Economía

La respuesta al alto IPC exige ayudas directas y bajar el gasto improductivo

  • Los expertos creen que el plan de rebajas fiscales llega tarde y no basta para combatir la inflación
  • Los analistas avisan del efecto negativo del control de precios y limitaciones de producción
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta económica, Nadia Calviño. Europa Press
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La subida de la inflación en España, especialmente acusada en el precio de la luz, el combustible y el gas ha generado un debate acerca de cuáles son las mejores recetas para atajar este fenómeno inflacionista. A propósito de ello, eE se ha puesto en contacto con un plantel de expertos que, en líneas generales, más allá de algunas rebajas fiscales que se esperan para el próximo 29 de marzo, defienden ayudas directas, bonificaciones y propuestas concretas sobre los sectores más vulnerables, reducción del IRPF, destopar el precio de la tarifa eléctrica de la luz, y en gran medida, reducir el gasto público dentro de un pacto nacional de rentas.

En nombre de Funcas, la economista María Jesús Fernández apunta a que la forma óptima de reducir el importe energético debería poner el foco especialmente en las familias vulnerables, teniendo en cuenta su nivel de renta, y tomando también como referencia la industria electrointensiva.

Gregorio Izquierdo también es partidario de abordar esas medidas concretas. Y en ese sentido, el director general del IEE pone el acento en rebajas de impuestos especiales. El economista también valora las consecuencias. En su opinión, una rebaja del IVA es especialmente beneficiaria, en primer lugar, a las familias como consumidores finales. Pero también a los autónomos que pagan por módulos, lo que aliviaría la carga de transportistas y agricultores que hacen un uso específico del hidrocarburo. A su vez, las actividades que no generan IVA (finanzas, sanidad y educación) se verían beneficiados de esta medida. No obstante, subraya que, una revisión de este impuesto sería neutra para aquellos empresarios y autónomos que tributan en estimación directa.

Sobre la rebaja de impuestos que recoge el debate económico, "no parece la mejor solución". Así se expresa Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research. "Cuando bajas un impuesto tiende a repartirse entre el productor y el consumidor", explica; razón por la que Cardoso ve poco probable que los ciudadanos puedan beneficiarse de la bajada. Así, la solución que plantea pasa por, en primera instancia, explicar que los precios van a subir y que tenemos que reducir nuestra dependencia rusa mediante un menor consumo individual. Para el economista de BBVA Research, el menor precio podría provocar un mayor consumo y, por ende, una mayor financiación indirecta a Putin.

Esta postura la refuerza María Jesús Fernández, de Funcas, quien explica que, "al modificar el precio tocas una señal que altera a los agentes económicos" y afecta directamente sobre la eficiencia del gasto.

Con estos mimbres, la postura de Miguel Cardoso pasa por subsidiar el consumo especialmente en familias vulnerables y empresas electrointensivas, de forma progresiva con los ingresos o nivel de renta. Según opina Cardoso, una rebaja fiscal sería ineficiente en el sentido de que retrasaría el paso inevitable a energías renovables y a la eficiencia energética: ajustar el cinturón del consumo y del gasto. El formato sería similar a las subvenciones que proceden de los fondos Next Generation EU. Y en referencia a la gira de Sánchez, apunta que conviene tomar medidas junto a la UE.

Entretanto, opina María Jesús Fernández que el modelo óptimo para evitar el impacto en las cuentas es una compensación en forma de IRPF, en forma de ayudas sociales o favoreciendo a las empresas, lo que reduciría el impacto fiscal.

Esta semana, la vicepresidenta económica Nadia Calviño explicaba que hasta ahora, las medidas aplicadas para paliar el coste energético suponen entre "10.000 y 12.000 millones". María Jesús Fernández, apunta a un hecho clave: España no tiene demasiado margen dado el nivel de deuda pública que sufre, con una ratio, recordemos, del 118% del Producto Interior Bruto (PIB). La rebaja fiscal supondría, en su opinión, un coste demasiado alto.

Funcas plantea la rebaja fiscal como una medida cortoplacista que aliviaría el cálculo del IPC

Desligar el precio del gas de la electricidad -como un cambio de regulación- sí sería una opción óptima para abaratar el precio de la luz. Eso sí, el principal reto, apunta Cardoso, sería explicar a los ciudadanos que los precios se mantendrán sustancialmente elevados durante un periodo de tiempo y, además, apunta a la alta probabilidad de un mecanismo de racionamiento energético este año.

