Economía

La inflación hará que las familias gasten 3.000 euros más en productos básicos

  • El hogar medio español gasta 22.000 euros en bienes de primera necesidad
  • El consumo medio de un hogar es un 16% más caro que hace un año
  • El 73% de los elementos de la cesta registra ya una inflación de un 2% o más
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La escalada de precios a causa de la inflación que arrastra la economía española desde hace un año supone un golpe al bolsillo de las familias cuantificable en euros. Un hogar medio español afronta un gasto superior a los 3.000 euros al año en productos de primera necesidad vital. Así, los precios de la alimentación, vestido y calzado, gastos relacionados con la vivienda, el agua, el gas y la electricidad, la sanidad y el transporte supondrán hasta un 16% más de desembolso dentro del presupuesto familiar siguiendo los niveles de inflación actuales.

Este dato cerca y enfoca en impacto de la inflación general -que el INE confirma en el 7,6% en febrero- sobre un gasto que afecta directamente a las familias. Fuera de lujos y productos no esenciales para vivir, la última Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) disponible en el INE, correspondiente al año 2020 y publicada en junio de 2021, indicaba que un hogar medio gastó algo menos de 19.000 euros (18.951) en los grupos de la cesta del IPC nombrados previamente. Del consumo de 2020 habría que tener en cuenta que fue un año anómalo en el que todos los tipos de familias redujeron su nivel de gasto.

Tomando como referencia el avance interanual de los precios de cada subgrupo de la cesta, se cuantifica una subida del 16% o 3.082 euros en el ticket de la compra medio anual por hogar. De rozar los 19.000 euros, una familia de España ahora debe pagar hasta 22.000 euros si quiere seguir adquiriendo los mismos productos que en 2020. Es decir, se observa bien una pérdida de poder adquisitivo, o un menor acceso a productos de primera necesidad recortando en la propia cesta de la compra.

La inflación de los precios energéticos sigue siendo el principal factor de presión sobre el bolsillo y, traducido en euros, supone unos 2.443 euros de media. En lo que va de año han crecido levemente un 0,5%, pero en la comparación interanual el INE cuantifica una subida superior al 25% en un elemento del gasto, el relativo al hogar, su acondicionamiento y mantenimiento, que no se puede sustituir. El componente energético protagonizó un aumento de los precios del 44,3% interanual frente al 33,0% en enero debido principalmente al desvanecimiento del efecto base causado por la bajada en el precio de la electricidad entre enero y febrero de 2021.

Esta misma semana, el Alto Representante de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, pidió a los europeos que pongan de su parte para hacer frente a la grave situación energética que se cierne como un nubarrón sobre le UE. Desde Bruselas, efectivamente, confirman que estamos en una época de abrocharse el cinturón del gasto.

La alimentación y las bebidas no alcohólicas han subido ya un 1,5% este año, y además la comparación anual tampoco le favorece: los productos de este grupo son un 5,6% más caros. ¿Cómo se cuantifica en euros? Se traduce en unos 256 euros más que en 2020, cuando se gastaban 4.579 euros.

Un cierto respiro al gasto sí consigue darlo el grupo del vestido y calzado, que durante los dos primeros meses de 2022 han protagonizado un descenso de precios del 14,3%. No obstante, en la comparación anual siguen siendo un 3,6% más caros y añadirán a la factura, de media, sobre 23 euros. En 2020 se pagaban de media 1.001 euros.

La sanidad supone un avance del 3,7% en comparación con el año anterior, e incluso este año los productos relacionados con la salud ya son un 1,1% más elevados. En 2020 se dedicaba de media un desembolso de 1.001 euros. Así, este gasto presiona con unos 10 euros más a la economía familiar.

Por su parte, el gasto dedicado al transporte en 2020 era de 2.741 euros, mientras que según los datos de inflación correspondientes al mes de febrero que encarecen este grupo un 12,8%, un hogar promedio tendría que dedicar 350 euros más.

Tomando palabra en el asunto, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) calificó de "muy preocupante" la subida de los precios de los alimentos en febrero en varios productos básicos, como la fruta fresca (3,8%), las legumbres secas o en conserva (3,1%) y, sobre todo, los alimentos para bebés, cuyo precio se ha disparado un 5%, según ha informado en un comunicado. La organización destaca el incremento que han sufrido productos básicos como son la leche entera (1,9%), el pescado congelado (1,3%), el pan (1,1%) y el queso (1,1%).

Mayor amplitud

El semáforo que publica CaixaBank indica que, además, la tendencia de contagio a productos de la cesta del INE ha vuelto a acrecer en los datos confirmados de febrero. Según el dato recién publicado por el INE, el 73% de la cesta de consumo mostró tasas de inflación iguales o superiores al 2% (frente al 63% del mes pasado y el 30% en septiembre), y la proporción de la cesta con tasas de inflación por encima del 5% (32% de la cesta) ya es superior a la proporción de bienes con tasas menores del 2% (27% de la cesta).

En la misma publicación, CaixaBank resalta que dentro de los 10 subelementos con mayor inflación ya se cuelan productos alimenticios además de los energéticos.

Deterioro del ahorro

El patrón de precios recogido afecta a todos los quintiles de renta. Tal y como explica CaixaBank Research, "para tratar de paliar este impacto, las distintas economías de la región han puesto en marcha diversas iniciativas amparadas por una serie de recomendaciones de la Comisión Europea sobre todo en lo relativo a compensar el aumento de la factura eléctrica, que no ha dejado de batir récords en todo el invierno por la fuerte subida de los precios del gas. Entre las medidas adoptadas se encontrarían, entre otras, transferencias a los hogares más vulnerables, recortes del IVA energético o regulación del precio en el mercado minorista y mayorista".

Si observamos la curva del ahorro en España frente a la media del entorno europeo, España es capaz de acumular varios puntos porcentuales de ahorro en una etapa corta antes de que esa tasa vuelva a caer por el consumo privado. Es un ahorro intenso de 'precaución'. No obstante, en una época en la que la inflación sobre los bienes de primera necesidad se ve incrementada en un 16%, este ahorro provisional se hace más complicado.

Atendiendo al nivel de renta bruta disponible, se observa una clara relación inversa entre el nivel de inflación y la renta disponible: a mayor presión de los precios, menor capacidad económica. Yendo más allá, el ejercicio anterior parece apuntar a que el patrón actual de subida de precios está afectando especialmente a los tramos de renta más baja. Esto teniendo en cuenta que 2020 fue un año de ahorro histórico pese al Covid.

Desde un enfoque histórico (en promedio desde 1999), la tasa de ahorro en España se situó en el 8,5% de la renta disponible de los hogares mientras que, para la eurozona, esta media se situaba en el 13,2% (sumando 4,7%). Es destacable que, según los datos de Eurostat, solo Dinamarca, Polonia y Grecia presentaron durante este periodo una tasa media inferior a la de España. Esta posición de ahorro débil se acentúa en el periodo entre 2012 y 2020: la tasa de ahorro descendió hasta el 7,5% (por la volatilidad del ahorro), frente a la media de la eurozona que se mantuvo estable en el 13,3%. Es decir, en España se ahorra un 5% menos de media que entre los vecinos europeos.

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