Tras la victoria electoral del PSOE en las elecciones generales de abril, Pedro Sánchez ya ha empezado a planear el diseño del Gabinete con el que presidirá España en la próxima legislatura. Aunque no se espera una operación renove en el Consejo de Ministros, fuentes cercanas a Moncloa y Ferraz indican que el líder socialista plantea premiar con sendas vicepresidencias a María Jesús Montero y José Luis Ábalos.
Se trata de una apuesta que parte de la marcha de Carmen Calvo -todo indica que será la próxima presidenta del Congreso- , dejando la Vicepresidencia Primera libre. Y la creación de una Vicepresidencia Segunda permitiría a los socialistas recuperar el esquema del Gobierno que presidió José Luis Rodríguez Zapatero, que llegó a tener hasta tres vicepresidencias.
Todos los dedos apuntan hacia la ministra Montero, titular de Hacienda, para ocupar una de ellas. Su ascendencia dentro del Gabinete de Sánchez no ha dejado de crecer, desde que comenzó su mandato al frente de las Cuentas Públicas en verano, teniendo que lidiar con dos de los mayores dolores de cabeza del Ejecutivo: la negociación de la senda de estabilidad y del proyecto de Presupuestos Generales del Estado con los partidos y los sendos rechazos que sufrieron.
A pesar de ello, Montero salió reforzada de la encrucijada, ganándose a la parroquia socialista durante los debates parlamentarios celebrados cuando ya moría la legislatura.
Todo ello, a ojos de Sánchez, la convierte en un valor seguro como vicepresidenta en la próxima legislatura, para la que no tendría que abandonar la cartera de Hacienda, y menos con una desaceleración económica en el horizonte.
Talante negociador
La Vicepresidencia restante recaería en José Luis Ábalos. Con su nombramiento, Sánchez querría investir de talante negociador al Gobierno, convirtiendo al secretario de Organización del PSOE en el negociador jefe del Gabinete, en una legislatura en la que recabar los apoyos parlamentarios será clave para activar políticas sociales.
Esto podría significar que Ábalos tendría que asumir la cartera de Presidencia, que quedará huérfana por la esperada marcha de Calvo, y renunciar a Fomento, uno de los ministerios con más peso del Ejecutivo. En tal caso, alguien de la confianza de Ábalos sería su sustituto. Uno de los nombres que están encima de la mesa es el de Pedro Saura, secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda.
Cabe recordar, en cualquier caso, que la decisión última de quiénes formarán parte del Gobierno es del propio Sánchez, quien ya ha roto las previsiones más de una vez. La última, con la decisión de hacer a Miquel Iceta presidente del Senado ,cuando todo indicaba que esta silla sería ocupada por Cristina Narbona, número uno del PSOE para el Senado.
El futuro de Calviño
Por otro lado, permanece algún que otro interrogante sobre el futuro de los miembros del Ejecutivo. Entre ellos, quién sustituirá a Josep Borrell como titular de Exteriores y el futuro de Nadia Calviño, responsable de Economía y Empresas. Mucho se ha especulado en los últimos meses sobre su futuro en el Gobierno, sobre todo al ser la única ministra que no ha participado en ninguna lista electoral.
Aunque las fuentes consultadas descartan la marcha de Calviño a corto plazo, lo cierto es que consideran que esto podría llegar a ocurrir entrada la legislatura. A pesar de que la ministra disfruta de la plena confianza de Sánchez, lo cierto es que a Calviño le tira Bruselas.
Tras las elecciones europeas de la próxima semana, se reconstruirá la Comisión Europea y no cabe descartar que acabe formando parte del nuevo Ejecutivo comunitario. En tal caso, se le sustituiría por alguien con un perfil similar: técnico y con experiencia y prestigio contrastados.