Es por eso que Funcas plantea la rebaja fiscal como una medida cortoplacista que aliviaría el cálculo del IPC, mientras las compensaciones no variarían de una forma tan amplia la inflación, si bien sería menos perjudicial para las cuentas. Llegados a este punto, el debate se plantea entre la rebaja fiscal y sus consecuencias o aguantar los precios en favor de los sectores de la sociedad que tienen una postura más vulnerable. Fernández añade que "incluso con el cambio del cálculo no se recuperarán los niveles de precios previos a la subida", y que debemos seguir teniendo en cuenta los problemas en los que deriva la cadena del IPC.

Un fenómeno monetario

En opinión de José María Rotellar, profesor de Economía en la Universidad de Francisco Vitoria, "bajar impuestos a los combustibles es capital para reducir el coste de las energías". Pero además, "hay también que reducir el gasto público, porque presiona los precios al alza y fomenta los cuellos de botella".

Aparte de que la UE nos dé su autorización para desacoplar el precio de la luz de la del gas, dentro del mix energético, Rotellar defiende que "España ya puede rebajar algunos productos, sin olvidar que la inflación es monetaria, y ante un fenómeno así hay que aplicar políticas restrictivas a través del BCE".

Para Daniel Lacalle, de Tressis, "hay que desmontar la mentira del socialismo de que rebajar impuestos no tiene nada que ver con la inflación". En opinión de este economista, esa tesis "es falsa".

Lacalle señala que "no se puede mantener una fiscalidad de bonanza en épocas de crisis". Y así, subraya que, "todos aquellos impuestos ligados al precio -como es el caso de las energías en España-, son monetarios y por tanto se lucran de la inflación, motivo por lo que la fiscalidad es esencial".

El Gobierno -apunta Daniel Lacalle- "debería estar revisando ya la formación de los precios de las actividades reguladas. Y es que España tiene siempre un efecto inflacionista mucho mayor que los países de su entorno". Así pues -añade-, "lo primero que tienes que hacer es reducir el gasto público innecesario y superfluo, porque el gasto público es inflacionista".

Desde la patronal de empresarios de Madrid, CEIM, Miguel Garrido indica que "es preciso actuar de manera urgente y contundente". Dice Garrido que "una rebaja de impuestos es la manera más eficaz y rápida de compensar el encarecimiento de los productos en general y de la energía". Para el dirigente de la patronal madrileña, "puesto que el principal, y casi único beneficiario del incremento de los precios es la hacienda pública, sería especialmente justo y oportuno que se compensara con una rebaja fiscal".

Lorenzo Amor (ATA): "Los países de nuestro entorno han bajado el precio de los productos. Y España tiene capacidad para tomar algunas medidas desde ya".

Mercedes Pizarro, del Círculo de Empresarios, afirma que "una rebaja temporal de los impuestos sobre hidrocarburos y suministros básicos tendría cierto efecto a la baja en sus precios y ayudaría a contener la pérdida de poder adquisitivo de familias y el impacto en costes para empresas y autónomos". Ese efecto -continúa- sería mayor y más duradero si además se reforma el sistema de cálculo de los precios de la electricidad en los mercados mayoristas y se consigue diversificar el aprovisionamiento de energía a fuentes de menor riesgo".

No obstante, Pizarro señala que, "para que una rebaja de impuestos no acabe generando el efecto contrario, esto es, más inflación, debe ir acompañada de una reducción del gasto público improductivo que compense como mínimo el alza del consumo e inversión privados evitando un incremento del gasto agregado que pudiera tensionar la demanda y, por tanto, los precios".

Lorenzo Amor, presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos, ATA, remarca que "el Gobierno tiene que actuar ya; bien por rebaja del IVA al reducido, reducción del impacto del hidrocarburo, ayudas directas al consumo o fijando el tope del precio de la luz". "Pero vamos tarde", destaca, no sin agregar que, "los países de nuestro entorno han bajado el precio de los productos. Y España tiene capacidad para tomar algunas medidas desde ya".

Javier Santacruz, economista, docente, consultor estratégico y fundador de Civismo, sostiene que "las rebajas fiscales ayudan mucho a combatir la inflación, ya que los impuestos indirectos multiplican el efecto de la inflación, con lo cual, reducir impuestos indirectos de manera temporal y respetando la normativa europea es clave".

Añade Santacruz a eE, que, en este sentido, "primero hay que reducir impuestos indirectos como el IVA y especiales, y después hay que rebajar las cotizaciones de la Seguridad Social, un impuesto que libera mucha renta disponible", apostilla el economista.

Por su parte, Gregorio Moreno, responsable de la Dirección de Presupuestos de la Comunidad de Madrid opina que "las rebajas fiscales específicas tienen un impacto en los precios". Pero, otra cosa -destaca- "será si las medidas que se adopten pasan por fijar precios o establecer limitaciones a la producción de determinados bienes o servicios".

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