado caídas. Pero en las últimas lecturas no ha sido así. En el IPC de enero los bienes duraderos subieron un 0,1% mensual, en febrero se quedaron en el 2% y en marzo el avance del 0,2%. Se trata de una leve resurrección que preocupa a algunos analistas.
"La bajada de los precios de la energía y la caída de la inflación de los bienes, al reorientarse el gasto de los consumidores hacia los servicios, provocaron inicialmente un descenso de la inflación subyacente del IPC general. Pero la inflación de los bienes ya está repuntando. La rigidez del mercado laboral, que está impulsando el crecimiento de los salarios y la inflación de los servicios, también está haciendo que la inflación subyacente se resista. Además, las perturbaciones de la oferta -como el sorprendente recorte de la producción de petróleo de la OPEP+- pueden provocar breves repuntes de la inflación general", señalan los analistas del BlackRock Investment Institute en su comentario semanal.
Calma en los mercados
La calma de las últimas semanas en el sector financiero parece haber alejado, por ahora, los temores a una nueva quiebra bancaria y provoca que los inversores vuelvan, una vez más, la mirada a la inflación, que además da hoy un respiro a la Reserva Federal. La moderación de los precios acerca el fin del ciclo de endurecimiento monetario que tantas turbulencias está generando en los mercados.
Precisamente en los mercados, el conjunto de datos ha sido rápidamente valorado como 'positivo' en la medida en que podría implicar una Fed menos restrictiva con los tipos de interés. La materialización más clara se ha visto con el bono americano a dos años, el más ligado a la trayectoria de los tipos federales. El rendimiento de la nota ha bajado velozmente del 4,06% al 3,91%. En el caso del bono a 10 años (T-Note), la caída ha sido del 3,45% al 3,36%.
Los datos de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) del Departamento de Trabajo llegan en medio de una pública falta de consenso entre los altos funcionarios de la Fed sobre si es necesaria otra subida de tipos de 25 puntos básicos en mayo antes de decretar una pausa tras un año de fuertes alzas o de si es hora ya de decretar esa pausa para no empeorar el escenario tras las últimas turbulencias financieras después de las quiebras de entidades como Silicon Valley Bank (SVB). En sus últimas proyecciones trimestrales, los miembros de la Fed señalaron un tipo terminal del 5,25% este año, es decir, quedaría un último alza de 25 puntos básicos.
"Esto no va a mover la aguja para la Reserva Federal", adelantaba Steve Blitz, economista jefe para EEUU de TS Lombard, antes de conocerse el dato. "El problema de la inflación no se resuelve por sí solo, necesita un mayor desempleo para lograrlo". La última lectura de empleo, relativa a marzo y conocida el pasado viernes, evidenció un cierto enfriamiento en la contratación y en los avances salariales, pero no exhibe (236.000 nuevas nóminas no agrícolas) la mayor debilidad que espera la Fed. Lo mismo sucede con otros datos conocidos recientemente, como el de vacantes de febrero (encuesta JOLTS), con un claro descenso pero todavía en niveles altos (casi 10 millones).
"Los efectos de base favorables podrían situar el IPC general en el 3% en verano. Aunque a la Reserva Federal (y a los mercados) les sigue preocupando más la inflación subyacente, que se mantiene obstinadamente alta, la óptica de un descenso del IPC general al 3% puede reforzar la opinión de que el crecimiento, más que la inflación, impulsará las decisiones de la Reserva Federal y el comportamiento del mercado", contrapone el departamento de investigación inversora de UBS encabezado por Mark Haefele.
Olu Sonola, jefe de economía regional de EEUU de Fitch, cree que "esta impresión muestra que la inflación subyacente sigue siendo alta, pero más baja de lo esperado, en particular los servicios básicos de los que tanto se habla, excluyendo la vivienda... De cara a la reunión del 3 de mayo, la Fed claramente estará contenta con la dirección de la inflación, pero aún descontenta con lo lejos que está del 2%, es decir, aún sigue siendo demasiado alta".
"Aunque se espera que las ventas minoristas y la producción industrial de marzo muestren debilidad en los informes de finales de esta semana, con un crecimiento del empleo todavía sólido y una inflación subyacente todavía elevada, aumentan las probabilidades de que la Fed siga adelante con otra subida final de tipos de 25 puntos básicos en su próxima reunión de política monetaria", apostillan desde Capital Economics.
Para hacer frente al alza de precios, la Reserva Federal ha subido los tipos de interés en casi 500 puntos básicos desde principios de 2022, hasta situarlos en un rango objetivo de entre el 4,75% y el 5% el 22 de marzo pasado. Ahora, se espera que el precio del dinero pueda tocar techo en la zona del 5%.