Gobierno y agentes sociales han alcanzado este lunes un principio de acuerdo sobre la primera pata de la reforma de pensiones por la que se garantizará la revalorización de las pensiones según el IPC, se aproximará la edad efectiva de jubilación a la edad legal mediante un endurecimiento de las jubilaciones anticipadas y mayores incentivos al retraso de la jubilación.
Se trata de la primera parte de la reforma de pensiones comprometida con Bruselas en el componente 30 del Plan de Recuperación y con ella se suprimen dos de los aspectos más polémicos de la reforma de pensiones de 2013: el índice de revalorización de las pensiones (IRP), que limitaba su subida anual a un 0,25% en situaciones de déficit, y el llamado factor de sostenibilidad. Quedan para más adelante aspectos que generan mayor desacuerdo entre las partes.
El principio de acuerdo, desarrollado en un texto normativo con forma de anteproyecto de ley, garantiza el mantenimiento del poder adquisitivo de la pensiones contributivas, incluidas las mínimas, al vincular su revalorización anual con la variación interanual media del IPC de los 12 meses anteriores a diciembre del año anterior. Si esta variación fuera negativa, el importe de las pensiones no variará al comienzo del año.
Tal y como ha avanzado en varias ocasiones el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, en el anteproyecto se establecen una serie de medidas para desincentivar el retiro anticipado del mercado laboral cuando éste es voluntario.
Antes de conocerse el principio de acuerdo, Escrivá afirmaba durante su intervención en un desayuno organizado por Nueva Economía Fórum que "es razonable pensar" que esta misma semana se alcanzará una acuerdo porque "llevamos ya muchas reuniones en las que hemos ido aproximando y mejorando el texto progresivamente y con las aportaciones de todos. Tengo las mayores expectativas con los últimos encuentros que vamos a tener esta semana".
Han pasado 10 años desde que se cerrara el último acuerdo en esta materia, en 2011. Desde entonces, las pensiones han sido un ámbito de polémica continuada en el diálogo social. En 2013, el Gobierno del PP, presidido entonces por Mariano Rajoy, cambió por la vía unilateral el mecanismo de las subidas y lo estableció en el 0,25% anual.
Aún falta el visto bueno de los órganos de dirección de la CEOE
CCOO y UGT han destacado en un comunicado conjunto que, al suprimir la reforma de 2013, "se devuelve el sistema de pensiones a la garantía de la suficiencia de las prestaciones tanto de los actuales pensionistas como para los futuros jubilados", recoge Europa Press.
El acuerdo, al que los órganos de dirección de CEOE deben dar todavía el visto bueno, subraya el papel del Estado como garante público del sistema de pensiones, incluyéndose en la Ley General de Seguridad Social una cláusula mediante la que anualmente se realizará una transferencia a través de los Presupuestos Generales del Estado de cerca de un 2% del PIB (unos 21.000 millones de euros).
"Se culmina así el cumplimiento, hasta la fecha, del principio de separación de fuentes y se garantiza desde ahora mismo cerca de la mitad del incremento de financiación adicional que se prevé que necesitará nuestro sistema de pensiones para el año 2050", resaltan los sindicatos.
Jubilación anticipada y demorada
Volviendo a poner el foco en la jubilación anticipada, los sindicatos aseguran que se reducen de forma generalizada los coeficientes reductores, se da mayor equidad a las reglas de jubilación anticipada voluntaria e involuntaria, y se amplían los derechos de jubilación en varias modalidades.
La reforma iguala además los derechos vinculados a los periodos de servicio social femenino obligatorio al que ya disfrutaban los del servicio militar, al tiempo que refuerza el sistema de incentivos para garantizar la adecuación voluntaria de la edad efectiva y legal de jubilación.
Asimismo, se incluye una batería de medidas por la que se reconocen nuevos derechos o se amplían algunos de los que ya existían, entre los que destaca la equiparación de la pensión de viudedad para las parejas de hecho, la extensión del derecho a cotización por todos los programas de formación (becas) vinculados a estudios universitarios o de formación profesional, tengan o no carácter remunerado, y la mejora de los convenios especiales de cuidadores familiares de personas en situación de dependencia, entre otros.