
La segunda ola de coronavirus y las restricciones de actividad adoptadas por los Gobiernos comienzan a hacerse notar en términos económicos. Las dos grandes potencias de la Eurozona, Alemania y Francia, ya emiten señales de desaceleración después de los rebotes del tercer trimestre de 2020 por la apertura veraniega tras el confinamiento de primavera.
En el país teutón, el nuevo confinamiento que entrará en vigor este miércoles tan solo semanas después de las primeras restricciones en la segunda ola harán que el crecimiento económico se vea severamente afectado en el último y cuarto trimestre de año.
El informe mensual del Ministerio de Economía advierte en su edición de diciembre de los efectos que van a tener estas restricciones tras la aceleración del tercer trimestre. "La dinámica económica podría verse seriamente afectada en el cuarto trimestre del año por el 'confinamiento parcial' existente desde principios de noviembre y el recién acordado 'confinamiento duro'", apunta el documento.
El texto recoge los incrementos registrados por la producción industrial, las exportaciones y la cartera de pedidos en octubre, gracias en gran medida al comportamiento del sector automovilístico, pero apunta que la pandemia puede "lastrar la evolución" de estos indicadores. El ministerio señala, sin aportar cifras concretas, que las perspectivas se han enturbiado y están plagadas de incertidumbre.
"Teniendo todo esto en cuenta, el crecimiento económico en Alemania en el cuarto trimestre va a sufrir una notable ralentización", advierte el informe. Las medidas en vigor desde noviembre han afectado especialmente a la hostelería, así como a empresas de los sectores del tiempo libre y el turismo.
El "confinamiento duro" que empieza este miércoles dañará además "otros sectores" y las restricciones en otros países europeos tendrán asimismo su reflejo en el sector exterior, uno de los puntales de la mayor economía europea.
Francia empeora sus previsiones para final de año y 2021: no se descarta acabar el próximo año con números negativos
Por su parte, el Banco Central de Francia ha empeorado sus previsiones de crecimiento en el último trimestre por la segunda ola de coronavirus. Las restricciones en el país galo, que se sometió a confinamiento a finales de octubre, elevan la pérdida hasta un 9,3% del PIB, seis décimas más de lo estimado, según informa Bloomberg.
Además, se actualiza la previsión para 2021, en la que se reduce el crecimiento del 7,4 al 4,8% del PIB. En este punto, la entidad advierte de que, si se retoman los problemas sanitarios y sus consecuencias económicas, se maneja un -1% del PIB en 2021 en el peor de los escenarios. En caso contrario, si la situación mejora por encima de las expectativas y las vacunas suponen un éxito, el crecimiento llegaría al 7%.
Donde las previsiones son mejores, dado que se retrasa ese crecimiento que se presuponía para 2021, son en 2022: se pasa del 3 al 5% del PIB. Sea como fuere, el banco francés insiste en que todas sus predicciones han de soportar una "fuerte incertidumbre".
El empeoramiento de los pronósticos del banco central francés supone la ruptura definitiva de los datos positivos de la economía gala, que repuntó un 18,2% del PIB en el tercer trimestre del año, pero que ya anticipaba un cambio de tendencia, de acuerdo con ING Economics, que vaticinaba una caída del 9% a final de año.