
La reforma laboral aprobada por el PP en 2012 fue positiva para el impulso de la creación de puestos de trabajo en nuestro país después de la devastación de la crisis económica de 2008 que se llevó por delante 3,3 millones de puestos de trabajo hasta el inicio de la recuperación en 2014, según el Fondo Monetario Internacional. La institución ha emitido ahora un informe en el que avala la pertinencia de la medida impulsada por el entonces Ejecutivo de Mariano Rajoy para incrementar el empleo en nuestro país, con un especial beneficio para los más jóvenes, con un efecto de reparto de la renta, al incrementarse los ingresos de los hogares en España.
"Las reformas de 2012 mejoraron los resultados en materia de empleo, incluso para los jóvenes. El crecimiento del empleo después de la reforma fue sistemáticamente mayor y el desempleo juvenil menor en comparación con una posible evolución del crecimiento del empleo y el desempleo juvenil en ausencia de reformas", apunta el documento publicado este jueves respaldando la medida que ahora es objeto de derogación por parte del Gobierno del PSOE y Unidas Podemos.
Además, gracias a esta fuerte creación de empleo, ayudada por la implantación de la reforma, "ha mejorado la distribución de los ingresos después de 2012", según concluye el FMI. Así, apunta que la reforma laboral contribuyó a una reducción significativa del coeficiente de Gini cinco años después de las reformas, si bien no se produjo en la misma medida en la proporción de ingresos para el 20% de los que más ganan y para el 20% de los que menos ganan, donde el impacto y el incremento de renta ligado a la medida no se aprecia.
En este sentido, el Fondo señala que más allá del nuevo marco normativo establecido tras la reforma, el componente de flexibilidad salarial fue crucial para el avance de la contratación. "Los resultados de otros estudios sobre el impacto de la reforma laboral de 2012 sugieren que probablemente las medidas destinadas a mejorar la flexibilidad salarial estuvieron principalmente en juego" en el resultado final de la misma. Además, señala que otros cambios legislativos acaecidos en ese momento conformaron un caldo de cultivo propicio para la efectividad de la reforma en términos de creación de empleo.
Más trabajadores pobres y empleo parcial
Sin embargo, la virulencia de los cambios que el nuevo marco normativo laboral introdujo en el mercado de trabajo también supuso que en algunos parámetros la medida fuera en cierta medida contraproducente. Tanto es así, que el Fondo reconoce un deterioro de la pobreza entre colectivos con empleo.
"No encontramos ningún impacto sistemático de las reformas laborales de 2012 en la tasa general de la población en riesgo de pobreza", señala acerca del efecto global de la medida. Sin embargo, el informe sí que sugiere un deterioro en la tasa de pobreza con empleo después de las reformas. "Esto podría ser una consecuencia del aumento de la proporción de empleo a tiempo parcial involuntario y la reducción de las horas de trabajo, ya que la distribución de los salarios por hora en los deciles de ingresos no cambió mucho con el tiempo", explica apuntando al efecto pernicioso de la parcialidad en el trabajo introducida por la medida.
Así, advierte el informe, el impacto de las reformas parece ser negativo en el margen intensivo de empleo. Las conclusiones sugieren que las reformas contribuyeron a una reducción del promedio de horas trabajadas y a un aumento del empleo a tiempo parcial involuntario. "El aumento de la flexibilidad de los contratos a tiempo parcial, debido a las reformas, podría ser uno de los factores que impulsan estos resultados. Otro factor es el cambio estructural de la economía, que pasa de la construcción, que emplea en gran medida a trabajadores a tiempo completo, a los servicios, en los que alrededor del 18% de los empleados tienen contratos a tiempo parcial", señala el documento en referencia a la pérdida de intensidad en el trabajo y de las consecuencias de la parcialidad en términos de ingresos y condiciones de trabajo.