
El Banco de Inglaterra (BoE) no ha podido este jueves desacelerar las subidas de tipos de interés ante la persistencia de las presiones inflacionarias que experimenta Reino Unido. Tras elevar los tipos en 50 puntos básicos en su reunión de diciembre, el Comité de Política Monetaria (CPM) del banco ha vuelto a decretar un aumento de 50 puntos básicos que los ha llevado hasta el 4%, el nivel más alto desde noviembre de 2008. Cabe recordar que los tipos se encontraban en un mínimo del 0,1% en enero de 2022.
La decisión es la constatación de que la inflación ha vuelto a pesar más que el miedo a la recesión en la balanza de los funcionarios. El tono después de la reunión de diciembre preparaba la pista para una subida de 25 puntos básicos en febrero, atisbándose cerca el final del ciclo de subidas. Los últimos datos relativos a inflación y salarios han vuelto a doblar el brazo al comité encabezado por el gobernador Andrew Bailey.
En el tradicional capítulo de divisiones en el voto del CPM, en esta ocasión siete miembros han votado a favor de la subida y dos de ellos han defendido mantener los tipos en el 3,5% argumentando que los efectos de las subidas de los últimos meses no se han manifestado plenamente todavía. En diciembre, seis miembros defendieron la subida de 50 puntos, uno abogó por una de 75 y dos optaron como ahora por no subir las tasas.
Desde la última reunión de diciembre, los datos han mostrado nuevas presiones inflacionistas persistentes, -"más firmes de lo esperado", según el comunicado del banco central- así como una economía británica más resistente. Como se subrayaba en las actas de diciembre, el Banco de Inglaterra está especialmente preocupado por la rigidez del mercado laboral y su repercusión en los precios y salarios nacionales. Pesan la menor llegada de extranjeros por el Brexit y el lastre de los británicos que se han salido del mercado laboral por la pandemia.
El crecimiento salarial ha sorprendido al alza, alcanzando el 6,41% en noviembre, mientras que el BoE estimaba en sus previsiones de noviembre un crecimiento salarial del 5,75% para el cuarto trimestre. En el capítulo de la inflación, aunque el banco reconoce que se habría alcanzado el pico a nivel mundial y en Reino Unido, los últimos datos han influido. El IPC general de diciembre cayó algo menos de lo previsto y se mantuvo en los dos dígitos. Asimismo, el IPC de servicios -muy observado por el BoE como indicador de la inflación interna- se siguió mostrando elevado.
"La evolución de los datos a corto plazo será crucial para evaluar con qué rapidez y en qué medida disminuirán las presiones inflacionistas externas e internas", señala el BoE en su comunicado. Sus previsiones actualizadas en febrero muestran que el IPC registrará una fuerte caída desde el 10,5% actual "debido en gran parte a que los aumentos anteriores de los precios de la energía y de otros bienes no se tienen en cuenta en el cálculo de la tasa anual". Se espera que el IPC descienda a alrededor del 4% hacia finales de este año.
En su comparecencia posterior al comunicado con la decisión, Bailey ha reconocido que, aunque es probable que la inflación descienda bruscamente, los riesgos de que se mantenga por encima del objetivo del 2% están más sesgados al alza que en ningún otro momento de la historia.
"Hemos visto un cambio de tendencia, pero es muy pronto, y los riesgos son muy grandes", ha dicho el gobernador, apostillando que es "demasiado pronto para declarar la victoria. Las presiones inflacionistas siguen ahí" y el BoE tendría que estar "absolutamente seguro" antes de cambiar de postura.
El gobernador no ha escondido que el instituto monetario está preocupado por la referida caída del número de personas en la fuerza laboral, que está haciendo subir los salarios más rápidamente de lo que esperaban. "Aquí están pasando dos cosas. La población está envejeciendo, algo que habría ocurrido independientemente del covid. Lo segundo que observamos es que en el Reino Unido, y no en otros países, la caída de la participación en la primera parte de la pandemia no ha invertido su curso".
El informe de febrero recoge unas nuevas previsiones económicas mucho menos pesimistas. El BoE reduce la magnitud de la recesión que prevé, del 2,9% de caída del PIB real de pico a valle en ocho trimestres que pronosticó en noviembre a una caída del 1% en cinco trimestres. Parte de este cambio se debe a la resistencia de los datos y a la caída de los precios del gas al por mayor.
Sin embargo, esto se debe en parte a que las previsiones se basan ahora en un techo mucho más bajo de los tipos de interés en base a las apuestas del mercado (un máximo del 4,4% en lugar del 5,2% anterior y tipos del 3,7% a finales de 2024 en lugar del 4,7%). Con todo, estas previsiones contemplan que la economía no recuperará los niveles de producción previos a la pandemia hasta al menos 2026 y que 500.000 trabajadores más perderán sus empleos.
Esta mixtura de presiones inflacionarias persistentes y un menor deterioro económico abren la puerta a más alzas del BoE hasta el tipo terminal y nublan el horizonte de un posible recorte de tipos antes de 2024. Las apuestas del mercado sobre el techo de los tipos han pasado del 4,4% al 4,2% tras conocerse la deliberación del CPM.
Pese a que el banco ha telegrafiado más subidas, la libra esterlina ha caído con fuerza, valorando los operadores que las subidas que quedan por delante serán más pequeñas. La divisa británica ha perdido rápidamente un 0,8% frente al dólar pese a que ayer la Reserva Federal de EEUU pintó un panorama más relajado. El rendimiento de los gilts (bonos soberanos) a 10 años bajó alrededor de 17 puntos básicos hasta el 3,14%.
¿Llegando al 4,5%?
"Al subir hoy los tipos 50 puntos básicos, del 3,5% al 4,00%, el Banco de Inglaterra dio a entender que los tipos están muy cerca de su nivel máximo. Seguimos pensando que los tipos pueden subir hasta el 4,50%, pero quizás mediante dos subidas de 25 puntos básicos en lugar de una subida de 50 puntos básicos. En cualquier caso, creemos que las persistentes presiones inflacionistas internas obligarán al BoE a mantener los tipos de interés en su nivel máximo durante todo este año", valora Paul Dales, de Capital Economics.
Lo más importante, para el analista, viene en el texto del comunicado, destacando que se ha cambiado la frase "podrían ser necesarias nuevas subidas de los tipos bancarios" por una fórmula más condicional de "si hubiera pruebas de presiones (inflacionistas) más persistentes, sería necesario un mayor endurecimiento de la política monetaria". También reseña Dales que se suprime la frase de que el CPM "responderá enérgicamente". "Todo esto implica que el banco ya no está en piloto automático y que los datos que vayan llegando determinarán si los tipos siguen subiendo o no. Y es más probable que las nuevas subidas sean de 25 puntos básicos en lugar de 50 puntos básicos", opina el analista.
Con todo, el experto no está convencido de que las cosas vayan a salir "tan bien" como espera el banco. "Creemos que sigue habiendo muchas posibilidades de que el fuerte crecimiento de los salarios y la inflación del IPC de los servicios lleven al banco a subir los tipos al 4,50% y que sea necesaria una recesión que implique una mayor caída del PIB real del 2%", zanja.
Sin bajadas hasta 2024
Los analistas de ING James Smith y Antoine Bouvet coinciden en que, si el adverbio "enérgicamente" de pretéritas reuniones se ha traducido en un aumento de 50 puntos básicos este jueves, el camino queda expedito para poner fin a las subidas de tipos pronto y la subida de 75 puntos de noviembre se consolida como un episodio excepcional. "Unas previsiones de inflación por debajo del objetivo, un lenguaje más moderado sobre futuros endurecimientos y una advertencia sobre el impacto de anteriores subidas de tipos son señales de que el tipo de interés bancario está cerca de alcanzar su punto máximo", suscriben.
No obstante, no consideran que se pueda dar el trabajo por hecho: "Somos escépticos en cuanto a que la subida de tipos de hoy sea la última. A diferencia de los EEUU, hay menos indicios de que el crecimiento de los salarios o la inflación del sector servicios hayan tocado techo, y es poco probable que esta situación cambie lo suficiente como para impedir que el banco vuelva a subir los tipos en marzo". No es su caso base, pero tampoco descartan una subida en mayo.
Ampliando la mirada, los economistas de ING ven bastante "improbable" que el BoE recorte los tipos en 2023. "Creemos que el Banco de Inglaterra será menos proclive a recortar los tipos que la Reserva Federal, dado que la inflación subyacente probablemente resulte más sólida", remachan.