Economía

Calvo y Calviño pugnan por dominar la Comisión Delegada de Asuntos Económicos

  • La vicepresidencia primera será para Calvo y la segunda para Calviño
  • Iglesias será el vicepresidente tercero y manejará las políticas sociales
  • Entre los ministros que se espera que sigan están Montero, Ábalos y Ribera
Nadia Calviño y Carmen Calvo, en Moncloa. Foto: Europa Press.

La formación del futuro Gobierno de coalición progresista no solo está requiriendo negociaciones entre el PSOE y Unidas Podemos, sino también dentro del propio Gabinete. Según ha podido saber elEconomista, Carmen Calvo, a día de hoy vicepresidenta única del Gobierno, quiere en el próximo curso tener el control sobre la Comisión Delegada de Asuntos Económicos. El órgano a día de hoy está presidido por Nadia Calviño, posición que la ministra de Economía en funciones quiere mantener, si finalmente es designada vicepresidenta responsable de las áreas económicas.

Y es que a pesar de que Calvo ya preside la Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios, que es el órgano que prepara y decide los asuntos que se van a tratar en el Consejo de Ministros, gran parte del poder real reside en la Comisión Delegada de Asuntos Económicos. En ella se dispone qué políticas se aplican o no desde el punto de vista financiero, y la presidenta, a día de hoy Calviño, es la que decide qué temas entran en su orden del día.

Es decir, que esta figura tiene una capacidad de veto extraordinaria y parar los asuntos sine die. Con una excepción: el propio jefe del Ejecutivo y presidente del Gobierno, que puede empujar las políticas en la dirección que crea preciso. De hecho, dada su importancia, Mariano Rajoy decidió presidirla durante sus mandatos.

En el pasado, este órgano ha sido fruto de numerosos roces entre los miembros del Ejecutivo que todo indica que en un futuro Gobierno de coalición se multiplicarán. La idea que hasta ahora se había trasladado desde La Moncloa es que la posición de Nadia Calviño como presidenta de la Comisión Delegada iba a servir para frenar determinadas reclamaciones que las futuras carteras de Unidas Podemos pudieran hacer. Es más: ya en el pasado la ministra de Economía hoy en funciones frenó legislaciones y políticas relacionadas con Vivienda, por considerar que podían dañar de alguna manera el tejido económico y productivo, aunque en público ha negado que tuviera que ver con ello.

Las pretensiones de Calvo dejan en una situación especialmente delicada a Calviño, puesto que supone una contradicción con el compromiso que anunciara Pedro Sánchez de que sería la futura vicepresidenta económica. Sin la presidencia del principal órgano de control económico del Gobierno, su cargo acabaría en el futuro totalmente vacío de contenido.

Todo lo contrario de lo que había prometido el candidato socialista, quien la ha venido exponiendo como una muestra del compromiso de España con la disciplina fiscal y presupuestaria y con los objetivos de estabilidad económica de cara a la Unión Europea.

Están son las dos comisiones en las que se decide qué llega al Consejo de Ministros

Antes de que los proyectos ministeriales lleguen para su aprobación o estudio al Consejo de Ministros, éstos pasan previamente por dos filtros fundamentales que ostentan un poder político y económico relevante: la Comisión Delegada de Asuntos Económicos y la Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios. En puridad, la primera está normalmente presidida por el ministro de Economía, y la segunda por la vicepresidencia.

En cada uno de estos órganos colegiados hay representación de los ministros de Hacienda, Fomento, Educación, Trabajo, Industria, Agricultura, Política Territorial, Transición Ecológica y Ministerio de Ciencia y Tecnología, en el caso de la Comisión de Asuntos Económicos y, en el caso de la segunda comisión, son los secretarios y los subsecretarios los que participan en las reuniones, hasta ahora convocadas por Carmen Calvo.

Entre las funciones de la Comisión de Asuntos Económicos está estudiar los asuntos que requieren la elaboración de una propuesta previa y, estudiar medidas, elaborar, seguir y evaluar programas económicos generales o sectoriales. Lo crucial de esta comisión es que es el presidente de la misma quien tiene la potestad de definir la agenda y decidir qué llega a la comisión, y posteriormente al Consejo de Ministros. En el anterior Gobierno, esta competencia recayó en Mariano Rajoy.

Vicepresidencias

Más allá de estos interrogantes, lo que parece ya decidido es el reparto de vicepresidencias del futuro Gobierno de coalición, si es que Sánchez logra suficientes apoyos para la investidura. La citada Carmen Calvo mantendría su puesto como vicepresidenta primera responsable del área política. La política cordobesa se mantendría como número dos del Ejecutivo, con unas atribuciones similares a las actuales, aunque perdería el dominio de Igualdad que pasaría a manos de Unidas Podemos, como adelantó ya elEconomista.

Calviño se quedará con una vicepresidencia segunda, que concentraría los poderes económicos del Ejecutivo. Todavía queda la duda de si bajo su mando estará la Comisión Delegada.

Mientras, Pablo Iglesias, ya sin el veto de Sánchez para entrar en el Gobierno, sería vicepresidente tercero y quedaría al cargo de las políticas sociales.

Sin embargo, todavía queda por delimitar cuáles van a ser las políticas sobre las que tendrán dominio el PSOE y Unidas Podemos. Está claro que bajo el control de los socialistas quedarán todos los Ministerios de Estado y los económicos, tales como Exteriores, Defensa o Economía. Sin embargo, en el resto de Departamentos las quinielas están abiertas.

Como contó ya este medio, todo apunta a que Unidas Podemos se quedará con tres, que tendrán que ver con las competencias de Igualdad, Vivienda y Sanidad y Servicios Sociales, aunque entre los morados no apasiona el ponerse al frente de las atribuciones sanitarias que tiene el Estado, ya que las consideran escasas por los traspasos a las autonomías. Pero las negociaciones siguen en marcha y podría haber novedades y cambios. Otros departamentos que están en liza son los de Ciencia y Universidades, e incluso Trabajo. Aunque en este caso se descarta que pueda conservar todas las atribuciones que hoy tiene el departamento que dirige Magdalena Valerio, cuyos dominios, además de las políticas laborales, ocupan también los ámbitos de la migración y, sobre todo, la Seguridad Social y las pensiones.

Respecto a sus miembros, parece consolidado que Irene Montero, portavoz parlamentaria de Unidas Podemos y número dos de los morados, será una de las ministras del Gobierno de coalición. Cabe recordar que en las negociaciones que se rompieron tras las elecciones de abril, Montero optaba a ser vicepresidenta por el veto decretado por Pedro Sánchez a Pablo Iglesias y que hoy ya no existe. También apunta para un cargo Yolanda Díaz, quien ya sonó como posible ministra durante la negociaciones del verano. Concretamente, para Trabajo, aunque hoy esto está todavía en el aire.

Ministros socialistas

Por otro lado, la permanencia de los ministros socialistas dependerá, también, del reparto ministerial. Por ello hay algunos nombres que están en duda, como los de Pedro Duque, María Luisa Carcedo o incluso Magdalena Valerio. En cambio, Sánchez mantendrá, como se ha dicho antes, a Calvo. También a José Luis Ábalos, quien llegó a sonar como vicepresidente si el Gobierno hubiera sido puramente socialista, como deseaba el candidato del PSOE. Seguramente, mantenga su cartera de Fomento. También se espera que seguirán en sus puestos Margarita Robles en Defensa, Fernando Grande-Marlaska en Interior y Teresa Ribera, en Transición Ecológica. En cambio, no está tan claro el futuro de Isabel Celaá en Educación y como ministra portavoz, ni el de Dolores Delgado en Justicia, debido a las polémicas que han vivido al frente de sus responsabilidades en los últimos meses.

La gran incógnita está en María Jesús Montero. Se da por hecho que continuará al frente de uno de los Ministerios más importantes del Gobierno, Hacienda, pero también que Sánchez la quiere premiar por su labor, así que no es descartable que asuma alguna competencia más. En cualquier caso se da por hecho que, tras la sentencia de los ERE de Andalucía, el presidente en funciones impulsará que sea la sucesora de Susana Díaz, cuya figura está desgastada por el escándalo, al frente de los socialistas andaluces.

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