La deuda pública de España ha cerrado 2020 en los 1,311 billones de euros, lo que supone un incremento de 122.439 millones de euros respecto al cierre de 2019. Solo ese aumento de la deuda equivale a más de dos veces la economía entera de Bulgaria o Croacia. La crisis económica generada por la pandemia del covid-19 ha hecho mella de forma evidente en las finanzas públicas españolas, generando un desequilibrio que dejará un déficit público histórico y una deuda pública en el 117,1% del PIB, un ratio que no se veía desde 1902.
Aunque la sangría se ha ralentizado (la deuda incluso bajó levemente en diciembre) en la segunda mitad del año, gracias a la mejora de la economía, el desequilibrio entre gastos e ingresos en términos anuales ha sido notable. Los últimos datos disponibles sitúan al déficit público cerca del 8%, pero los expertos creen que el saldo fiscal final del año será de entre el -11 y el 12% del PIB.

Desde el Gobierno explican en una nota que el mayor incremento de deuda se ha producido en la Administración Central, como consecuencia de las mayores necesidades de financiación para la puesta en marcha de ayudas directas a trabajadores, familias y empresas afectadas por el covid-19 y ha permitido financiar medidas como los Erte, la prestación especial para autónomos y las incapacidades laborales por la pandemia.
Javier García Arenas, economista de CaixaBank Research, explicaba en una nota que el aumento del déficit en noviembre (último dato disponible) se produjo por un aumento del gasto consolidado de las Administraciones Públicas (AAPP) del 10,9% interanual (10,6% hasta octubre) debido principalmente al gran avance del gasto del Estado (19,2% interanual hasta noviembre) para contrarrestar los efectos de la pandemia. Este aumento fue consecuencia en gran medida del gran incremento en las prestaciones sociales (17,1% interanual) así como del aumento en la remuneración de los asalariados públicos (5,1% interanual).
Por otro lado, "los ingresos consolidados acumulados de las AAPP mostraron una caída importante hasta noviembre, pero hay que poner en valor una recaudación tributaria mejor de lo previsto en la segunda mitad de 2020. En concreto, hasta noviembre los ingresos públicos disminuyeron un 5,4% interanual (-5,7% hasta octubre) con una caída de los ingresos tributarios del 9,0% interanual (-9,3% hasta octubre)", destaca este economista.
No obstante, estos datos revelan que el crecimiento de la deuda ha sido muy superior al del déficit. Esta rareza se debe al conocido como 'ajuste deuda/déficit'. La metodología usada (Protocolo Excesivo de Déficit o PDE) para contabilizar la deuda pública y el déficit son diferentes. Por ejemplo, el rescate de la banca o las aportaciones para los rescates de Grecia, Irlanda o Portugal contabilizaron como deuda pero no como déficit, lo que provocó un desajuste similar al actual (algo más pequeño).

De este modo, la deuda pública ha escalado hasta el 117,1% del PIB, niveles que no se veían desde 1902, cuando llegó a superar el 123% del PIB. Entonces, Raimundo Fernández Villaverde, ministro de Hacienda de la época anunció una reestructuración, convirtiendo gran parte de deuda amortizable en perpetua. Aparte de la efectividad de la reestructuración, Fernández Villaverde tuvo el mérito de conseguir bajar la deuda pública con el método más ortodoxo: corrigiendo los tradicionales déficits. Entre 1899 y 1908 el titular de Hacienda, impulsor de una de las grandes reformas fiscales en la historia de España, consiguió superávits presupuestarios.
Desde entonces, la deuda pública se mantuvo lejos del 100% del PIB hasta que en 2014 se volvió a superar esa cota por unas décimas para volver a caer levemente. Ahora, ya no hay duda de que la deuda ha rebasado el 100% del PIB y que salvo reestructuraciones o condonaciones se mantendrá por encima de esos niveles por mucho tiempo. La Comisión Europea vaticina que la deuda seguirá al alza hasta 2031, llegando a alcanzar el 141%, para comenzar a bajar lentamente desde ese momento.
La ayuda 'extra' del BCE
La gran ventaja de hoy, sobre todo si se compara con tiempos pasados, es que la deuda es mucho más llevadera por el entorno de bajos tipos de interés, que reducen sobremanera el coste de la misma. Aunque estos pasivos hayan crecido con violencia durante 2020, los bajos tipos "han permitido que la partida de gastos destinada al pago de intereses cayera un 11,9% respecto al registro de noviembre de 2019", explica el experto de CaixaBank.
El pago por intereses de la deuda se ha reducido desde el 3,5% del PIB en 2013 a poco más del 2% en 2019 y sigue bajando. Mientras que el Banco Central Europeo siga apoyando a la deuda soberana con los vastos programas de compras de bonos, la carga financiera de la deuda será reducida, siempre y cuando los inversores no pierdan la confianza en el euro y el banco central.