Economía

El secreto danés contra el coronavirus: diálogo social y consenso político

  • La ambición y la rapidez de la respuesta es resultado del enorme diálogo
Mette Frederiksen, primera ministra de Dinamarca. Imagen: Reuters
Bruselasicon-related

El coronavirus Covid-19 ha servido para alimentar ese sesgo tan humano de considerar excepcional el periodo en el que vivimos. Argumentos no nos faltan esta vez. Habría que remontarse hasta la Gran Depresión para encontrar una recesión similar.

Los países han cerrado fronteras y sometido a la economía a un parón sin precedentes. Gobiernos y bancos centrales han tirado por la ventana los manuales de economía para responder a la pandemia, con estímulos fiscales nunca vistos y abriendo las puertas de par en par a la liquidez.

Países de todo el planeta han desplegado un escudo para conservar al máximo el tejido productivo durante estos meses de hibernación de la economía. Solo en la UE la respuesta ya supera el 3% de su PIB (unos 420.000 millones de euros). Cuando la pandemia remita, confían en reactivar la actividad lo antes posible, acortando así el tiempo de rebote.

Por eso, gran parte de las primeras medidas aprobadas se han dirigido a la conservación de la mano de obra. Este ha sido el patrón sobre todo en Europa, donde ningún socio ha ido tan lejos, ni tan rápido, como Dinamarca para salvar el empleo. ¿Su secreto? Un diálogo social a prueba de crisis y un consenso político total, que se ha extendido desde la extrema izquierda hasta la derecha más dura.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, marcó pronto el camino al hacer referencia en los primeros días de marzo al modelo de su Alemania natal, el sistema kurzarbeit, que tan buenos resultados logró durante la pasada crisis.

Ninguna respuesta nacional ha alcanzado la ambición de Copenhague

Este esquema evita la destrucción del empleo a base de recortar la jornada laboral de los trabajadores, con el Estado cubriendo la parte restante. España apostó por su parte por flexibilizar y mejorar las condiciones de los Erte para empresas y trabajadores.

Sin embargo, ninguna respuesta nacional ha alcanzado la ambición de Copenhague. La coalición gobernante de socialistas y partidos de izquierda aprobó el pasado mes un paquete de unos 285.000 millones de coronas danesas (unos 38.200 millones euros), para respaldar a las firmas y los empleados.

Representa en torno al 13% de su PIB, e incluye medidas de liquidez y moratorias en el pago de impuestos y contribuciones sociales. Pero la iniciativa que atrajo toda la atención fue la garantía de hasta el 75% de la paga de los empleados de las firmas que hayan tenido que enviar a casa al 30% de sus trabajadores o ,al menos, a 50 personas, a causa de los cierres y la crisis provocada por el coronavirus Sars-Cov-2.

Eso sí, con una condición

"Si se produce una gran caída en la actividad y la producción se detiene, entendemos la necesidad de enviar empleados a casa. Pero les pedimos: no los despida", dijo la primera ministra Mette Frederiksen, al presentar el paquete el pasado 15 de marzo.

Esta ayuda excepcional durará hasta el 9 de junio, periodo durante el que el Estado pagará un máximo de 23.000 coronas danesas (3.082,95 euros) a cada trabajador al mes.

En el caso de aquellos que trabajan por horas con empleos más inestables, el Gobierno les garantizará el 90% de su paga, hasta un máximo de 26.000 coronas (3.485,07) al mes. El pasado marzo, el Gobierno esperaba que unos 70.000 trabajadores quedaran cubiertos por el plan. En plena tormenta, el paraguas danés es de los más robustos, sobre todo gracias a la posición y las particularidades de su modelo social y político.

El país, de 5,5 millones de ciudadanos, no solo cuenta con recursos públicos sólidos, gracias a una de las mayores cargas impositivas de la UE y unas cuentas saneadas. También presume de una estrecha cooperación tripartita entre el gobierno, empresarios y sindicatos. Para analistas y economistas, este elemento resulta esencial al explicar la fórmula de éxito danesa.

Gracias a este diálogo social engrasado, el esquema se aprobó en tiempo récord. Y aunque el Estado cargó con la mayor parte de la factura, todas las partes cooperaron. Los empresarios costearán el 25% restante de los salarios de los empleados, mientras que los trabajadores descontarán cinco días de su periodo de vacaciones.

"Los daneses probablemente fueron los más rápidos en Europa al garantizar los salarios en las empresas que fueron golpeadas por la crisis Covid, su esquema se desarrolló en cuestión de días con la participación total de los interlocutores sociales," explica a elEconomista Laszlo Andor, excomisario de Empleo de la UE y secretario general de la Fundación Europea de Estudios Progresistas.

Componente esencial

"Este es un componente absolutamente crucial para toda respuesta a la crisis, sabiendo que la economía no se puede salvar sin estabilizar los ingresos de los trabajadores y también extendiendo la protección para los desempleados", añade.

La ambición y la rapidez de la respuesta danesa no solo se explica por la concertación entre sus agentes sociales, también por el enorme consenso político. Los diez partidos del Parlamento danés apoyaron la iniciativa del Ejecutivo. Más aún, toda la Cámara también respaldó que, si la recesión empeoraba en estos meses, aprobarían otro estímulo adicional de unos 100.000 millones de coronas (unos 13.400 millones de euros).

Un consenso político y un diálogo social con el que solo pueden soñar en otros lugares, y que ni siquiera estos tiempos tan excepcionales consiguen hacer realidad.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky